Conversamos con Gustavo Robles sobre la trayectoria y el impacto cultural de Cruel Rock, desde su inicio en un programa de radio en 2014 hasta su próxima publicación literaria. Cómo este proyecto autogestivo conectó a miles de seguidores con la esencia del rock argentino y sus historias más emblemáticas.
Cruel Rock son Gustavo, Santiago Robles y los más de 150 mil seguidores que mantienen encendida la pasión por el rock: el proyecto de dos hermanos que comenzó con un programa de radio en 2014 y después viró al streaming y contenido en redes sociales, sumando seguidores en todo el país. Con más de diez años en la autogestión cultural, diseñaron un mapa que ofrece a las bandas de rock locales la posibilidad de difundirse y de conectarse entre sí y con su público. Estuvieron nominados al premio Martín Fierro federal.
Conversamos con Gustavo que, además, pronto publicará el libro de Cruel Rock.
B: ¿Por qué lo hacen?
G: Por pasión. En un momento me quedé solo, el equipo que venía trabajando en Radio Fish se cansó y yo sentía que Cruel Rock todavía tenía mucho para dar. Veía Vorterix, la Futurock y quería hacer algo similar. Empecé haciendo contenido para instagram con la idea de convertirnos en un referente de la cultura rock y la divulgación.
B: Y toda esa pasión por comunicar ¿de dónde viene?
G: Cuando era chico escuchaba radio y me transportaba a ese mundo de las bandas, a su época… Yo quería que los seguidores de Cruel Rock sintieran lo mismo que yo sentí, y cuando estuve por primera vez en una radio -tenía 25 años- me di cuenta del poder del micrófono, de un espacio para que te escuchen, y quizás, hasta influenciar. Siempre me gusto contar cosas y escribir, de niño me inventé un alfabeto propio porque no quería que nadie entendiera lo que escribía para mi mismo. Creo que en parte me sentía incomprendido, y en el rock encontré gente con quienes podía compartir códigos y mensajes. Después, en la secundaria, empecé a escribir para que me lean; participaba en grupos de escritura y encuentros de literatura. Ahí me di cuenta que podía escribir.
B: Y ahora te inspirás en esos maestros de la música para escribir, hallaste una forma de estar con ellos…
G: La escritura siempre estuvo, después llegó Cruel Rock. Empezó como un juego, vivía con mis viejos y me encerraba en la pieza a escuchar musica y escribir. Me acuerdo que la primera vez fue con She is a Rainbow, de los Rolling Stone. Tenía veinte años y escribí lo que para mi significaba el amor. Me gustó tanto que empecé a hacerlo con Los Redondos, hasta que un día escuché una canción de SIlvio Rodriguez editada con un poema de Benedetti, estado de ánimo se llamaba. Sonaba la guitarra de Silvio y Benedetti narraba, cuando terminaba, Silvio cantaba. Me explotó la cabeza y empecé a hacerlo de esa forma, que al mismo tiempo resultó muy radial.
B: La historia del rock, para vos, ¿es la historia de qué?
G: Es la historia de lo maravilloso, yo me lo creí real. Lo creo real todavía. El rock nacional empezó en algún bar, una cueva, con artistas y bohemios de la época compartiendo su arte, sus ideas. Cuando lo comprendí, empecé a visitar lugares (como José Cuervo, Robert Nesta y otros más fisura) buscando inspiración, el espacio de encuentro del arte. Ese es el cuento fantástico del rock que yo buscaba, y lo encontré. Fueron pequeños momentos… y también un poquito lo escribí, con estas historias. Hay una frase de La Renga que dice “Hice un lugar en el refugio de mis sueños y guarde ahi mis tesoros más preciados, donde no llega el hombre con su jaula ni la maquinaria de la supervivencia”. Bueno… en ese rinconcito de mis sueños, tengo toda esta romantización del rock y no quiero que nada ni nadie las profane; sé que ese será el día que deje de creer en esto, que es lo que me sostiene, lo que me ayuda a soportar la realidad.
B: ¿Te da miedo perderlo?
G: Un poquito sí, pero ya tengo cuarenta y todavía no se me va.
B: ¿Y por qué ‘Cruel’?
G: Por un tema de Luzbelito, era fanático y todos los recitales siempre terminaban con Cruel Rock, cuando surgio la oportunidad de la radio le pusimos ese nombre y también era la cortina musical del programa; pero el publico lo relacionó más con el modo que teniamos de decir las cosas, desacralizabamos nuestros idolos, eramos criticos y tocabamos temas dificiles que tambien suceden en el rock, aspectos más crueles.
B: ¿Qué nos querés contar del libro que vas a publicar?
G: Surgió a partir del contenido que escribía para instagram y, en el taller de Marea Emocional, empecé a trabajar otras ideas. Es una fusión de relatos y crónicas que, además, intentan retratar la mirada de un chico del interior (fanatico del rock) y de una época de cambios interesantes en lo social y político de Argentina. Está muy centrado en los años 2004, alrededor de lo que ocurrió en Cromagnon, y busca mantener viva esa memoria. del rock barrial, conocí Callejeros por primera vez en el Cosquín Rock y fue muy fuerte para mi verlos en vivo y terminar, ese mismo año, con semejante tragedia. Todavía recuerdo que mi viejo me despertó asustado esa madrugada, yo no entendía nada y cuando veo la televisión, leo “Incendio, Cromagnon, Callejeros”. Siendo parte de la comunidad rockera, de cargar en hombros a alguien en la valla, de agitar las banderas, las bengalas, pensé que podría haber muerto. Si yo hubiese estado ahí, no sé si salía.
Este jueves, Cruel Rock estará presente en Picor de Rock, organizado por Marea Emocional, a las 20.30hs en Storni, Congreso 176.
La propuesta incluye música y lectura performática de anécdotas rockeras. Se trata de la segunda edición de Picor, un grupo de escritores que sienten, se emocionan, y transforman a los oyentes a partir de su anécdota. Una propuesta para llevarnos al Otro, lo que dijo ese quién que lo dijo.
La cita será en Bar Storni este Jueves 23 de mayo a las 20.30hs y cuenta con la participación de Gustavo Robles, Martin Landers, Julian Marteau, Constanza Venturelli, Carolina Blanco y Belén Barcala. Organiza Marea Emocional, un espacio de formación en la escritura narrativa, y su autora Maria José Bovi.
