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En el marco del Día Internacional de los Museos, celebrado este sábado, desde La Nota invitamos al licenciado Luis María Rojas (director de Linde contemporánea) y a la licenciada Claudia Epstein (directora del MUNT) a reflexionar sobre las incumbencias y competencias de los museos en la actualidad.
Esta nota fue publicada el 18 de mayo de 2019
Cada año, desde 1977, el ICOM (International Council of Museums), o Consejo Internacional de Museos, organiza el DIM (Día Internacional de los Museos), “un momento excepcional para la comunidad museística internacional”, afirman desde la organización, cuyo objetivo es “destacar la importancia de los museos como medios de intercambio cultural, de enriquecimiento de las culturas, así como para el desarrollo de la comprensión mutua, de la colaboración y de la paz entre los pueblos”.
“El lema propuesto este año por ICOM desafía a las personas trabajadoras de museos a generar acciones que les permitan transformar sus legados, creando nuevas prácticas orientadas a responder a las demandas de sociedades en permanente cambio”, señaló la licenciada Claudia Epstein, directora del MUNT (Museo de la Universidad Nacional de Tucumán) Dr. J. B. Terán, uno de los 37.000 museos que constituyen el Consejo museístico de orden mundial en 158 países. “Este desafío encuentra a nuestro museo orientado en esa línea de acción: el MUNT como un museo expandido”, agregó Esptein.
Orígenes
De acuerdo al historiador de arte español, experto en museos y divulgador artístico José Albelo, el origen etimológico de la palabra ‘museo’ se remonta a la Grecia antigua. “Según la mitología griega museion (en latín musaeum) era la casa de las musas, nueve deidades que según la fábula habitaban en el Parnaso o en el Helicón presididas por Apolo. Todas ellas eran hermanas y personificaban las artes y las ciencias. Así, Calíope lo era de la Poesía Épica, Clío de la Historia, Erato de la Poesía Lírica, Euterpe de la Música, Melpómene de la Tragedia, Polimnia de la Pantomima, Talía de la Comedia, Terpsícore de la Danza y Urania de la Astronomía. Su principal razón de ser era la protección de las artes mencionadas y la inspiración a los artistas”, señala Albelo.
Albelo agrega que la Historia hegemónica -claramente europea- sitúa en el año 1791 el surgimiento del museo moderno cuando la Asamblea Nacional, en plena Revolución Francesa, declara formalmente que el Palacio del Louvre, el Palacio de las Tullerías (ahora desaparecido) y el Gabinete de Historia Natural dejarían de pertenecer al rey y serían propiedad de la nación francesa, con el objetivo de reunir todos los monumentos dedicados a las ciencias y las artes.
Actualmente, desde el ICOM califican a cada museo como “una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y abierta al público, que adquiere, conserva, estudia, expone y difunde el patrimonio material e inmaterial de la humanidad con fines de estudio educación y recreo”, sostienen desde el Consejo.
“En el siglo XVIII se genera un cambio semántico en torno a la palabra ‘museo’, puesto que de una referencia etimológica más o menos difusa, proveniente de la antigüedad clásica, se fue ampliando su significado a una tipología arquitectónica, es decir, un lugar físico en el que es posible contemplar una colección de obras de arte determinada, tal y como ocurría en las cámaras del Renacimiento centroeuropeo, o en acerbos artísticos privados de los primeros coleccionistas, pero en esta ocasión de acceso público y no sólo restringido a la clase social aristocrática“, concluye Albelo.
Sin límites(?)
“Los museos no tienen fronteras, tienen una red”, enuncia el slogan del Consejo Internacional de Museos. Los museos ¿funcionan realmente en red? ¿Promueven aspectos de identidad nacional de los contextos que les envuelven?, ¿para/de/con quiénes? En Latinoamérica ¿cuánto legado queda de la academia cuya génesis se corresponde del otro lado del charco? Esa génesis ¿ya es indisociable de nuestra historia? ¿Cuál es el estado de las mujeres cis, colectivo LGBTIQ+, pueblos originarios y otras etnias en los museos y circuitos de artes visuales del siglo XXI?
Desde México, la licenciada en ciencias de la educación, especialista y maestra en estudios de género Luz Maceira Ochoa, sostiene que “los museos carecen de una ‘esencia’ que los defina, no tienen un rol fundamental y único, [1] sus identidades, objetivos, funciones, conocimientos, materias, etc., son variables y discontinuos, y están sujetos a cambios en las relaciones de poder, a constricciones sociales o políticas; pero han tenido desde siempre un papel activo en la modelación del conocimiento, formando parte de las estructuras del conocimiento, operando y en ocasiones definiendo las reglas para producirlo”
A su vez, Ochoa señala que los museos, a través de la colección, selección y clasificación de objetos que persiguen construir una ‘verdad’, configuran una de las modalidades más importantes de producción del conocimiento [2]. Además, cada museo es uno de los sitios donde la gente aprende a mirar el mundo, valorar el pasado, visualizar las relaciones entre especies y elementos del mundo y de la realidad social [3].
Pensar los museos en Tucumán
Desde La Nota invitamos a reflexionar sobre el rol actual de los museos en la escena local al licenciado el filosofía, y director del programa autónomo de investigación Linde contemporánea, Luis María Rojas. “Es importante remarcar que la tarea de los museos debe articularse con macro-políticas culturales coherentes, pensadas no como acciones aisladas sino como acciones que enfoquen a un objetivo claro a largo plazo y que sirvan para satisfacer –como pensaba Canclini– las necesidades materiales y simbólicas de una comunidad dada”, destacó Rojas.
“Me resulta indispensable abandonar la mirada del museo como un lugar de memoria o de enunciación de un pasado fijo y estable para pensarlo como un espacio de enunciación de nuestro presente, es decir, como un organismo vivo que se inspira en las necesidades específica de la comunidad y no como una abstracción universal que intenta acomodarse violentamente a una comunidad que tiene otros intereses“, propuso.
A su vez, el licenciado considera que cada museo debería generar una política independiente de las gestiones específicas de sus directores y directoras que pueda sostenerse en el tiempo y, por otro lado, que puedan encastrarse con otras áreas de la cultura, pero también del turismo, de la economía y de la educación, de una manera más integral y pensada como una herramienta de desarrollo e inclusión.
“Una nueva pauta de trabajo que, incipientemente, se va formando en los museos locales es repensar sus colecciones, pero entendiendo el sentido de ‘colección’ ya no a partir de políticas de adquisición -que son importantes-, sino a través de abandonar la mirada de que el museo es una cápsula del tiempo donde se resguardan los bienes ‘más nobles’ del arte tucumano y/o del mundo en general”, señaló.
“En los últimos cinco años, el MUNT mostró a la comunidad que es un espacio donde sucede mucho más que sólo exhibir su patrimonio artístico tangible: muestras de producción propia o conjunta y originales, eventos de múltiples formatos, experimentación, interpelación, curiosidad, asombro, reflexión, revisión, análisis… en fin, actividades y actitudes que consideramos inherentes a un museo contemporáneo”, indicó su directora.
Reformular
“Existe una nueva idea de repensar los recortes efectuados entre lo que se considera digno, y no digno, de ser conservado y que reproduce discursos de poder de una época como, por ejemplo, repensar la importante diferencia entre artistas varones cis, mujeres y disidencias en la colección del Navarro o la manera de ‘hacer hablar’ a los objetos de la colección del Avellaneda”, reflexionó Rojas.
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La Cultura en tiempos “cambiantes”
“En coyunturas de crisis económicas como la actual -al igual que en décadas anteriores-, se produjo el fenómeno de desfinanciamiento de las artes y la cultura, porque todavía se perciben como aspecto secundario de valor simbólico y educativo de una comunidad. Un ejemplo ilustrativo de esta idea es la dregadación del Ministerio de Cultura de la Nación a Secretaría dependiente de Educación”, subrayó Rojas.
“Para superar esta vacancia de valoración debemos modificar el chip de las artes como algo abstracto y acentuar su carácter material, mostrando que su promoción incide, directamente, en el desarrollo y la inclusión económica. Sobre todo, en contextos privilegiados como Tucumán que explota de productores y producciones artísticas y culturales infravaloradas y desaprovechadas desde el Estado”, concluyó el licenciado Rojas.
Por su lado, Claudia Epstein considera que “desde la gestión del MUNT se cree que sí es posible la democratización del acceso a los bienes culturales y simbólicos, así como la posibilidad de convertir a este museo en un potente emisor de sentido, pero apoyado en el auge de las industrias culturales, los intereses de la comunidad, el inmenso caudal productivo de los artistas locales y la revolución de las redes sociales”.
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[1] Foucault, 1977, cit. pos. Hooper–Greenhill 1999: 191
[2] Hooper–Greenhill, 1999: 192
[3] Livingstone, cit. pos. Forgan, 2005: 579
Las fotografías son de la artista visual Karen Knorr y pertenecen a la serie “Academies” (1994 – 2005) – Edition of 5 + 2AP – Image Size: 104,5 cm x 104,5 cm C-Type prints