En el marco de la festividad pagana de Halloween o Día de Brujas, reflexionamos con la docente con formación en Teología y Feminismo, Trinidad Rodriguez Grau sobre las brujas y chamanamas para reivindicarlas , despertar nuestro linaje y recuperar nuestro poder.
Por Trinidad Rodriguez Grau
Parte de las luchas feministas, sobre todo los feminismos de Europa y de América del Norte, ponen bajo sospecha este temible personaje de cuentos, leyendas y maleficios: “la bruja”. Estas búsquedas y sospechas llegan a nuestra querida Abya Yala, más conocido como América del sur y el Caribe, porque la conquista y la colonización se lleva por delante y con el título de “brujas” bajo instructivos como el “Malleus Maleficarum”, a mujeres de pueblos indígenas que ejercían el poder público, político (cacicas, gobernantas, chamanas, machi) y practicaban conocimientos sobre agricultura, plantas, medicinas, misticismo.
Tenemos muchas autoras como Silvia Federici, María Mies y Si Starhawk que estudian la inquisición como los albores del emergente capitalismo-patriarcal. Es de una evidencia contundente que esta matanza de género no es folclore feminista, sino un hecho político de despegue del capitalismo-patriarcal y contra el campesinado productivo. En palabras de María Mies, la caza de brujas fue parte del intento de la clase capitalista de establecer su control sobre la capacidad productiva y de saberes de las mujeres e instituir como “natural” la división sexual del trabajo, constituida por la explotación de las mujeres y de la naturaleza.
Es a través de estas grandes lecturas que nacen dos certezas. La primera: es vital reivindicarlas y ponerlas en su lugar de sabias, científicas, escritoras, productoras y comerciantes. Es derecho y sanación del linaje de todxs.
Relata Withering en su tratado An Account of the Foxglove and some of its Medical Uses With Practical Remarks on Dropsy and Other Diseases (1785, Birmingham):
“En el año 1775, se me pidió mi opinión sobre una receta familiar para la cura de la hidropesía. Me dijeron que el secreto había sido guardado durante mucho tiempo por una anciana mujer de Shropshire, que a veces había realizado curas allí donde los practicantes habituales habían fallado.”
Algunas acusaciones en los juicios a “las brujas” es que sus cultivos eran más relucientes. Que sus pozos de agua estaban llenos. Esto es conocimiento sobre agricultura y técnicos, no pacto demoníaco. Así podría nombrar más elementos de análisis, sin entrar en los ya conocidos estereotipos de ninfómanas, orgiásticas demoníacas, antropofagia y, por supuestos, “mata niñxs”. Es decir, mujeres autónomas con vidas sexuales activas, con registros sistemáticos y rigurosos sobre ginecología, obstetricia y control de la natalidad.
La segunda certeza es que este camino para despojar a las mujeres de su poder y representación, nos pone frente a otros arquetipos que son necesario revisar: vírgenes y santas. Estas mujeres, tanto las reales como las míticas, las de los cuentos y leyendas, tienen en común que son poderosas y siguen las pulsiones de su corazón-conocimiento, actuaron comunitariamente y están “incomodas” en los patrones y programas establecidos, tanto que gracias a esos desbordes se escapan a los relatos androcéntricos y patriarcales. Todas estuvieron en riesgo de desaparecer, ser invisibilizadas, desprestigiadas y despojadas.
- Brujas, ya dijimos, son las científicas, las médicas, farmacéuticas, veterinarias, incluso mujeres cacicas, comerciantes, gobernantes de otros pueblos. Sus manuales e investigaciones fueron quemados con ellas. El saber siempre fue poder.
- Santas, portadoras de espiritualidad, poetas, filósofas, místicas, artistas. Devenidas en simpáticas y buenudas señoras asexuadas, y “obedientes” a la institución. Algunas casi mueren quemadas. Las Santas son las brujas que las instituciones decidieron transformar en relatos “convenientes” para instalar una persona que debe ser tutelada y protegida de sí misma. La gran poeta y escritora Teresa de Ávila se escapa de la inquisición por la acción colectiva de sus amigas y su estrategia de aparente respeto y sumisión a confesores y a la jerarquía eclesial.
Las Santas nos trazan el camino sororial y nos dejan un mapa para reivindicar y recuperar a sus amigas y socias, las brujas.
- Vírgenes: diosas, guerreras, luchadoras, conocedoras del bien y el mal, de la vida y la muerte, portadoras de sabiduría y puro poder. Devenidas en “madres obedientes y sacrificadas” (María, Isabel) o caprichosas, lujuriosas, seductoras, poseídas por demonios y robadoras de semen, prostitutas (Lilith, Eva, Magadalena). Reivindicar estas figuras es decirnos a nosotras mismas que somos portadoras de palabra y cuerpo sagrado, sin intervención ni tutelaje.
Bosque XXY y nuestro espacio de Taller-Ritual “De Brujas, Vírgenes Y santas”, está inspirado en ellas y es un ensayo, sueño y reivindicación de nuestras ancestras, de nosotras/es/os y de que siempre hubo otros mundos posibles.
Despertar a este linaje es despertar y recuperar nuestro poder, sin intervención ni tutelaje institucional.
Pasen y gusten.
Trinidad Rodriguez Grau es gestora, productora y comunicadora. Sus estudios se fueron entramando con saberes ancestrales, dando origen a una proceso personal para construir un presente vital y placentero. A través de la labor colectiva y del empoderamiento de mujeres productoras, artesanas, campesinas, artistas, maestras espirituales y todo a la vez, hoy se reconoce a sí misma en la comunicación y gestión de espacios de promoción, visibilización de redes para el bienestar colectivo.