La deportista neozelandesa que practica halterofilia, Laurel Hubbard, debutará en los Juegos Olímpicos de Tokio tras el visto bueno de todas las autoridades competentes. Su expediente fue revisado por la Federación Internacional de Halterofilia.
El Comité Nacional Olímpico de Nueva Zelanda (NZOC) manifestó todo el respaldo hacia la deportista y aseguró que su presencia en los Juegos Olímpicos de Tokio no debería tener ningún problema. Sin embargo, deberá afrontar la transfobia y quienes se oponen a la inclusión de las personas trans en los Juegos Olímpicos.
La historia de Laurel Hubbard
Laurel Hubbard compitió durante años en torneos masculinos hasta que, en 2013 se cambió de sexo y en 2015 consiguió ser elegible para unos Juegos Olímpicos. Desde 2015, el COI cuenta con una normativa que se encarga de medir los niveles de testosterona adaptada a los deportistas trans.
Número 16 del mundo en la categoría de más de 87 kilos, la levantadora de pesas neozelandesa responde a los criterios de clasificación para los Juegos (del 23 de julio al 8 de agosto), que exigen que el nivel de testosterona esté por debajo de 10 nanomoles por litro durante un periodo de, al menos, 12 meses.
Antes de la revisión del sistema de clasificación olímpico, un atleta debería presentarse a seis eventos de su disciplina durante el año, pero el impacto de la pandemia mundial de Covid-19 hizo que se reduzca el número a cuatro. Sin embargo, Hubbard no la tuvo fácil para comenzar a competir.
La Federación Australiana de Halterofilia intentó impedir que participase en los Juegos de la Commonwealth 2018, aunque la organización rechazó la reclamación. A pesar de ello sus rivales se quejaron públicamente y la haltera terminó retirándose del torneo tras lesionarse.
Ante aquellos que querían impedir que participase en competiciones de su continente, Hubbard habló claro en 2017: “No quiero cambiar el mundo. Solo quiero ser yo misma y hacer lo que hacía antes”. Australia la acusaba de que su musculatura le facilitaba la tarea de levantar las pesas, cuestión que ella misma desmintió. “Si lo pienso, eso hace mis arrancadas aún más difíciles… soy quien soy”, concretó la halteriófila.