En el marco del “Encuentro de investigadora/es sobre procesos represivos, empresas, trabajadores, y sectores populares en Tucumán”, se realizó una disertación acerca del ingenio Fronterita y la complicidad empresarial en la última dictadura militar. Sobre este caso, al día de hoy, se encuentran imputados 6 empresarios de la fábrica. Por Fabiana Cruz
El 23 de noviembre, en el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán (MUNT), disertaron profesionales acerca del ingenio Fronterita y la complicidad empresarial, en el marco del “Encuentro de investigadora/es sobre procesos represivos, empresas, trabajadores, y sectores populares en Tucumán”.
Josefina Doz Costa (Lic. Sociología), Silvia Nassif (Dra. en Historia) y Pablo Camuña (Fiscal Federal), abordaron la acción de actores económicos en delitos de lesa humanidad y confirmaron la alianza efectiva entre las fuerzas armadas y grupos empresariales.
El contexto previo al Operativo Independencia y la Dictadura cívico-militar, se encuentra caracterizado como un momento de colisiones sociales, conflictos económicos y políticos generalizados en todo el país. Tucumán tenía la particularidad de que el principal sector industrial de la provincia, el azucarero, había cerrado 11 importantes ingenios de los 27 que existían, como consecuencia de las políticas del gobierno de facto de Onganía. Esto dejó a unas 50.000 personas sin trabajo y alrededor 300.000 se vieron obligadas a emigrar al resto del país.
Estos conflictos, habían logrado aglutinar a varios sectores sociales en una serie de huelgas y manifestaciones, en donde tuvo gran relevancia la actuación de la FOTIA (Federación Obrera Tucumana de la Industria Azucarera). Es decir, que los trabajadores del sector azucarero se encontraban sindicalizados y por ello, fueron el principal blanco de la represión estatal y militar que se radicalizó desde el año 1975 en adelante.
El ingenio Fronterita, fue sede de una base militar y se estableció también como Centro Clandestino de Detención (CCD) durante el Operativo Independencia y la Dictadura cívico militar. Al día de hoy, se encuentran imputados 6 empresarios de la fábrica. En la causa judicial se los acusa por la responsabilidad civil de los crímenes cometidos hacia 68 víctimas.
El Fiscal Camuña explicó algunos de los aportes que realizó el ingenio para el funcionamiento del aparato criminal:
– Espacio físico: les dieron control sobre el propio inmueble, contribuyendo así a la logística de control sobre las actividades de todos los trabajadores
– Prestación de vehículos: existen testimonios suficientes que señalan que muchos los secuestros se realizaron con camionetas del ingenio.
– Información: quizás el más determinante. Gracias al aporte de los empresarios, los militares tenían identificados a los trabajadores que tenían actividad sindical y, además, conocían acerca de la constitución familiar de todos y hasta las viviendas en las que se encontraban.
– Silencio: nunca denunciaron la situación.
Uno de los factores para entender la colaboración de la empresa, es el gran incremento económico que logró a partir de la represión. Redujeron al 62% la mano de obra y obtuvo la posibilidad de adquirir un nuevo ingenio: Bella Vista.
El caso paradigmático de Fidel Jacobo Ortiz, un obrero del surco del ingenio Fronterita que hasta el día de hoy se encuentra desaparecido, está siendo representado por la organización de derechos humanos ANDHES, que actúa como querellante de la familia del ex líder sindical. Fidel fue secuestrado dos veces de la vivienda que el ingenio prestaba a sus trabajadores.
Se conoció después, que estuvo secuestrado en el CCD del ingenio, a metros de la fábrica. Luego de su segundo secuestro, Fidel no volvió nunca más y su familia fue desalojada de la vivienda. La licenciada Doz Costa señaló que este caso demuestra fehacientemente la participación de la empresa en el Terrorismo de Estado.
Al finalizar el evento, Hortensia Ortiz (hija de Fidel Jacobo Ortiz), se levantó del público y agradeció la exposición del caso: “Mi papá fue secuestrado 2 veces. Mi madre lo buscó. Mi madre siempre estuvo ahí. Ella falleció sin saber nada de él. Era buen padre, buena persona, luchaba por los trabajadores”. Luego de un gran silencio, concluyó “me emociono porque hace 42 años que estamos esperando, y tengo un vacío, un vacío que no se llena con nada”.
En el año 2016 el grupo Minetti se desligó del ingenio Fronterita. Vendió la fábrica, pero todavía conserva los terrenos de la empresa. Lo que demuestra, según la dra. Nassif, que es un poder que no terminó en el pasado.
La dra. explicó finalmente, que estas instancias de conocimiento son muy importantes por el difícil contexto actual de las ciencias, el retroceso en materia de DDHH y la reaparición de la teoría de los dos demonios. Remarcó que la lucha por la Memoria, Verdad y Justicia, sigue siendo hoy una necesidad.