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En el Día Nacional de la Lucha contra la Violencia de Género en los Medios de Comunicación te contamos sobre la Ley Micaela presentado por las legisladoras Ayelén Sposito, Gisela Marziotta y Silvana Ginocchio en conjunto con la Red de Medios Digitales.
Es la ropa que llevaban puesta. Es la osadía de caminar solas de noche. Es haber tomado un atajo para llegar más rápido al hogar. O quizás, es sólo responsabilidad de una o dos personas, pero no de un sistema complejo. Ante un caso de femicidio o violencia ejercida contra las mujeres, lo que queda claro a partir del tratamiento de los medios masivos de comunicación es que el acto violento o delictivo nunca es responsabilidad de la sociedad patriacal, sino que el peso recae casi siempre sobre las personas violentadas.
¿Cómo construir una mirada no estereotipada de las mujeres y disidencias en los medios de comunicación? ¿De qué manera abordar las violencias? Con estos interrogantes como punto de partida, un nuevo proyecto de ley propone expandir los objetivos de la Ley Micaela a los medios de comunicación.
Un proyecto de ley transformador
En el año 2017, el Congreso de la Nación sancionó la Ley Nº 27.499, cuyo artículo primero establece “la capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres para todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de La Nación”. En mayo del 2021, la Fundación Micaela García “La Negra” creó una mesa de trabajo para impulsar y replicar en los medios de comunicación a nivel nacional dicha ley. Este nuevo proyecto tiene por objetivo la capacitación obligatoria de lxs propietarixs y el personal jerárquico y no jerárquico de medios inscriptos en el Registro Nacional de Proveedores de Publicidad Oficial, dependiente de la Secretaría de Comunicación Pública de la Jefatura de Gabinete de Ministros.
Trabajado en conjunto con la Red de Medios Digitales, el proyecto surgió de la unificación de los anteriormente redactados por las legisladoras Ayelén Sposito (Frente de Todos-Río Negro), Gisela Marziotta (Frente de Todo-CABA) y Silvana Ginocchio (Frente de Todos-Catamarca). “Fue un proceso de profundo aprendizaje respecto a la mirada que le queríamos dar al proyecto. Debimos someter constantemente los textos a una crítica constructiva para evitar una lógica punitivista”, afirma la legisladora rionegrina Sposito en diálogo con Feminacida.
Delfina Pedelacq es periodista del periódico Zorzal Diario e integrante de la Red de Medios Digitales. Consultada al respecto, sostiene que “es muy importante el tratamiento y la sanción de esta ley”. “No podemos seguir viendo titulares o notas que revictimizan, pisotean derechos y abordan la información de manera irresponsable”, asegura. Para Sposito, esta ley generaría un doble impacto: “Desde lo institucional, por la reivindicacion de las capacitaciones como herramienta central del Estado para impulsar la igualdad. Desde lo social, porque las personas que trabajan en medios podrán demandar un espacio de capacitación y reflexión para compañerxs, lo cual también implica una ampliación de derechos”, explica.
¿Qué rol cumplen los medios hegemónicos y su abordaje de las violencias?
Jonti Trabichet es voluntaria de la Fundación y compañera de militancia de Micaela García. Entrevistada por Feminacida, comparte que “deben replantearse la construcción de la noticia y el modo discursivo que emplean para informar”. “¿Con qué fin se muestran una y otra vez detalles e imágenes en los casos de mujeres violentadas?”, se pregunta.
Ampliar la mirada analítica y correr el foco del morbo y la espectacularización de las violencias es un pilar fundamental para un abordaje respetuoso y responsable. “Creo que la perspectiva de género es una forma de análisis para interpretar la realidad desde lo económico, social y político-estatal: es necesario construir desde los medios una capacidad analítica superadora para estar en sintonía con las demandas de la sociedad”, comenta Trabichet.
En este sentido, la legisladora Sposito aporta que “los medios hegemónicos operan todavía bajo lógicas patriarcales muy arraigadas. Queda mucho camino por recorrer: un claro ejemplo es el caso de Tehuel de la Torre, que aún no sabemos dónde está y los medios han decidido deliberadamente no incluir su búsqueda como tema central”. Para Pedelacq, la hegemonía de los medios masivos de comunicación “es evidente” en la construcción de la agenda. “Sabemos que esta ley puede ser el primer paso para que la utilización de los medios que denigran, estigmatizan, revictimizan y vulneran derechos de mujeres cis, lesbianas, travestis y trans, deje de ser moneda corriente”, afirma.
Mantener la llama encendida: el legado de Micaela García
Micaela García, estudiante, trabajadora, dirigente política y militante del Movimiento Evita, tenía 21 años. “Mica era muy responsable y tenía mucho trabajo. Sin embargo, se levantaba muy temprano, leía las noticias en los diferentes medios locales y nos enviaba los recortes para que los leyéramos e indagáramos acerca de lo que sucedía cada día. Nos situaba y le importaba mucho cómo y qué comunicaban los medios a nivel local”, comparte su compañera Jonti.
“La verdad se milita, por la verdad se da la vida y la lucha se culmina cuando triunfa la revolución o cuando dejamos la vida en el intento para que la continúen lxs otrxs”.
Micaela García
Sebastián Wagner, el femicida, se encontraba con el beneficio de libertad condicional pese a estar condenado a nueve años de prisión por la violación de dos mujeres. El tratamiento revictimzador que le brindó la cobertura periodística-mediática al caso e imagen de Micaela inspiró la necesidad de establecer una capacitación obligatoria para abordar la violencia y la imagen de la mujer en los medios. “En el caso de la Negra noté dos violencias muy marcadas”, comparte Trabichet y ejemplifica: “Primero, con comentarios respecto a la hora en la que estaba sola en la calle y a lo que tenía puesto. Esos comentarios construyen una ‘pedagogía’ porque le enseña a lxs espectadorxs a pensar que esos son los motivos por los cuales ocurren situaciones de violencia”. “Al contrario de la mayoría de los casos, Mica provenía de una familia de clase media económicamente acomodada y eso impactó mucho en la construcción del relato de la prensa porque no cuadraba con la estereotipación frecuente de la mujer”, analiza.
En este sentido, Delfina Pedelacq sostiene que “los medios comunitarios y autogestivos ponemos sobre la mesa que hay otras formas de contar, de comunicar y de abordar las violencias. Por eso también es importante que nos vean como actores y actrices fundamentales para empujar este cambio de paradigma”.
Según lo que comparte su compañera Jonti, Micaela García escribía en una revista local autogestiva en donde una vez dijo que “la verdad se milita, por la verdad se da la vida y la lucha se culmina cuando triunfa la revolución o cuando dejamos la vida en el intento para que la continúen lxs otrxs”. El legado de Micaela es la pugna por la necesidad de modificar las lógicas bajo las que operan los medios. “Ella nos incentivaba mucho a seguir luchando y a no rendirnos como compañeras. Creo que nada de lo que surgió luego de su femicidio fue casual. Logró que su objetivo sobreviviera”, concluye.