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Un grupo de estudiantes de diferentes carreras de la Universidad Nacional de Tucumán se organizó para visibilizar este 8M las violencias que sufren dentro de la universidad. Recolectaron testimonios y proyectan buscar soluciones para poder estudiar libres de acoso.
El lunes 9 de marzo, en el marco del Paro Internacional de Mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries, un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de Tucumán se juntaron para hacer escuchar su reclamo.
Bajo la consigna “UNT libre de acoso”, realizaron una intervención masiva en las doce Unidades Académicas para visibilizar las situaciones de violencia, acoso y abuso que se viven cotidianamente. Filosofía y Letras, con sus 13 carreras, la Quinta Agronómica, que cuenta con siete carreras, Biología y Arqueología, quedaron empapeladas de testimonios sobre situaciones de acoso, micromachismos y discriminación, que sufrieron las estudiantes durante su trayecto formativo.
Desde La Nota, conversamos con las integrantes del “Proyecto UNT libre de acoso”. “La idea no es solo visibilizar, sino encontrar respuestas y transformaciones sobre lo que vivimos día a día en la Universidad”, sostienen.
¿Como se conformó el grupo y cuantas lo componen actualmente?
El proyecto nació del grupo Mujeres FAU que es una comisión de género independiente de la Facultad de Arquitectura, desde ahí hicimos lazos con el resto de las facultades y logramos formar este grupo heterogéneo a nivel UNT. Actualmente hay una o dos compañeras por facultad representando sus respectivos grupos, pero al lado de ellas hay muchas más, se podría decir que el grupo es realmente multitudinario, lo cual se vio reflejado en la marcha el 9 de Marzo en la columna universitaria, somos muchas y estamos organizadas
¿Cómo fue la reacción de las personas que estaban presentes?
En todas las facultades fue diferente. En su mayoría los estudiantes se paraban a leer y observaban lo que hacíamos, y como era de esperar las autoridades y docentes de las diferentes Facultades no tuvieron reacciones muy a favor de la intervención. Sonaron comentarios como “ridículas” de un guardia en Veterinaria, o docentes diciendo “a eso lo van a tener que despegar ustedes”. También en algunas facultades llegaron a despegar en nuestras caras los carteles y stickers. Las peores reacciones fueron después, en varias facultades, despegaron absolutamente toda la intervención a las pocas horas de realizarla.
¿Hubo alguna comunicación por parte de las instituciones a raíz de la intervención?
No hubo comunicaciones formales, ni atendiendo nuestro pedido ni en contra de la intervención. Si hubo dichos y discusiones, pero nada formal u oficial hasta el momento.
¿Lograron recopilar información sobre acoso y abusos?
Fue absolutamente sorprendente la cantidad de testimonios recopilados en esta intervención. En absolutamente todas las facultades llegaron a los formularios cientos de testimonios desde casos de micromachismos normalizados hasta acusaciones realmente graves de acoso y abuso. De hecho hasta el día de hoy, pasada la intervención siguen llegando. Lo que nos hace sentir que lo que estamos haciendo era 100% necesario de hacer, estamos levantando una voz hasta ahora silenciada y no nos vamos a callar mas porque necesitamos estudiar seguras.
¿Cómo piensan seguir como grupo?
Este proyecto lo planificamos a largo plazo, la idea no es solo visibilizar, sino encontrar respuestas y transformaciones sobre lo que vivimos día a día en la Universidad. Nos hemos demostrado a nosotras mismas y a la comunidad que unidas y organizadas el horizonte se hace más cercano asi que la idea es seguir organizadas con vínculos interfacultades para actuar como comisión de género de la UNT. Vamos a buscar llegar a todas las compañeras de todas las dependencias de la universidad y exigir lo que nos corresponde, un protocolo que actúe a favor de la víctima y de forma segura, la aplicación urgente de la Ley Micaela y una universidad libre de violencias abuso acoso y discriminación hacia las mujeres y disidencias.
