Los encuentros serán por separado. El organismo señaló que quiere “conocer sus opiniones sobre las perspectivas económicas”. El precandidato del Frente de Todos señaló que “hay que pagar pero saliendo de la recesión de Macri”, mientras el ex ministro de economía sostuvo que “Argentina necesita un respiro”.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) tiende puentes con los principales candidatos de la oposición, preparando el terreno por si hay un posible cambio del signo de gobierno. Hoy jueves se reunirá con el precandidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, y también con el de Consenso Federal, Roberto Lavagna. Desde el organismo internacional señalaron que el “objetivo de los encuentros será intercambiar opiniones sobre las perspectivas económicas actuales de la Argentina y conocer más sobre sus prioridades de la política económica”.
La comitiva estará liderada por Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo.
La posición que ambos precandidatos opositores tendrán en la reunión ha sido planteada por ambos en sus declaraciones públicas en los últimos días. Alberto ha señalado que considera al FMI una suerte de corresponsable de la situación actual del país, pero siempre remarcó que su objetivo es renegociar. “Argentina está en default y yo quiero sacarla de ahí. Mi objetivo es pagar, pero no manteniendo la recesión de Macri”, aseguró en declaraciones radiales días atrás.
Por su parte, Lavagna, tuvo una visión similar. “El FMI tiene que aceptar que al país le debe dar un respiro-remarcó ayer-. La mejor forma de retomar el crecimiento es poniéndole plata en el bolsillo a la gente y bajando impuestos a los sectores que generen empleo y producción. Esto es lo que les voy a plantear a los representantes del organismo”
Ambos candidatos pretenden renegociar las condiciones del acuerdo por el préstamo de 57 mil millones de dólares, de los cuales el gobierno actual ya recibió la mayor parte.
La visita de los funcionarios del órgano de crédito internacional no fue reportada al Palacio de Hacienda ni al Ejecutivo./Tiempo Argentino
