¿Quién es el autor de la película Bazán Frías, elogio del crimen?

Por Juan Mascaró

Juan Mascaró, integrante del Grupo Cine Bandido, que realizó “Bazán Frías, elogio del crimen”, reflexiona sobre la autoría del mismo y sobre la potencia de las creaciones colectivas.

“El autor es sin duda aquel a quien puede atribuírsele lo que ha sido dicho o escrito. Pero la atribución -incluso cuando se trata de un autor conocido- es el resultado de operaciones críticas complejas y raramente justificadas”.

Michel Foucault, ¿Qué es un autor? (1969)

1.

El origen de cualquier texto –y el audiovisual no es una excepción– está en un sujeto de la enunciación que siempre incorpora sus huellas en el significante (la forma misma de la película). Esas “marcas de la enunciación” para la narratología clásica del cine, se sitúan en el plano formal (movimientos de cámara, angulaciones) y, sobre todo, en las relaciones entre imagen-sonido, saber-visión, presencia-ausencia. Este sujeto es el aparato organizador de la producción de sentido y opera a distintos niveles, llevando adelante diversas tareas que abren, cada una de ellas, una serie (posiblemente infinita) de preguntas:

Un-a autor-a-enunciador-a:

  • Selecciona los sistemas de significación y los códigos (¿Es este un documental social?, ¿Un documental sobre cárceles?, ¿Una historia de amor?… solo para pensar algunas posibilidades que brinda el material y la experiencia de este film )
  • Genera y constituye un determinado “lenguaje”. (¿Qué lugar ocupan las palabras?, ¿Y las acciones?, ¿Y los silencios?, ¿Y los gestos? ¿La “realidad narrada” se expone, se observa, se subjetiva?)
  • Orienta la perspectiva “intertextual” (la relación de esta película con otras, por ejemplo) de su propio discurso.
  • Produce una estrategia comunicativa (¿Qué le diremos a un publico con prejuicios frente a la población carcelaria?, ¿En que medida se harán visibles las dimensiones menos “correctas” del discurso y comportamiento de nuestros protagonistas? ¿Es conveniente montarse sobre una “épica” del bandido rural)

2.

En la ficción clásica, el rol todopoderoso del-la director-a concentra decisiones estéticas, narrativas y casi siempre la dirección de actores-actrices.

El punto es que en el tipo de cine documental en el que se encuadra la experiencia de “Bazán Frías, elogio del crimen” (2019) muy pocas de las decisiones precedentes pueden construirse en abstracto, desconociendo o evitando el punto de partida de “lo real” como experiencia, como vínculo, como material de múltiples significaciones que, en principio, se planifica en ocasiones y en otras “surge” y se imprime en imágenes y sonidos.

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3.

Entonces, quién “enuncia” en “Bazán Frías…”

¿Andrés Bazán Frías, bandido social que nos entregó su propia vida en este mundo desigual como insumo para una biografía mítica que construyó el punto de partida de este largometraje documental? La dimensión mítica de Bazán, mas que su existencia real (si eso existiera) es mas bien el centro temático de nuestro film. Y esa huella mítica esta construida socialmente a los largo de casi un siglo. No es, en principio, “de nadie”, y es de todxs.

¿Mari Guardia, autora del libro “De fornicarios, bandoleros y milagros” que contiene la descripción de algunos momentos de la vida de Bazán que utilizamos como “insumo” para el trabajo con un grupo de presos en el penal de Villa Urquiza?

¿Lucas García, director de “actores” y realizador y de la puesta en escena de las ficciones que representan la vida de Bazán y que acompañó la totalidad del proceso de investigación, rodaje y montaje? Lucas partió de escritos fragmentados sobre la vida de Bazán que llevó a un ejercicio en el marco de un taller de montaje en la Escuela Universitaria de Cine, Video y TV de la que era estudiante en ese momento.

De este espacio académico surgió inicialmente el proyecto de la película, dado que todxs lxs que desarrollamos roles “técnicos” en la película fuimos o somos estudiantes, egresados o docentes de la EUCVyTV de la UNT (Universidad Nacional de Tucumán).

¿Juan Mascaró, montajista del film que filmó en parte, ordenó y unió los fragmentos-tomas-planos? En cierto cine documental la labor de edición conlleva una re-escritura del relato de mayor peso que en la ficción clásica, donde lo filmado responde a lo escrito y el trabajo de edición se despliega fundamentalmente en torno al ritmo y la cadencia de una historia que ya fue “escrita en imágenes”.

¿Lxs talleristas Cesar Romero y Silvia Quírico que propusieron a los presos del penal de Villa Urquiza un ejercicio de reflexión y actuación que determino las escenas filmadas? Cesar y Silvia hicieron mucho más: convocaron, dialogaron, trazaron ejes temáticos, escrutaron la historia y fisonomía de cada uno de nuestros “actores”, los sumergieron en actividades que fueron acercándolos a los roles de la “ficción” de la vida de Bazán, y en cierto sentido “dirigieron” sus actuaciones hasta el momento de filmar.

¿Los mismos presos que además de actuar aportaron sus propias experiencias de vida para construir los momentos “documentales” y “ficcionales” de la película?

¿Los camarógrafos Sebastián Suárez (central y mayoritariamente), Juan Mascaró, Duilio Gatti, que fueron improvisando un punto de vista y una puesta en escena de las rondas donde los presos reflexionaban en torno a Bazán Frías y ellos mismos? ¿La sonidista Virginia Agüero que involucro al grupo de presos en el registro sonoro?

¿María Alejandra Monteros, la única mujer del grupo de actuación, y única participante “externa” del mismo, que puso su propia experiencia de vida, su historia y su cuerpo para construir una narración “ficcional” junto a los presos, y cuya memoria escrita por ella misma de la experiencia construye parte de la trama del film?

¿El colectivo Cine Bandido en su totalidad (del que todxs los que participamos de la película e íbamos desde afuera” formamos parte), que estableció un vínculo de confianza con el grupo de reclusos que permitió la existencia de varias de las escenas? (sumaría que varias situaciones de conflicto durante y luego del rodaje corrieron también por los carriles de la “negociación colectiva”)

4.

Cierto cine (muy presente en el imaginario de estudiantes y profesionales del campo) nos encadena a un santuario de genios y caminadores de alfombras rojas construidos como individualidades o, en el mejor de los casos, “elites”.

Una forma de cine documental, que muchxs hemos elegido como camino de vida y que tiene una rica tradición en América Latina, derriba ese imaginario para abrirnos la puerta de un mundo de creaciones colectivas: un territorio complejo, conflictivo, a veces de inciertos resultados, pero de una potencia apasionante.

¿Autor?: Juan Mascaró. Docente de la EUCVyTV del UNT. Integrante del Grupo Cine Bandido, que realizó “Bazán Frías, elogio del crimen” (2019)

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