Pisando el Arcoíris

La senda peatonal de la Plaza Independencia pintada con los colores de la bandera del orgullo LGBT logró llamar la atención de gran parte de la sociedad tucumana. ¿Qué impacto tiene el marketing de la bandera del arcoíris? ¿Cómo aporta a una vida libre de discriminación? 

La municipalidad de San Miguel de Tucumán, por pedido del INADI,  pintó la bandera del orgullo LGBT en senda peatonal de la Plaza Independencia de la esquina San Martín y Laprida en conmemoración del 17 de Mayo día internacional contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género.

A primera vista este hecho parece ser una acción positiva en favor de la promoción de derechos de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y trans de Tucumán. Pero como la mayoría de las noticias positivas que lleva a cabo la gestión Cambiemos, resulta ser aquello que comúnmente se llama “cartón pintado”.  Esta estrategia comunicacional no es un invento autóctono, ni mucho menos algo aislado, responde a un modo en el que esta gestión decidió trabajar los asuntos de referidos a diversidad sexual. En Ciudad Autónoma de Buenos Aires  en junio del 2016 pusieron el nombre de Carlos Jauregui, histórico activista gay, a una estación de subte de la línea D. Y en los años siguientes acciones del orden del marketing se replican a lo largo y ancho del país, hasta llegar a este 17 de Mayo, para el cual planean hacer actos de visibilidad en todo el país, de esos en los que lo que abundan son las fotos, y lo que falta son las políticas públicas.

El Estado no es un grupo de personas con buena voluntad

Supongamos que un grupo de activistas locales deciden pintar la peatonal de la Plaza Independencia con motivo de la misma fecha. Esto sería el resultado de reuniones, debates entre activistas y militantes locales,  afianzaría la sociabilidad, requeriría aportes económicos de cada persona para comprar las pinturas, y por supuesto, implicaría poner el cuerpo en la esfera pública, visibilizarse como parte de la comunidad LGBT de nuestra provincia. Esta práctica posible, difiere mucho de la decisión de organismos estatales de gastar una módica suma en pintura y enviar a la Dirección de Tránsito con un dibujo de la bandera a realizar la tarea. Lo que hicieron no produce ningún cambio, aprendizaje ni experiencia transformadora en los trabajadores que la realizan, ni mucho menos un impacto pedagógico la sociedad. Este tipo de actividades sirve  para obtener algunas notas en medios de comunicación  y algunas fotos para la prensa algunas oficinas estatales destinando la menor cantidad de dinero posible.

Es cierto que también genera comentarios negativos, discriminadores y detractores por las redes sociales. Y que esa incomodidad es algo que atrae al activismo, porque queremos que miren y se acostumbren a que el Jardín de la República no está compuesto solo por heterosexuales. Pero esta sensación no puede ser el principio y fin del activismo, esta acción no educa, más aun, pone a los miembros de la comunidad en la tarea de salir a explicar y justificar el motivo de la actividad por las redes sociales. Y por sobre todo, es una medida pensada por heterosexuales para heterosexuales, para que “ellos” nos acepten, cuando en realidad a 8 años de la ley matrimonio igualitario, y 6 de la ley de Identidad de Género, lo que necesitamos son políticas públicas pensadas en conjunto con la comunidad LGBT y para beneficio de la misma.

Efemérides no es política pública

¿Cuántas capacitaciones dieron en la municipalidad para trabajar el reconocimiento de derechos a gays, lesbianas y trans? ¿Cuál es el proyecto de inclusión laboral para travestis y trans que está trabajando el INADI? ¿Cuántos fondos posee la delegación tucumana para realizar actividades que representen unas verdades inclusión de la comunidad en la sociedad?

El 17 de Mayo se celebra el día internacional contra la discriminación por orientación sexual porque en esa fecha en el año 1990 la Organización Mundial de la Salud quitó a la homosexualidad del listado de enfermedades mentales. Este proceso de despatologización significó y significa una de las batallas más grandes  en contra del modo en que la cultura occidental trató a todas aquellas expresiones sexo afectivas no heterosexuales.  El sentido común aún indica a muchas personas que no ser heterosexual es algún tipo de desviación o enfermedad, pero las leyes, la ciencia y la realidad demuestran hace décadas que esta violencia es infundada.

Ese espíritu no se encuentra presentes en el marketing de la bandera del arcoiris, más bien parece estar estratégicamente diseñado para contentar a la comunidad LGBT y sus simpatizantes, sin modificar efectivamente la realidad, para simpatizar también con los sectores conservadores que también son simpatizantes de cambiemos. Si al kirchnerismo se le adjudicaba que “compraba voluntades” tanto progresistas como conservadora mediante becas, financiación de proyectos y recursos, al Macrismo podemos claramente adjudicarle la compra voluntades mediante aquello que no otorga. A los conservadores seduce con el desguace de instituciones que deben defender los derechos de las personas discriminadas, fomentado por el discurso de “basta de mantener vagos”, y las progresistas conquista con actos simbólicos, de esos que generar la charla del día en el trabajo, pero que no conduce a un cambia cuantificable.

El uso del 17 de Mayo, y de la representativa bandera de colores para mostrar una arista buena e inclusivo de Cambiemos es solamente una estrategia comunicacional.  Desandar el camino de discriminación  y violencia necesita de un esfuerzo real y concreto, de la visibilización se encarga las personas de la comunidad cada vez que caminan por la calle con sus parejas, o cada vez que hablan con su entorno sobre su orientación sexual o identidad de género.

Para vivir mejor, la comunidad LGBT, a igual que  el resto de la sociedad, necesita de un Estado presente, de políticas públicas serias y a largo plazo, lo que a  fin de cuentas significa presupuesto.  El presupuesto es dinero en equipos técnicos formados, es formación profesional de toda la planta estatal, es promoción de salud sexual con recursos,  es el cupo laboral trans, es tratamiento eficaz y eficiente a las denuncias por discriminación que acontecen semanalmente en la provincia.  Y eso, por supuesto, es algo que la gestión de Cambiemos no está dispuesta a gastar.

Podríamos   aseverar que la propuesta de la peatonal lo que  propone es  pisar el arcoiris. Lo hace cuando plantea pintar la senda peatonal más concurrida de Tucumán, y lo hace cuando ajusta el presupuesto para todos esos brazos del Estado que deberían acompañar a aquellos que menos tienen. Los gays, lesbianas y trans discriminados necesitan algo más, las personas que no llegan a fin de mes necesitan algo más, incluso los heterosexuales que se indignan por esas líneas pintadas con los colores del arcoiris, necesitan algo más.  La gestión Cambiemos parece querer ignorar que todas las personas que habitamos el suelo Argentino, meceremos y necesitamos algo más.

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