La Lic. y Prof. de la Facultad de Artes de la U.N.T. dará una charla mañana en el Museo Municipal de Termas de Río Hondo. Memoria sobre la última dictadura cívico-militar y la muerte de Facundo Ferreira. Su producción con artista visual.
“Sin memoria no somos nadie. Me parece muy importante reflexionar en este día porque los Derechos Humanos se siguen ignorando desde el Estado y existe -aún- un agravante más penoso que es la justificación -de algunos sectores sociales- ante las violaciones de los derechos. Creo que este problema se recrudece más cuando las acciones se relacionan a menores de edad, por ejemplo, con el asesinato de Facundo Ferreira: un niño de 12 años víctima del gatillo fácil. No existe explicación ni justificación alguna para este hecho como tampoco la tuvo la desaparición de 30.000 personas durante la Dictadura”, explicó la Lic. y Prof. Marisa Rossini que dará una charla sobre Derechos Humanos en el arte, mañana en el Museo Municipal de Termas de Río Hondo.
“Antes del asesinato de Facundo ya tenía agendada la charla sobre Derechos Humanos en las Termas e iba a encausarlo hacia otra dirección. Pero, el hecho en sí mismo -y la horrosa repercusión que tuvo-, representa un síntoma de enfermedad social muy fuerte que va en detrimento de los Derechos Dumanos y, en el marco del Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, considero que no puede caer en saco roto todo lo que se esconde detrás de esta anécdota. Antes de la charla que daré, haremos una primera actividad de estampación: sobre un retrato de Facundo, cada uno de los asistentes a la charla, estamparán la consigna ¡Nunca Más!, con la tipografía característica de esta máxima de los Derechos Humanos, para hacer referencia a la expresión que utilizamos para repudiar el terrorismo de Estado comprendido durante la última dictadura militar, que luego fue apropiado por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) para titular el programa televisivo y el informe final sobre su investigación, publicado como libro con sucesivas ediciones hasta el día de hoy”, agregó.
Las primeras incursiones de Marisa en el arte fueron a través de la pintura, luego se dedicó al grabado, a la edición de libros de artistas, video-instalación, fotografía, cerámica, arte correo, arte digital y escultura. “Creo que mi parte gráfica -en general- es muy fuerte y todo termina edquiriendo esa impronta. Hasta el momento hice más de 100 exposiciones y participé en más de 30 salones, en algunos premiada y en otros como jurado”, expresó la artista.
“Mi trabajo podría enmarcarse en el campo de lo que Nicolás Bourriaud denominó postproducción en artes visuales y está íntimamente vinculado a la producción y el consumo. También trabajo con una selección y combinación de elementos muy heterogéneos, la mayoría de ellos relacionados a mis viajes; recorrí más de 100 ciudades en más de 20 países. Conocer otras culturas y formas de vida en el mundo es una experiencia muy enriquecedora desde muchas perspectivas, algo que aprendí de tantos viajes y mi carrera como artista es la movilidad social en la que me siento inmersa; cualquier lugar es mi lugar en el mundo”.
Las imágenes anteriores pertenecen a la obra Línea activa y otras formas.
Leer el arte
Marisa Rossini tiene un recorrido diverso y radicante en su producción artística. En materia de contenido, sus obras denuncian o tienen anclaje en diversos temas y -sin duda- el público, o la comunidad interesada y atravesada por cada una de sus producciones, variaron con el tiempo. A pesar de esta característica habría un común denominador, “creo que cada uno lee las obras de arte como puede. Desde mi producción -que lleva más de 20 años- no pretendo dar una directiva de lectura pero sí creo que con muchos trabajos logré que -a simple vista- una obra parezca una cosa pero, -al mirar en planos de mayor complejidad- representen otra. Tal fue el caso de Donde nunca tiene fin la primavera, donde pinté el virus del HIV pero a la gente -en general- le parece unas bellas y decorativas flores para el living de su casa. Entonces, existen diferentes maneras de relacionarse con las obras y eso para mí esta bien.
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Donde nunca tiene fin la primavera, pintura, 80×60 cm, 2007.
Sobre Marisa Rossini
Artista visual, Licenciada en Artes Plásticas de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán, se tituló también como Profesora en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán. Realizó un postgrado en arte contemporáneo en la Universidad Nacional de Cuyo, estudió en la Universidad Arturo Prat (Iquique, Chile) y está a cargo de cursos teóricos- prácticos tanto a nivel particular (desde 1992) como institucional, en la Universidad Nacional de Tucumán (desde 1998). Desde el 93 participó en grupos tanto de investigación, gestión cultural, como de producción artística, algunos de ello el Centro de estudios de arte contemporáneo, La sangrada familia, el grupo Pukara, fue co- fundadora de Margen Gráfico, del Instituto de Formación, Producción e Investigación en Arte Impreso, “Paralelo 26, al este del paraíso”, co-fundó talleres como xilo (93) Junto Grafiek del 1995 al 2005 y en el 2007 Zero, el taller ” la oficina” 2009. Expuso tanto en Argentina como en Bélgica, Francia, Chile, Austria, México, Inglaterra, Estados Unidos, Japón, Australia, España, etc. Fueron más de 80 exposiciones y más de 20 salones, premiada en algunos y en otros, se desempeñó como jurado.
