Steven van de Velde, jugador de beach vóley, se encuentra compitiendo en París en los Juegos Olímpicos en representación de Países Bajos, luego de haber cumplido una condena por abuso sexual. Su participación despertó la polémica y las opiniones divididas entre los que reivindican su reinserción en la sociedad y los que recuerdan su delito. ¿Cuánto dura la cancelación? ¿Hay una doble moral por parte del Comité Olímpico?
Steven van de Velde es un jugador de beach vóley que representa a Países Bajos en los Juegos Olímpicos de París 2024 en donde ha sido abucheado en todas sus presentaciones hasta el momento. La controversia de su participación comenzó cuando se conoció que el joven de 29 años abusó de una menor en 2014, en Inglaterra.
Según afirma la BBC, el atleta conoció a la víctima a través de Facebook cuando él tenía 19 y ella 12, allí intercambiaron mensajes y acordaron un encuentro. Él viajó a Inglaterra para conocerla, y según afirma el medio inglés, fue allí cuando el deportista alcoholizó y abusó de la menor.
Dos años después, el holandés fue a juicio y admitió su culpabilidad por tres cargos de abuso sexual de una menor de edad y fue condenado a 4 años de prisión. Sin embargo, el atleta sólo cumplió 12 de meses en una prisión inglesa y posteriormente trasladado a Países Bajos donde su pena fue ajustada a las normas de la ley neerlandesa que considera este hecho un delito menor y terminó cumpliendo sólo un mes más. El jugador fue puesto en libertad en 2017 por buen comportamiento y volvió a competir en vóleibol de playa un año después.
Ante el regreso de Steven a las canchas, el Comité Olímpico Neerlandés declaró a BBC Sport, que “tras su liberación, el deportista buscó y recibió asesoramiento profesional. Demostró a los que lo rodeaban autocrítica y reflexión”. A su vez el organismo afirmó que su regreso al deporte cumplió las directrices establecidas por la Federación Neerlandesa de Vóleibol y que cumplió todos los criterios de clasificación para los Juegos Olímpicos de París 2024.
Por su parte el Comité Olímpico Internacional salió a justificar la decisión de no rechazar su participación en el acontecimiento deportivo: “La nominación de los miembros individuales del equipo, luego de la clasificación en el campo de juego, es responsabilidad exclusiva de cada Comité Olímpico Nacional”.
La actitud cuestionable de estos organismos es “quiénes sí y quiénes no”. Si bien, la elección de los y las atletas para los Juegos recae en cada comité olímpico nacional, el Comité Olímpico Internacional envía invitaciones individuales después de las elecciones realizadas por parte de los comités nacionales, e incluso tiene derecho a no emitir invitaciones o a retirarlas antes o durante los Juegos.
El claro ejemplo de sus decisiones fue el caso de los y las atletas de origen ruso y bieloruso a quienes el COI se negó a enviar invitaciones para esta edición olímpica a algunos. Los mismos eran atletas que habían cumplido los criterios de clasificación, sin embargo, luego de un proceso de investigación se determinó que habían mostrado un apoyo activo a la guerra en Ucrania o mantenían vínculos contractuales con el ejército ruso.
Además, aquellos deportistas con pasaporte ruso o bielorruso que si compiten fueron denominados “Deportistas Neutrales Individuales” (AIN) y no participaron en el desfile de delegaciones durante la ceremonia de apertura. “Como todos los demás deportistas, los AIN tendrán que firmar las Condiciones de Participación aplicables a París 2024. En ellas figura el compromiso de respetar la Carta Olímpica, incluida ‘la misión de paz del Movimiento Olímpico”, detalló el COI.
Otro es el caso de las y los atletas trans, quienes sufrieron las decisiones a último momento por parte del Comité Olímpico, quién determinó, que aquellas personas que hayan realizado la transición después de los 12 años, no podrían competir en esta edición de los JJOO ya que esto podría representar “cierta ventaja” en las competencias. Esta medida tomada con tan poca antelación, cambió los planes de atletas que anhelaban llegar a París este año.
Steven van de Velde continua en la competencia junto a su compañero Matthew Immers en la zona de grupos con una derrota ante el equipo italiano y con un triunfo ante el equipo chileno. En ambas presentaciones los abucheos en la cancha y los comentarios en redes sociales no pasaron desapercibidos.
En el inicio de la competencia el deportista en cuestión declaró: “Entiendo que en el mayor evento deportivo en el mundo, esto puede atraer la atención de los medios internacionales. Mis padres, amigos, conocidos y colegas me aceptaron de nuevo después del mayor error de mi joven vida”, expresó el deportista en el comunicado que emitió la entidad. “La federación me ofreció un futuro con condiciones y acuerdos claros. Pero también pienso en el adolescente que era, inseguro, no listo para una vida como atleta de primer nivel e infeliz por dentro, porque no sabía quién era y lo que quería”.
Here’s a good clip of Steven van de Velde being booed today ⬇️ pic.twitter.com/N0B39dSF24
— David Challen (@David_Challen) July 31, 2024
Las autoridades neerlandesas, además de mostrar su apoyo al jugador, optaron por alojarlo en un hotel, lejos de la Villa Olímpica y éste no tiene la obligación de hablar con la prensa, como sí lo tiene el resto de los participantes.
Diferentes organizaciones se han manifestado al respecto e incluso lograron juntar 90.000 firmas pidiendo que se vetara a Van de Velde de su participación en los Juegos. Otras personas han manifestado su desacuerdo con su inclusión, diciendo que “no representa el espíritu de las Olimpiadas”. Sin embargo, los fanáticos lo apoyan y argumentan que “ya lo castigaron y ya acabó, puede continuar con su vida como cualquier otra persona”.
Cuando los y las atletas son seleccionados para competir en los Juegos Olímpicos deben firmar una declaración donde prometen ser “un modelo a seguir”, Van de Velde también firmó dicho documento. ¿Cuál es el modelo de atleta que promueven? ¿Cuál es el mensaje al resto de los atletas? La organización Rape Crisis England & Wales cuestionó al Comité Olímpico Internacional por enviar un mensaje peligroso a los violadores que causa “daños colaterales” a las víctimas de abuso sexual. “Puedes violar a una niña y aún así competir en los Juegos Olímpicos”, cuestionaron desde el organismo.
Está claro que el deportista fue quien cometió el delito y fue condenado por el mismo, pero el nudo más difícil a desatar es el por qué no se cuestiona con la misma vara a las autoridades que permiten su participación o a la justicia holandesa que considera el abuso de una menor de edad, un delito menor, motivo por el cual fue liberado antes.
El encubrimiento por parte de los organismos deportivos es obsceno, un ejemplo es el caso de Larry Nassar, el médico del equipo de gimnasia artística norteamericano, quien fue protegido por los organismos superiores hasta las últimas consecuencias, hasta que fue condenado por abusar de 300 atletas, entre las que se encontraba Simone Biles.
En Argentina, en el mundo del fútbol, hay decenas de deportistas que acumulan denuncias de violencia de género, como Sebastián Villa, o incluso denuncias de abuso sexual como Sebastián Sosa, ex jugador de Vélez. Ambos siguen desarrollando sus carreras en nuevos clubes, cotizando y compitiendo como atletas de alto rendimiento como si nada. ¿Cuál es el mensaje para las víctimas?
Esto sólo evidencia dos cosas: por un lado, que la cancelación caduca cuando estos organismos intocables tienen intereses de por medio, y por otro, que mientras haya destrezas, los delitos quedan atrás.