Un policía de la Federal intentó asesinar a su ex y ahora la amenaza desde la cárcel

Cecilia Figueroa es una sobreviviente. Su ex marido Marcelo Acosta, quien además era policía federal, intento matarla y ultimó de 11 disparos a su compañero de trabajo. El asesino se encuentra con cadena perpetua pero desde el penal sigue amenazando a Cecilia.

El trágico hecho se desató el 7 de agosto de 2015 cuando el ex Policía Federal abordó a Figueroa en la plaza Urquiza y le dio tres tiros. Luego, se dirigió al compañero de trabajo de Cecilia (que la había acercado en auto a ese lugar) y lo mató de 11 tiros. Fue condenado a perpetua.

Nada arrepentido de su accionar, Acosta continúa amenazando a Cecilia a través de mensajes de WhatsApp, SMS y por las redes sociales.

Antes de que ocurriera el hecho que terminó con la vida de su compañero, Cecilia había radicado unas 20 denuncias contra Acosta por violencia de género. Consiguió que la Federal le quite el arma por unas semanas, pero luego se la devolvió. Con esa arma intentó matarla a ella y asesinó a su compañero de trabajo, Marcos Nazur.

Tras el hecho, Acosta comenzó a mandarle mensajes desde su lugar de detención, en la Policía Federal. Ella realizó la denuncia ante el Observatorio de la Mujer y consiguió que le hagan una requisa, en la que le secuestraron tres celulares.

Después de la sentencia, las amenazas y los insultos continuaron. Incluso él llegó a decirle que la vio a la salida de su trabajo, porque él sale de la cárcel para estudiar derecho (el penal queda al frente del trabajo de ella). En reiteradas oportunidades vieron a Acosta realizando actividades extracurriculares cerca de la facultad, como tomar un café con su guardiacárcel y hacer fila para ver una obra de teatro. Estas salidas periódicas mantienen a Cecilia atemorizada, pues sabe que, en cualquier momento, él puede evadir la custodia y terminar lo que no logró en 2015: matarla.

Cecilia esta con tratamiento psicológico y en octubre del año pasado radicó otra denuncia y la ratificó en diciembre en la Fiscalía de Violencia Familiar y de Género II. Sin embargo, todavía no se realizó ninguna medida.

Acosta puede cometer estos delitos porque está alojado en la Unidad 6 de la cárcel de Villa Urquiza, destinada a los miembros de las fuerzas de seguridad que cometieron algún delito.

Como se puede observar, existe una asimetría entre los presos comunes y los ex policías privados de la libertad que les permite a estos últimos gozar de beneficios extraordinarios en el penal.

Figueroa, desesperada, exige una serie de medidas a la Justicia para su seguridad y la de su familia:

  • Que a Acosta se le revoque el beneficio de las salidas para ir a estudiar a la Facultad de Derecho.
  • Que se le realicen requisas semanales sorpresivas
  • Que lo trasladen a un penal en otra provincia.
  • Que se investigue al servicio penitenciario por su presunta participación y facilitación de los elementos que Acosta utiliza para cometer estos delitos desde la cárcel.

Según el relevamiento de la Casa del Encuentro, la situación de los miembros de las fuerzas de seguridad en casos de femicidios son bastas. Las estadisticas muestran que una vez al mes un integrante de las fuerzas de seguridad mata a una mujer en un contexto de violencia de género

Cecilia es una sobreviviente de femicidio e invita a las organizaciones sociales y de defensa de los derechos de las mujeres a intervenir de manera activa en su causa: las personas jurídicas podrán ser legitimados como querellantes en la causa y podrían hacer presentaciones en la Justicia bajo la figura de Amicus Curiae.

Fuente: Mariana Romero

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