Cuando las mujeres cantan juntas, la tierra tiembla

Músicas mujeres de todo el país se reunieron durante tres días en Santiago del Estero, para debatir, para hablar y para problematizar su rol dentro de un espacio que no escapa al patriarcado. 

Durante los días 30, 31 y 1 de abril, más de 300 mujeres músicas participaron de lo que fue el 1º Encuentro Nacional de Música de Mujeres, que se realizó en Santiago del Estero.

De Tucumán participaron más de 30 mujeres artistas. Referentes del folclore, la música latinoamericana, la percusión, la cumbia, bailarinas y gestoras culturales, intercambiaron saberes, experiencias e intimidades. Los relatos de las situaciones de violencia que muchas vivieron en diferentes momentos de sus vidas y en el ámbito de la música marcaron el encuentro, pero no se detuvieron allí, porque la contención colectiva las abrazo con esa fuerza que las feministas llaman sororidad.

Visibilizar los espacios construidos por las mujeres, desmitificar la idea de que entre mujeres sólo existe competencia y alzar la voz en contra de las violencias machistas fueron algunos de los ejes que surgieron entre talleres, conferencias, charlas y debates. Los pañuelos verdes que representan la lucha por la legalización del aborto se colaron en las rondas de mates y en las zambas.

Carolina Haick forma parte de la Asociación Música de Mujeres, quienes estuvieron a cargo de la organización. Contaron con el apoyo de la intendenta de Santiago del Estero, Norma Fuentes, quien desde un primer momento abrazó la idea. Este apoyo institucional posibilitó que el encuentro sea gratuito, garantizando no solamente la participación gratuita en talleres y conciertos y los espacios en donde se llevaron a cabo, sino también, almuerzos comunitarios que aportaron a la dinámica.

El Consejo Deliberante de Santiago del Estero y la Cámara de Diputados declaró al encuentro de interés cultural, provincial y legislativo. Por su parte, el Ministerio de Educación lo declaró de interés educativo. “Eso es un gran apoyo para poder pensar en la continuidad”, explicó Carolina, quién además destacó la participación de las mujeres tucumanas.

En tiempo récord se organizó este encuentro. En menos de un mes, este grupo de mujeres pujantes concretó una idea que venía hace mucho y que pretende quedarse. “Ha sido organizado en tan pocos días, que fue mágico. Las compañeras han resuelto cada una desde su lugar venirse hasta acá. Lo que se vivió fue de una comunión, de una unión. Más allá de la música, fue compartir, hacernos amigas, reconocernos. Primero debemos reconocernos en la diversidad, en el pensamiento para poder proyectar acciones que sean fructíferas para todas”, contó Carolina. “Nosotras nos sentimos desbordadas de emoción, desde el minuto cero. Nos sentimos muy conmovidas por la entrega de cada una”.

Entre las artistas que participaron se destaca Liliana Herrero, quien brindó una conferencia sobre la relación de la música y la Memoria; y Viviana Pozzebón, referente de la percusión, quien dio un taller de Mujeres Tamboreras. Ambas fueron homenajeadas por su trayectoria .

Experiencias que transforman

Desde La Nota, hablamos con las músicas tucumanas que participaron en el encuentro.

Nancy Pedro es compositora e intérprete de música popular y latinoamericana. “He vivido unos días hermosos, días nuevos”, contó. “Mates dulces, amargos y con yuyos. He escuchado tantas canciones como tonadas para hablar. Pincelada de cada región, las pieles y los pelos revueltos de mujeres poderosas. He vivido la aceptación de ser quien soy, de cantar lo que canto, de luchar lo que lucho. He usado los vestidos más cortos sin calza abajo y sin miedo. Me he sentado en cualquier ronda y nadie a juzgado mi presencia o mi canto. Ni mi oficio. Ni la presencia de mi hija. He recibido abrazos por cada alegría y por cada lágrima. En el encuentro he pasado desapercibida y mi emoción no le ha sido indiferente a nadie y entonces he vivido lo que es la sororidad. En la música y en la vida”.

Rosario Bardán integra Musicletas, una banda de cumbia formado sólo por mujeres. Para ella, la experiencia fue enriquecedora, pero sobre todo muy movilizante. “Hubo muchísimos aprendizajes, que van desde la organización previa, que surgió con espontaneidad, a la hora de encontrarnos 30 tucumanas, algunas que nos conocíamos, otras que no. Y las santiagueñas que nos abrieron las puertas de sus casas para alojarnos”. Compartir guitarreadas, cantadas, bailes, chacareras y abrazos que fueron inconmensurables. “Andar con el corazón en la mano 3 días”, resume.

Juliana Isas es violista, estudia música del renacimiento y forma parte de la Orquesta Estable de la Provincia. “Mi experiencia de participar en el encuentro fue excelente”. Apenas le llegó la invitación del evento, cuenta que estaba con taquicardia de la emoción. “¡Por fin un grupo de mujeres músicas que activen!”. Par juliana, estos espacios de encuentro “son necesarios porque estamos en un momento histórico, donde la mujer está tomando los espacios de los que estuvo ausente toda la historia por el sistema patriarcal. Necesitamos unirnos y expandirnos”.

María Marta Matías, más conocida como “La Pichi”, se define como aficionada a la música. Hace 6 años forma parte del grupo Cantalma, conformado por ocho mujeres tucumanas. “Este encuentro ha significado un crecimiento, tanto en lo musical, pero también en lo que refiere al lugar de la mujer dentro de la música y de las posibilidades de hacer música. Al mismo tiempo lo que significa la fuerza y la potencia el encuentro de tantas mujeres juntas con un mismo objetivo”.

Fernanda Obeid participó del encuentro como gestora. Su experiencia también fue transformadora y espera poder convertir toda esa energía en proyectos concretos en Tucumán y el NOA. “Volvimos con la idea de armar una asociación de mujeres músicas como la que hay en Santiago. Este encuentro fue la consagración absoluta de que se podía”.

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Foto Grupo La Colmena

Encontrarse en sororidad

Hace algunos años, las denuncias de violencia machista y abusos comenzaron a circular por las redes sociales y en diferentes espacios donde encontraron la legitimidad que antes era negada a las voces de las mujeres. Muchas se vieron habilitadas y contenidas de poder contar lo que vivieron. Los espacios seguros y de contención abren estas posibilidades. Así lo vivió Fernanda. “Pudimos sacar cosas que todas teníamos guardadas, y que por lo general tenían que ver con no visibilizar situaciones de violencia en las que todas habíamos había sido todas víctimas, y realmente muy feas y con gente muy conocida por todas. En un contexto de seguridad y contención hemos podido sacar esas cosas que nos estaban haciendo mal desde hace mucho tiempo y no encontrábamos un lugar. Poder encontrarnos hermanadas y abrazadas, cálidas y contenidas, ha sido maravilloso”, cuenta.

“Hay mujeres que han empezado este camino en nombre de todas y aprendo de ellas cuando las veo. Aprendo cuando lo vivo. En la vida y en la música”. La experiencia transformadora de Nancy se puede apreciar en los relatos de otras compañeras.

Visibilizar y festejar el avance y la fuerza que ha cobrado en este último tiempo el movimiento feminista es uno de los motivos por los que Rosario entiende que estos espacios son importantes. “Todavía falta mucho por construir y deconstruir. Porque pensar y pensarse sensibiliza, saca a luz contradicciones, dolores, e incomodidades, y el hacerlo junto a compañeras sin dudas contiene, fortalece e impulsa”.

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Foto Martina Delendati

Si llega a ser tucumana

“Mi experiencia como música en Tucumán es esperanzadora”. Las palabras de Juliana Isas tienen trayectoria. “Soy testigo de un cambio histórico que atraviesa a la mujer música. Desde mi pubertad vengo analizando diariamente, recolectando datos e intentando descubrir el porqué de la escasez de músicas mujeres, y si bien es cierto: las músicas son escasas a comparación de los hombres, vamos ganando territorios, y año a año los porcentajes de mujeres músicas van creciendo”. Cuando habla de músicas, se refiere a todas las mujeres vinculadas a la creación, edición o interpretación de la música. “En cada ámbito suceden cuestiones de distintas maneras y varían según los géneros y el rol que ocupe. No es lo mismo la situación de la bajista de una banda de rock, la de la guitarrista de un grupo folclórico, la de la violinista de orquesta, a la cantante de cumbia; ni hablar de las compositoras o directoras. Lo que puedo encontrar en todos los ámbitos es que hay cada vez más músicas mujeres en todos los ámbitos, así como también hay más plomeras y taxistas”. La transformación es colectiva y transversal.

El lugar en el mundo de Nancy Pedro es Tucumán y sus cerros. “La música me abre camino a donde estoy.  Estoy más que agradecida por lo que me toca. Pero tenemos mucho que aprender. Tenemos que animarnos a movernos. La sociedad es un conjunto de diversos géneros y sexualidades que habitan y conviven, y las músicas también lo son. En mi mundo folclórico las carteleras de los festivales, casi en su totalidad son una lista interminable de nombres de hombres. Y ese patrón solo se repite. El género, la sexualidad, el apellido y la religión parecen ser factores que separan en vez de unir. La música solo une”.

Desde Musicletas, entienden lo que hacen como una herramienta de transformación, además de algo que les gusta y les divierte. Rosario asegura, “necesitamos generar espacios para nosotras. Todavía nos pasa entrar a una sala de ensayo y que nos miren de forma desagradable, o que se asombren porque somos mujeres y “tocamos bien”, entre otros micromachismos que están también presentes todavía”.

Una de las experiencias colectivas de músicas mujeres que ya se viene llevando a cabo en Tucumán, este año por segunda vez, es el cierre del acto del 8 de Marzo. “Es una muestra de que estamos organizándonos, de que hay muchísimas músicas mujeres tocando, cantando, bailando, estudiando, y con ganas de decir, mostrar y compartir lo que hacemos”, explica Rosario que participó del ensamble de músicas que cerró el paro internacional de Mujeres del 8M.

En el encuentro se pudo conjugar la música y la lucha. “Somos muchas las mujeres que estamos vinculadas a la música, y somos muchas a las que nos interesa que esto se vea desde una perspectiva de género y desde el feminismo”. Para la “Pichi”, la imagen de que las mujeres no pueden sostener un proyecto porque son competitivas es errónea y es algo que hay que erradicar. “Nosotras animamos a las mujeres a que se reúnan, porque juntas transformamos el mundo. Cómo música, y parte de un octeto de voces de mujeres que ya existe hace 6 años, siento que mi experiencia es valiosísima y que es para mostrar que si podemos tanto 8 mujeres como 16 o 250. Nos quieren hacer cree que no podemos porque somos locas, o que somos competitivas, porque no sabemos compartir en grupo, pero eso es totalmente erróneo”.

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Proyectos

El grupo que se armó para viajar está disparando mensajes e ideas constantemente. “Pensamos comenzar a reunirnos para seguir compartiendo experiencias, debatiendo y viendo que acciones concretas se pueden llevar a cabo para ampliar los espacios que existen actualmente para el arte y la música en particular”, dice Rosario.

En ese mismo sentido, apunta Juliana. “No había terminado el Encuentro y ya estaba decidido la continuidad de esta primera unión entre las músicas del país, las del norte y las de Tucumán”.

Reflexiones: “No es la despedida, es el inicio de un camino juntas”

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Foto Martina Delendati

“Fui al encuentro con muchas expectativas y feliz por la iniciativa, y volví alucinada. No esperaba tanta conmoción en mi interior. Conocí una cantidad de mujeres increíbles, y me han cambiado la visión en muchas cuestiones. Estoy muy sensible al respecto, y creo que esto se va a poner bueno”. Juliana Isas

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Foto Martina Delendati

“No soy la misma. He llegado allá entera y he vuelto rompecabezas de pedazos de otras y de luchas que me han sido entregadas en sobrecitos de papel madera o en la palma de la mano con dos pasas de uva. He vuelto más diversa, más despierta, más alerta.… pierdo miles de piezas cuando empujan a una de nosotras por un balcón, gano otras cuando los calzones tendidos en el caño de la ducha son la bandera ganadora en una sobremesa de familias lavando platos y mujeres cantando canciones”. Nancy Pedro.

“Volví abrazada, emocionada, y con un montón de interrogantes, con un poco más de fuerza para seguir haciendo lo que me gusta, y con la alegría de saber que es al lado de grandes compañeras. Más convencida que nunca que el feminismo es el camino para construir la tierra nueva donde verdaderamente quepamos todes, como bien dijo la Alina Farah, tarea que nos necesita más que nunca fuertes, con mentes y corazones bien abiertos”. Rosario Brandan.

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“El encuentro entre mujeres ha sido muy fuerte, yo me deje imbuir de esa sensibilidad. Los espacios de talleres han sido muy intensos, marcados por una fortaleza y una búsqueda de lo emocional porque el canto, que es el lugar desde el que yo participo, moviliza muchas fibras. Volví transformadísima, estoy llorando desde que llegue, llore todo el encuentro, un poco por ver lo que implica la fuerza de la unión entre mujeres, las cosas que escuchamos, testimonios de muchas mujeres con historias fuertes de violencia que han salido adelante por su fuerza, por su música, porque había otras mujeres ahí dándole el brazo. Muchos abrazos, mucha contención, el llanto desde el canto y el canto desde la lucha. Mucho baile, mucha danza, mucho cuerpo entre mujeres. Mucha sororidad, volví deseando un mundo repleto de encuentros de mujeres constantemente y de música”.  María Marta Matías.

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