Imágenes de La Rioja, de su belleza, de sus décadas de extractivismo y de la permanente e inclaudicable resistencia. Aylen Almendra fotografía y escribe sobre qué vio y qué sintió en el territorio riojano: “¿Cómo nos influye el sol, las ventanas cerradas en agosto, las piedras en los ojos, los siglos de saqueo? Pasaron los días, las semanas. El sol estaba ahí pero no podía verlo, no era tan simple. Reconciliarse con el clima, hablar bajito y ya no solo observar”.
Por Aylen Almendra para Tierra Viva
El escritor y músico Daniel Moyano definió en 1959: “La Rioja no es un lugar como algunos otros. No es una superficie tersa transitada de puntillas por personajes que se representan a sí mismos. Yo la veo toda desnuda, toda huesos y vísceras, invitándome a penetrarla, a sufrirla, lo que significa decir, la vida de sus gentes”.
¿Por qué Daniel Moyano describe de esa manera a nuestro territorio? ¿Por qué me cuesta soportar el invierno y el polvo permanente? ¿Por qué esperamos la lluvia todo el tiempo?
En 1904, en Chilecito, al pie del cerro Famatina, se inauguró el ferrocarril, estratégico tramo coincidente con la puesta en funcionamiento de mina La Mejicana. Su sistema “cable carril” cruza la montaña hasta la “novena estación”, a 4600 metros sobre el nivel del mar. Transportaba 12.000 toneladas mensuales de minerales desde el cerro hasta la estación de tren en Chilecito. De allí, directo a los puertos con destino final a Europa. Los durmientes de esas vías fueron extraídos del bosque nativo. La tracción a vapor del cable carril, durante los 20 años de funcionamiento, fue a costa también de los árboles locales.
Esta zona de guadal, polvo en suspensión, de sequía; hoy de monocultivo de olivo, es consecuencia del extractivismo cíclico que transitamos hasta nuestros días.
Existen proyectos mineros activos en La Rioja: King Tut, Umango, Hanaq, Quebrada de Peña Negra y José María (en San Juan pero que afectará también a La Rioja), según precisa un folleto de las Asambleas Riojanas Antiextractivistas. En el mismo escrito, las Asambleas destacar: “Exigimos al gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, que anule todos los permisos mineros en el territorio riojano y el retiro inmediato de todas estas empresas. ¡Basta de mentiras! Agua para los pueblos, no para las mineras”.
“Yo la veo toda desnuda, toda huesos y vísceras”, decía Daniel Moyano. Le agrego: yo la veo toda saqueada.
Dependemos de los ríos, del deshielo de las montañas. En el 2013, en el Corte en Alto Carrizal (Famatina), en una noche de guardia, los hombres y las mujeres hablando bajito contaban que no tenían miedo de perder la vida por defender el agua. Entre manos cuarteadas y miradas momentáneamente sumisas se resguarda la fuerza de no tener miedo a morir. Somos eso, resistencia.
Pensé en observar para reconciliarme con el clima. Descubro que hay cosas que no se pueden ver.
Ver el sol no es tan simple. Me convenzo que las imágenes no solo son luz sino también tiempo. Que no solo es vorágine de tecnología —que nos arrastra muchas veces a fotos de mayor resolución— sino también es dimensión química de algo incontrolable.
Registro el tiempo traducido en el recorrido del sol, intentando entender porque el clima afecta nuestras formas y nuestro ánimo. Acompaño con imágenes digitales, caigo en la cuenta de que hay formas naturales comunes entre el sol, las plantas, la piel, el agua. Confirmo mi conciliación con el clima (solo con el clima), pero ya no solo observo.