Celina de la Rosa y Milagro Mariona
A dos meses del juicio contra Jóse Alperovich, llegó el primer acusado por falso testimonio. Fue su principal chofer y custodio. El testigo se mostró reticente a brindar información sobre los chats que mantuvo con la denunciante sobre las situaciones de abuso.
La nueva audiencia llena de tensiones, con el imputado siguiendo el debate por videollamada, fue la oportunidad para escuchar a policías provinciales y choferes que le asignaba el Gobierno de la Provincia para cuidar sus casas, sus parientes y su integridad física en las visitas proselitistas por barrios y localidades tucumanas. También estuvo presente un chofer del Senado de la Nación, que acompañó en la ciudad de Buenos Aires, durante 18 años el camino político de la familia Alperovich. Entre ellos, quien desentonó en el discurso complaciente hacia el empresario y político fue uno de los responsables de la comunicación en redes sociales de su última postulación a gobernador.
Los testigos, esta vez todos varones. Algunos de ellos se identificaron como dependientes del ex gobernador a pesar de tener cargos en la administración pública tucumana. Fueron incluidos en las listas como candidatos o funcionarios electos del esquema alperovichista. Contaron cómo acompañaban al acusado en sus recorridos cotidianos en bicicleta, almuerzos en la casa materna y algunas veces en sus viajes para ir a seguir fuera de la provincia a su club de fútbol Atlético Tucumán. Todos conocían a la denunciante y coinciden en describir que se encontraba siempre presente al lado de su jefe.
Sin embargo, la atención se centró en David Cayatta, un exmiembro del cuerpo policial de la guardia gubernamental, quien desde 2007 hasta 2018 estuvo vinculado a la protección y movilidad del exgobernador y su círculo cercano.
Cayatta detalló cómo pasó de desempeñarse como guardia en la puerta de la casa familiar a convertirse en chofer-custodio tras recibir una capacitación de dos semanas en la Policía Federal. En su testimonio incluyó que condujo para figuras como Juan Manzur (vicegobernador en ese momento), Beatriz Rojkes (esposa de Alperovich y exsenadora) y sus cuatro hijos. Relató cómo fue seleccionado, cuando el viejo chofer de Alperovich no pudo seguir su trabajo por una larga enfermedad.
Este policía, que hoy cumple sus tareas en la localidad de alta montaña, Ancajuli, tenía un alto nivel de confianza. Lo acompañaba desde la mañana hasta última hora, le acercaba las pastillas, hacía mandados y por todo esto tenía un contacto directo y cotidiano con la joven denunciante.
La jornada tomó un giro inesperado cuando la fiscalía, a cargo de Sandro Abraldes, solicitó la detención inmediata de Cayatta por presunto falso testimonio, tras una serie de preguntas sobre su conocimiento de los abusos sexuales denunciados que se mencionaron en los mensajes de Whatsapp e Instagram incorporados al expediente.
“José abusó de mí”
Durante su testimonio, David Cayatta (DC) afirmó que luego de la renuncia de la denunciante en mayo de 2019, perdió contacto con ella. Sin embargo, al ser confrontado por el fiscal con los chats que intercambiaron, surgieron contradicciones en su declaración.
En uno de los mensajes, la denunciante expresó: “Vos sabes que NUNCA la pasé bien en ciertas situaciones”. La respuesta a este mensaje fue eliminada por Cayatta. Ante esto, la fiscalía le preguntó si reconocía la conversación del 24 de mayo de 2019 y las situaciones a las que se refería.
DC: mensaje eliminado
DC: mensaje eliminado
denunciante: Si no resuelvo esto no voy a levantarme de verdad nunca
Es una cruz muy pesada. Mucho tiempo con culpa y vergüenza
DC: Nunca me imaginé que sea para tanto
denunciante: Porque nos metemos en su mundo y nos acostumbramos a tapar y a justificar y a no ver la realidad de lo que está mal. Vos sabes que NUNCA la pase bien en ciertas situaciones. Y que me sacrifiqué para tapar tanto dolor con trabajo y entrega y demostrando que yo estaba para otra cosa.
DC: mensaje eliminado
DC: mensaje eliminado
denunciante: Si no resuelvo esto no voy a levantarme de verdad nunca
Una a una le fueron mostrando las hojas impresas de los mensajes que intercambiaron. Al principio, se le cuestionaron más de 50 mensajes que había eliminado, a lo que respondió que no recordaba su contenido o que los había borrado por razones de privacidad. En ese momento, fue advertido por el juez y le recordó su obligación de decir la verdad y no ocultar información.
La tensión fue en aumento cuando le presentaron al testigo los mensajes de septiembre de 2019, meses después de la derrota electoral de Alperovich. Cayatta contactó a FL a través de Instagram, expresando su preocupación. “Que haces perdida. Mucho misterio transmitís y me preocupa”. Por esa época, circulaban rumores sobre una posible denuncia contra Alperovich en el ámbito político provincial. Incluso allegados del alperovichismo llegaron a decirle a la denunciante que “la buscaban como a Paulina Lebbos”, según relató en su declaración.
En los chats, Cayatta se refería a la denunciante como “amiga”, “mi amor”, “con todo el respeto que te mereces” e incluso expresaba “te quiero demasiado”. El chofer de Alperovich, en el intercambio que leía el fiscal, parecía preocupado por la denunciante. Mientras ella, por su parte, agradecía las muestras de apoyo y le pedía “no me dejes sola”.
En el chat del 29 de septiembre de 2019 se lee la siguiente conversación:
DC: ¿Cuál es la situación que no podes superar?
denunciante: La agresión y el empeño en hostigar con lo que me pasó
denunciante: José abusó de mí
DC: Sí ya sé
denunciante: Yo nunca fui su pareja. No tuve relación con él. Nunca quise eso.
denunciante: Viví abuso muchas veces. Muchísimas
Si yo sé vos sabés todo.
denunciante: Y David no puede entender cómo no me cuidé y me fui antes.
denunciante: No podía, él no entiende lo traumático que viví. La dominación y el miedo a José.
denunciante: Es traumático lo que viví, hice lo que pude y me fui cuando pude. Por lo menos salí de ahí!
denunciante: A él no lo tocó nadie
denunciante: A mí me tocaron
denunciante: Yo quiero volver a ser feliz, toda esta mierda me cambió. Yo era distinta.
Cuando el fiscal terminó de leer este pasaje, preguntó al testigo sobre los abusos a los que se refería FL. Cayatta afirmó haber entendido que se trataba de “abuso laboral”, lo que provocó una efusiva respuesta del fiscal. “Cayatta no me tomes el pelo”. Acto seguido pidió por segunda vez la detención por falso testimonio.
El juez Ramos Padilla, después de advertirle las consecuencias de incurrir en un delito, y ante la segunda solicitud del fiscal, optó por suspender el interrogatorio y ordenó la custodia del testigo. Pidió que fuera llevado a la alcaldía. “Vaya y le pido que durante este tiempo reflexione” le dijo el magistrado.
Lealtades
La audiencia prosiguió con las declaraciones, por un lado, de policías que se desempeñaban como custodios y lo acompañaban al acusado en un vehículo a todas partes, vestidos de civil y armados con sus armas reglamentarias: los comisarios Eduardo Raúl Avila y Héctor Lazarte. Por otro lado, declararon los choferes Víctor Salazar y Alfonso Salvador Cubilla, quienes eran empleados estatales y manejaban desde hace años los autos y la trafic en las que trasladaban a políticos tucumanos, familiares y trabajadores de la campaña. Su lealtad al exgobernador tucumano continuó incluso después de la derrota electoral.
Todos delinearon el perfil de la denunciante como una gran trabajadora, dedicada y comprometida. “Tenía un gran futuro por delante”, se escuchó decir a uno de los custodios que además fue candidato a delegado comunal por la localidad del Manantial. Sin embargo, coincidieron en no haber presenciado ninguna situación de abuso sexual por parte de su jefe hacia ella. También reiteraron en sus testimonios que Alperovich trataba bien a las mujeres. Uno de ellos, al ser consultado sobre lo sucedido con una periodista durante una entrevista en La Gaceta, dijo que le parecía un “halago”, pero que no había observado actitudes similares hacia otras mujeres.
Ocupaba un lugar “feudal”, no se le discutía nada
Para contrarrestar, llegó el turno de Franco Gianfrancisco, uno de los dueños de la agencia contratada para la campaña, que trabajó desde enero de 2018 hasta el 11 de junio de 2019. Gianfrancisco pudo dar cuenta del contexto machista que tuvieron que soportar con su equipo durante meses. “Se te ve descansado, se ve que has estado cogiendo toda la noche”, ejemplificó con esta frase el trato grotesco de Alperovich. “Lo dijo de la nada, mientras le acomodaba un micrófono”.
Este testimonio además confirmó dos sucesos que fueron relatados en audiencias anteriores, la incomodidad de una audiovisualista ante el acoso que vivió por parte de Alperovich, y el relato de otro joven, pareja y socio de Gianfrancisco, quien también mencionó los comentarios de índole sexual fuera de lugar que el ex senador había realizado en más de una oportunidad. Los empleados le manifestaban que no querían ir más a las salidas, porque era muy desubicado, con comentarios sexuales y fuera de lugar todo el tiempo.
También habló sobre la asimetría de poder existente, la justificación y celebración del accionar machista por parte del círculo cercano de Alperovich, e incluso contó cómo en un evento en la casa familiar de los Alperovich, los hijos de éste hablaban de “las novias del papá”, lo que terminó incomodándolo y se retiró del lugar. “Es otra generación, son otras épocas, son otras las formas”, justificaban desde entorno cercano.
El abogado de la defensa le consultó si, ante estas condiciones, no podía rescindir el contrato, ante lo cual Gianfrancisco comentó que lo evaluaron de manera colectiva junto a todos los trabajadores, porque rescindir el contrato implicaba que se terminen las fuentes laborales de muchos de los empleados que habían sido contratados específicamente para la cobertura de la campaña. Decidieron continuar por que para muchos implicaba su única fuente laboral, pero modificaron la formas de trabajo para asegurarse que, sobre todo, las mujeres no queden expuestas en esas situaciones.
Describió el lugar que ocupaba Alperovich como “feudal”, no se le discutía nada, no había espacio para opiniones profesionales que se suponía que como agencia debían brindar. “Acá solo éramos ejecutores”, dijo. “Era muy asimétrico e intimidatorio, no había lugar a réplica”.
El juez porteño Ramos Padilla aprovechó que el testigo es especialista en comunicación digital y cuya profesión le permite tener ciertos conocimientos sobre la sociedad tucumana, y le consultó sobre cómo es recibida una denuncia de abuso sexual. Gianfrancisco mencionó que generalmente las víctimas son cuestionadas y trajo el ejemplo de la denuncia actual contra los cuatro jugadores de Velez, imputados por abuso sexual, y los comentarios que ponían en tela de juicio los dichos de la víctima. “Cuando hay una relación diametralmente opuesta de poder o hay una persona con plata, lo primero que se hace es culpar a la víctima”, dijo.
Al concluir la jornada, David Cayatta regresó a la sala para enfrentar las preguntas de la querella, representada por Carolina Cymerman y Esteban Galli, del programa de patrocinio de víctimas, así como de la defensa a cargo de Agusto Garrido, del estudio Cuneo Libarona. El hombre mantuvo su postura de no recordar los mensajes eliminados y de desconocer las situaciones de abuso denunciadas por la sobrina de Alperovich. El juez decidió posponer la decisión sobre el planteo de Abraldes hasta que se incorporen más evidencias durante el juicio. Por su parte el ministerio fiscal insistirá en su alegato con la imputación de falso testimonio.
Se espera que en las próximas audiencias participen políticos tucumanos como Regino Amado y el actual senador Juan Manzur, quien fue citado en marzo y envió una nota solicitando declarar por escrito. El próximo lunes en el Tribunal Oral N° 29, ubicado en el barrio porteño de Recoleta, se anticipa el testimonio de ex colaboradores de Alperovich, incluido David Mizrahi, quien tuvo una breve relación con la denunciante.
