Los incendios en Corrientes provocaron más de ochocientas mil hectáreas quemadas, familias desplazadas, animales carbonizados y enormes pérdidas en el humedal Esteros del Iberá. Por esta razón el filántropo influencer Santi Maratea recaudó durante el domingo 100.000 millones de pesos para ayudar a la provincia y abrió una discusión nacional sobre el rol del Estado en el cuidado del medio ambiente.
El sábado por la noche, Maratea se dirimía si “salía a escabiar o empezaba la recaudación para Corrientes”. Esto refleja rasgos de una juventud atravesada por la crisis climática y la falta de respuestas.
“La solidaridad y voluntad de Maratea deja en claro que la preocupación de la población por lo socioambiental está en aumento y en ese sentido, que cada vez más personas se sientan interpeladas por la crisis climática”, comentó a este medio Lucas Alurralde , activista de Jóvenes por el Clima de Tucumán.
Los ambientalistas proponen “problematizar” las causas de los incendios. “La urgencia de una ley de humedales que proteja estos territorio, que la ley de bosques nativos se ejecute como corresponde y que el Servicio de Manejo de Fuego tiene que actuar de manera más eficiente a la hora de prevenirlos”.
En particular, la Ley de Humedales hubiera ayudado a proteger los Esteros del Iberá de esta catástrofe, pero el proyecto perdió estado parlamentario en diciembre pasado debido a que no ingresó en el temario de las sesiones extraordinarias.
¿El influencer es un anti política o está supliendo lo que el Estado?
La gravedad de los incendios también puso al descubierto la mala articulación entre el gobierno Provincial y el Nacional. Según fuentes no oficiales, la relación entre el gobernador Gustavo Valdés (Juntos por el Cambio) y el ministro de Ambiente, Juan Cabandié no era buena. El jefe de la cartera de medioambiente aseguró de manera pública que el gobierno nacional había ofrecido ayuda en enero y que la provincia no la había aceptado.
Estos elementos y la exuberante suma que recaudó Maratea en tan solo un día provoca un cimbronazo en la opinión pública sobre el rol del Estado y la política. Lo cierto es que el dinero no apaga incendios, lo hace la logística, la gestión y ejecución de esos recursos.
A pesar del cotilleo entre oficialismo y oposición, el Estado es el único que puede profesionalizar a los Bomberos, constituir brigadas y sancionar a los terratenientes que usan la quema como forma de “renovar el cultivo”.
“Aplaudo estas acciones que se vuelven virales porque aporta a difundirlo en espacios que muchas veces no llegan estas problemáticas. Pero definitivamente una recaudación no puede reemplazar al Estado”, manifiesta el activista de Jóvenes por el Clima.
En este sentido, le resulta imperioso que se produzcan “cambios estructurales”. “Necesitamos que se planifiquen políticas sin precedentes a la altura de la crisis climática en la que nos encontramos”, advierte.
“Ya estamos transitando las consecuencias de la crisis climática y a medida que pase el tiempo se van a intensificar, en gravedad y frecuencia. Los incendios que ocurrieron ahora en Corrientes, son un buen ejemplo para dimensionar los catastróficos resultados de no accionar a tiempo. Se quemaron más de 900 mil hectáreas, el equivalente al 40% de la provincia de Tucumán; las pérdidas económicas (más de 20 mil millones) superan el monto que necesitaba la ley de humedales (17 mil millones) para ser implementada; y la destrucción de la biodiversidad es incalculable”, detalla Alurralde.
Para Jóvenes por el Clima “la bronca e impotencia que nos generan estos eventos debemos canalizarlas en involucramiento, militancia política y manifestaciones masivas en las calles”.
Este 11 de marzo se producirá la primera marcha internacional por la crisis climática del año. El evento será una oportunidad para que todos estos reclamos se vuelquen a la calle.
Sin dudas la acción de Maratea provocó repercusión, acción y respuesta por parte de los actores políticos. Pero también visibilizó a una generación que quiere más respuestas que discursos.
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