Prevención | Consejos posibles para una niñez más saludable

En el marco del “Día Nacional del Pediatra”, desde La Nota, destacamos algunas características de esta rama de la medicina, estrategias y hábitos para fortalecer la prevención de enfermedades.


De acuerdo a una importante cantidad de profesionales, la pediatría abarcaría la atención desde los bebés recién nacidos hasta la mayoría de edad. Su trabajo consiste en la prevención de niños y niñas su diagnóstico y tratamientos ante las diferentes enfermedades posibles.

Se conmemora en Argentina el Día Nacional del Pediatra cada 20 de octubre, debido a que en esa fecha, pero de 1911, se fundó la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), una de las instituciones científicas más antiguas del país. La fecha nació tras el Congreso Mundial de Pediatría celebrado en Argentina en 1973. Al respecto, el secretario ejecutivo médico del Siprosa, doctor Gustavo Vigliocco, destacó la importancia del pediatra por trabajar en la prevención y la promoción de la salud. “Tenemos en nuestras manos lo más importante que puede tener un médico o médica. Los niños y niñas representan el 40% en la población actual y el 100% del futuro. Por eso los profesionales tienen que trabajar juntos, estudiar y acordarse que tienen en sus manos nada más y nada menos que el futuro de los argentinos y argentinas”, reflexionó.

La especialidad médica se ocupa, entonces, de los menores desde el nacimiento hasta la adolescencia, en la que se definen cinco periodos:

-Recién nacido (hasta las 4 semanas)
-Lactante (de 1 hasta 12 meses)
-Preescolar (de 1 a 6 años)
-Escolar (de 6 a 12 años)
-Adolescente (de 12 a 18 años)

Posibles hábitos saludables

1. Sueño reparador: se recomienda que niños y niñas deben dormir entre 8 y 9 horas diarias.

2. Alimentación constante y balanceada: entre 4 o 5 comidas al día. Cada comida le ayuda a restablecer la energía para mantenerse activo y sentirte satisfecho e impulsa a aprender más cosas. El equilibrio se refleja en la proporción diaria de hidratos de carbono, proteínas y grasas. La alimentación de hoy día tiende a desequilibrarse: o tomamos mucha proteína o nos pasamos con los hidratos de carbono. La pirámide alimentaria ofrece unas cantidades y proporciones adecuadas:

-Más fruta y verdura. Consumir cinco raciones diarias de fruta y verdura.
-Menos proteínas. Reducir el consumo de carne a dos o tres veces por semana y tomar pescado en la misma proporción. Basta con comer cualquiera de estos una vez al día. Pero si tomamos de uno, no conviene hacerlo del otro.
-Más cereales. Deben consumirlos diariamente en forma de arroz, pasta o pan.
-Menos comida rápida. Limitar al máximo la comida rápida y envasados industriales (contienen mucha grasa y calorías).
-Beber agua. El 70% de nuestro cuerpo es agua, imprescindible para eliminar toxinas e hidratar todos los órganos. Apostar por el agua como bebida familiar es una opción de salud. Los zumos de frutas naturales son una buena alternativa, pero no conviene abusar de ellos, ya que contienen demasiados azúcares. Podemos ofrecérselos a los niños rebajados con un poco con agua.

Establecer horarios fijos para cada comida, para acostumbrar al cuerpo a unos horarios y limitar el picoteo entre horas. Planear las comidas con antelación. Así suelen ser más equilibradas y completas.

3. Libertad para expresar emociones: Aunque todavía le cueste trabajo definir lo que siente con palabras, los niños y niñas también experimentan sentimientos de enojo, tristeza o impotencia. “No llores” es una mala opció, porque ignorar sus emociones puede ocasionar que terminen por reprimirlas; resulta más positivo hacerles saber que son reacciones naturales, y tal vez, lo mejor sea ayudarles a entender por qué se sienten de esa manera y orientarles a una solución positiva.

4. Tomar decisiones propias: “Ponte esta ropa”, “así no se hace”, ¿te suena familiar? Este tipo de imposiciones pueden potencias futuras inseguridades. Por el contrario, darles lugar para decidir fortalece su autoestima y la seguridad.

5. Expresarles amor y cariño: El afecto es una de las herramientas más valiosas para desarrollar el amor propio y el bienestar general.

6. Menos televisión y uso de tecnología digital: La mayoría de los niños y niñas pasan frente a la pantalla entre tres y cinco horas diarias, cuando lo recomendable es de una a dos horas. Se recomienda pactar con ellos un tiempo máximo y buscar otro tipo de actividades para disfrutar del tiempo libre.

7. Desarrollar actividad física: El juego y el deporte son aliados imprescindibles para el buen funcionamiento del organismo. Una hora de actividad física moderada al día mejora sensiblemente el índice de masa corporal (relación entre peso y estatura) de los niños, incrementa su rendimiento escolar e incluso su estado de ánimo.

Crear nuevos hábitos

Mantener un ambiente saludable es una tarea que implica compromiso y dedicación. En este sentido, la mayor parte de las distintas poblaciones del mundo, viven contra el reloj y cada vez son menos las horas libres y de esparcimiento. “Pongamos metas realistas. ¿Cómo vamos a organizar las comidas? ¿Qué días haremos actividades al aire libre? Nuestras buenas intenciones pueden venirse abajo ante una organización demasiado exigente. No es aconsejable, alterar nuestras rutinas de la noche a la mañana. Es preferible poner en marcha dos o tres pequeños cambios, y esperar a que estén integrados para pasar a los siguientes”, aconseja el Dr. Juan Pedro López-Siguero, responsable del Servicio de Endocrinología Pediátrica del hospital Materno Infantil de Málaga.

 

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