Pita Pawer es Dj y productora tucumana. Fusiona géneros como el reggaeton con ritmos experimentales de la electrónica de club de los 80 y 90. Desde el año 2018 lleva a cabo de manera autogestiva más de 30 eventos producidos y coordinados en diferentes provincias como Neuquén, Tucumán y Salta. En esta nota, nos cuenta qué es el perreo y por qué nos gusta tanto bailarlo.
Por Pita Pawer
Cuando empecé a escribir esta nota no sabía si iba a ser un ensayo en defensa del reggaeton y el perreo. ¿Defenderlo de quién o de qué? Si es un género musical, es una manifestación sociocultural que surgió de la necesidad de la juventud de expresarse y ahí me doy cuenta que sí, que lo primero que hay que defender es a la música de la ignorancia.
El reggaetón es el resultado de la fusión de reggae jamaiquino con el hip hop norteamericano, tuvo un primer brote en Panamá por los años 70 y luego en Puerto Rico se define plenamente de la mano de Vico c y Dj Negro a principios de los años noventa. Vico c fue unos de los primeros en rapear en español y eso fue revolucionario en el vecindario y luego en todo Latinoamérica.
El tema principal de sus canciones abordaban problemáticas de su vida cotidiana, Costa Rica por esos años era un país muy pobre e influenciado por Estados Unidos y buscaban en la música sentir representación. Sus letras eran explicitas, hablaban de lo que sucedía en los barrios, la droga, lo que les gustaba hacer, el sexo y por esto era considerado undergroud.
Underground significa aquello que no se puede ver, que no puede salir a la luz. Esta música no se podía pasar por estaciones de radio, y estos artistas comenzaron a grabar casettes que comercializaban mano en mano y luego se bailaban en clubes. Poco a poco esta movida fue incontenible para el gobierno puesto que sus letras expresan absolutamente todo lo que a ellos no les convenía.
El reggaetón fue y es una expresión de arte y revolución.
Las raíces africanas en las islas dejaron en cada sitio un tambor, la conexión con la tierra, las danzas africanas también tuvieron roles imprescindibles a la hora de danzar este ritmo nuevo que estaba creciendo.
EL RITMO ES CULTURA
El Reggaetón es uno de los géneros musicales más cuestionados y combatidos desde sus inicios por la sociedad. Acusado de corruptor, de incitar a la violencia, las drogas y al perreo, un baile considerado soez y sexual.
Existe un énfasis de los anti reggaetón en la genitalidad del perreo. Percibiendo el reggaetón como la antítesis de sus valores, los portavoces de la clase media no tardaron en atacarlo, llamándolo, entre otros apelativos, inmoral, artísticamente deficiente, un atentado al orden social, apolítico, misógino, una versión aguada del hip-hop y el reggae, la sentencia de muerte de la salsa, y una música ajena a Puerto Rico, incluso.
A pesar de eso el género se esparció y también se perfeccionó hasta convertirse en un éxito a nivel mundial, y el principal producto de exportación de Puerto Rico.
El Reggaeton surge como todos los productos culturales, de la comunión de identidades, tradición y la novedad. El género pone en evidencia la centralidad de las diásporas africanas en la cultura local y sugiere que lo local está compuesto de culturas globalizadas.
El perreo ha sido tachado de machista y moralmente reprobable por degradar a la mujer al rol de mero objeto sexual. Sin embargo, desde hace más de una década, tanto desde la academia como desde el “postfeminismo prosexualidad” se viene defendiendo la necesidad de pensar el perreo, así como otros bailes hipersexualizados, como un fenómeno complejo y contradictorio que puede ser entendido como una forma de empoderamiento femenino.
En esta nueva línea de concebir el perreo se inscribirá el neoperreo y se ha constituido recientemente como un subgénero del reggaeton. Es una declaración de intenciones con la mirada fija en el futuro.
Tomasa del Real (creadora del NeoPerreo) define el movimiento como “la síntesis de todos estos nuevos sonidos, de los nuevos consumidores que incluyen tanto a las mayorías como a las minorías, donde todos nos juntamos a través del gusto de bailar” (citada en Herrera 2016) y reivindica un modelo de fiesta inclusiva. Otra de sus características principales es que sus máximas representantes, tanto artistas como DJs, son mujeres y personas queer, por ello en el neoperreo encontramos gestos de “subversión, reapropiación y re significación políticas” que chocan con ciertos elementos performáticos del reggaeton tradicional.
Los miembros de una nueva generación que ha crecido con el reggaetón pero que no encuentran lugar para vivir sus identidades han hecho del neoperreo un espacio inclusivo, un nuevo modelo de reggaetón en el que sí tienen cabida. Esto, a su vez, ha hecho que el movimiento gane apoyo por parte de la prensa musical, que históricamente había ignorado al reggaeton considerándolo como un producto comercial sin demasiado interés musical.
Claramente cuando decimos que es un fenómeno cultural, podemos imaginar que Tucumán no está exento de tal información estética y sonora como lo son absolutamente todas las corrientes y fusiones que el reggaetón está experimentando y atravesando.
Como dj y productora tucumana fusiono géneros como el reggaeton con ritmos experimentales de la electrónica de club de los 80 y 90 (rave, tribal, techno, dubstep). Esta fusión es rupturista, porque apunta a quebrar con las etiquetas musicales y que géneros como el reggaeton, llegue a todos lados, incluso a los “templos de techno”. Considero que esta combinación es, la evolución, es el futuro. Durante la pandemia trabajé en una trilogía de mixtapes a los que llamo “putas darks” y conformamos un colectivos de artistas de la nueva generacion (dj, diseñadorxs graficxs, performers, cantantxs y bailarinxs ) todas ellas identificadas como góticas del futuro amantes del perreo.
Putas darks está integrado por Crear carpeta, Pulpa de Mango, Eludelmal, Feminasty y Pita Pawer, somos creadorxs de la nueva escena del perreo experimental y reggaeton viejito con su proyecto LA BEBOTECA: 6 hs de latigazos sonoros y nalgadas explosivas de purpurina. La beboteka es un combo estelar que envía un poderoso mensaje de sudor y perreo a las profundidades del jardín de la república.