La estrella del pop intentaba apartar a su progenitor de la tutela de su patrimonio.
El tribunal que supervisa la prolongada batalla legal entre Britney Spears y su padre, James Spears, negó la posibilidad de destituir al padre de la estrella del pop de su puesto como jefe de la tutela sobre la cantante y su patrimonio desde hace 12 años.
Una jueza de Los Ángeles rechazó este martes su demanda para que Jamie Spears deje de ser el gestor y administrador de su fortuna, cifrada en más de 60 millones de dólares.
“Mi cliente me ha informado que le tiene miedo a su padre”, sostuvo el abogado de Britney Spears Samuel D. Ingham III. “No volverá a actuar si su padre está a cargo de su carrera”, agregó.
La destitución de James Spears sería un avance importante para la cantante, que no ha tenido control legal total sobre gran parte de su vida desde 2007. En aquella época, Britney atravesaba por un periodo de inestabilidad emocional y perdió la custodia de sus dos hijos.
Como tutor legal de Britney, James tenía el control de sus finanzas y decisiones profesionales y, aunque James Spears había compartido en ocasiones las funciones de curador, incluso con su abogado, Andrew Wallet, en gran medida ejercía el control exclusivo sobre los activos de Britney.
La situación de la tutela de James Spears había sido criticada por el público por su duración inusualmente larga y lo que algunos percibían como un control innecesario sobre la vida del cantante.
En 2019, el exmarido de Britney, Kevin Federline, presentó una orden de restricción contra James Spears para mantenerlo alejado de Sean Preston Federline y Jayden James Federline, los dos hijos de Federline con Britney. La orden de alejamiento surgió de un supuesto altercado físico entre James Spears y Sean Preston.
Durante más de un año, la preocupación pública por el bienestar de Britney ha ido aumentado. Cuando su padre informó más problemas de salud a principios de 2019, Britney canceló una prometedora residencia en Las Vegas y se registró voluntariamente en un centro de salud mental para una estadía de 30 días.
Tranquilizó a los fans en línea, publicando en Instagram que necesitaba más “tiempo para mí”. La preocupación volvió a crecer en 2020 cuando dijo que había quemado el gimnasio de su casa , lo que atribuyó a dos velas descuidadas. Cuando Britney volvió a entrar en los procedimientos legales relacionados con la curatela este verano, fanáticos lanzaron un movimiento renovado #FreeBritney para expresar su apoyo.
