El Carnaval uruguayo también se festeja en Tucumán con Agarrate Catalina

La murga uruguaya Agarrate Catalina regresa a Tucumán para presentar por primera vez “De Cantarola”. Una peña de carnaval, una fiesta entre amigos, un concierto con muchos artistas invitados.

La murga uruguaya Agarrate Catalina vuelve a Tucumán para presentar el espectáculo “De Catarola”. El encuentro será en el patio de “El Árbol de Galeano” el próximo lunes 12 de febrero desde las 21.30 hs. En una noche de verdadera fiesta, de música y de escenario abierto para compartir un encuentro único.

“Hay una historia en la esquina, el viento me la contó
la cuenta la Catalina, va a comenzar la función”

Con la dirección de los hermanos Yamandu y Tabaré Cardozo, “De cantarola” es una propuesta diferente donde el principal objetivo es la interacción y la comunión con el espectador.

“Hace unos 6 años que estamos haciendo de Cantarola. Es un concierto desde un lugar que intenta ser mucho más cercano, más desestructurado, con el juego como elemento fundamental y con el foco puesto en algo que nos conecta con una parte primigenia de la murga que es el canto”, contó Yamandu Cardozo, director y letrista de la murga, en una entrevista con La Nota, a días de comenzar su gira por el norte argentino.

Agarrate Catalina es la murga uruguaya más premiada, popular, reconocida y convocante de los últimos años. Ha trascendido las fronteras de la fiesta carnavalera local transformándose en uno de los máximos referentes de la escena artística de su país y reconocida internacionalmente.

Caracterizada por una gran puesta en escena, con una impronta teatral fuerte, el espectáculo que traen a Tucumán se parece más a las conocidas peñas norteñas. “En este espectáculo dejamos de lado la puesta en escena para centrarnos en lo coral y en lo cercano. Con un intento de horizontalizar y abrir el escenario”, explica Cardozo.

“Buscando acercarnos más a la gente, hace un par de año tuvimos la posibilidad de ir a visitar una peña en el norte argentino y nos pareció alucinante. Eso de un artista que oficia de anfitrión, pero que también abre el escenario a sus colegas, con una programación, pero también con la posibilidad de abrirse a lo que suceda esa noche. Nos conectó con las peñas que se hacían en Uruguay en los últimos años de la dictadura. Ese sabor emocional que sentimos recorriendo el norte y sus peñas, a su vez el extrañar el contacto con la gente directo, nos llevó a armar esta cantarola”.

Las peñas norteñas tienen además la magia en el baile, que es popular y es de todos. Eso fue lo que más llamó la atención de La Catalina. La tradición viva hecha baile. “Cuando vi gente joven de jean y zapatillas, que de repente de la nada, en el medio de una peña con un pase mágico sacaban un pañuelito y se transformaban en unos bailarines y bailarinas fascinantes, me encantó. Eso viene de la tradición viva, que es sello y huella de identidad latiente todavía, no una cosa de revolver un libro de historia para ver qué es lo que supuestamente nos representa. Sentir que no se aguanta más y pararse a bailar”.

La Catalina fue una de las primeras murgas en incluir a mujeres en la formación. “Es un sello distintivo”, agrega Yamandu. En 2005, fue la primera murga que gana el concurso de carnaval con tres mujeres. “Pasó un siglo para que eso ocurra y fue muy resistido; hasta hoy hay quienes dicen: una murga con mujeres no es murga”, lamenta el director.

“Vengo del basurero que este sistema dejó al costado,
las leyes del mercado me convirtieron en funcional”

Sin perder la temática humanista de sus espectáculos, su mirada profundamente irónica, su humor cáustico, su poesía de cuna arrabalera, su análisis irreverente e inclusivo del animal humano, “De Cantarola” se presenta en 3 bloques. “Epezamos repasando canciones de la Catalina de todo nuestro recorrido. Ahí comienza nuestro disfrute, y calculamos que el de la gente, por reencontrarnos con cosas muy queridas para nosotros”.

En un segundo bloque la murga invita a artistas locales para compartir el escenario. “Proponemos una mixtura, fusionar su música y el sonido tradicional de sus cantos locales, mixturarlo con murga y aventurarnos juntos a ver qué pasa en una versión que termina siendo única. Hay músicos que conocemos, pero hay otros que no y nos encontramos en la cantarola por primera vez”.

El público es el protagonista del tercer bloque del espectáculo. “El artista invitado pasa a ser el público, la gente que se suma a cantar las canciones que quieren de la Catalina, que hayamos cantado o que no, la canción que tenga ganas, y la improvisamos ahí, de manera inmediata y la cantamos todos juntos”.

El show invita a involucrarse con la música y con el ritmo murguero, como algo que atraviesa el cuerpo. “Tenemos muchas expectativas de que la gente se sume, se prenda y nos acompañe”, cierra Cardozo.

 

 

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