El arqueólogo radicado en San martín de los Andes, Alberto Pérez, critica el discurso xenófobo contra el pueblo mapuche.
El pueblo Mapuche no es un invasor del territorio de la cuenca Lácar, están aquí mucho antes de lo que se cree o conoce, solo que bajo otra configuración social, política y territorial, reorganizada a partir del contacto con el mundo colonial. Son los Reche, sus antecesores inmediatos, cuyo correlato arqueológico es lo que conocemos como Tradición Bicroma Rojo sobre Blanco (antes llamado Complejo El Vergel, el cual incluye al estilo cerámico Valdivia), presente en San Martín de los Andes desde el siglo XIV de nuestra era.
Estos a su vez, son la continuidad de lo que se ha denominado científicamente Tradición Arqueológica de los Bosques Templados, conocidos también como Complejo Pitrén. Un conjunto de poblaciones que se extendió desde la costa pacifica a nuestra localidad entre los siglo III y XV de nuestra era. De la reconfiguración de estos surgirá lo Reche, y posteriormente de su interacción con el mundo colonial, un proceso de etnogénesis durante el siglo XVIII generará el colectivo identitario que conocemos como “mapuches”.
Incluso si vamos hacia atrás, ¿de dónde viene Pitren?, pues son la expresión alfarera de poblaciones mas estudiadas en la región de Panguipulli, parte de la cuenca hidrográfica valdiviana, como toda la cuenca Lácar (su naciente) donde habitamos.
A lo largo de esta cuenca se observa una forma de vida boscosa y lacustre que cuenta con casi 10 mil años de especialización. En suma, los antecesores de los actuales pueblos mapuches han colonizado este territorio hace aproximadamente (mínimo) 1.100 años atrás, y esto se debe a que su forma de vida estaba adaptada a estos ambientes y sus recursos, son poblaciones que han coevolucionado con ellos, y por ende el poblamiento de esta zona se da como una expansión en sentido Oeste-Este y la ocupación efectiva de un área buffer conocida y utiliza logísticamente desde mucho tiempo antes.
Pues donde esta lo Tehuelche se preguntarán?. Hasta la fecha no se han encontrado registros materiales ni existe información etnohistórica que de cuenta de su presencia en la cuenca.
Esto se debe a la alta especialización de las poblaciones Gunnuna kena (conocidas como tehuelches en tiempos históricos) en la explotación del ambiente y recursos muy específicos en su forma de vida, principalmente de animales que tiene una forma de vida en otras ambientes, específicamente camélidos como el guanaco, por lo que su territorialidad no habría incluido estos ámbitos boscosos y lacustres en forma efectiva, mas allá de proveerse en forma directa y/o indirecta de alguno de sus recursos en forma estacional.
Su forma de vida tan especializada los llevó a tener una movilidad más vinculada a los ciclos de migración y parición del guanaco entre la estepa y la costa que ha interesarse por poblar el bosque y los lagos andino-norpatagonicos. Al menos esto es lo que parece haber ocurrido en la cuenca Lácar, y tal vez no así en otras latitudes del territorio Patagónico.
Arqueólogo Alberto Pérez