Verdad, Memoria y Justicia. El 2021 termina con una noticia conmovedora. El 28 de diciembre se identificaron los restos de Ana María Rodríguez Belmonte en el Pozo de Vargas, donde se arrojaban a víctimas del Operativo Independencia y del terrorismo de Estado en Tucumán. La joven tenía solo 19 años cuando fue denunciada como desaparecida el 26 de enero de 1976, según legajo SDH2504. La secuestraron en Salta.
La información la dio a conocer por Josefina Molina, hija del ex vicegobernador Dardo Francisco Molina, asesinado por los represores durante la dictadura militar, y promotora de la investigación, a través de las redes sociales. Hasta el momento, se recuperaron e identificaron 116 restos de desaparecidos y desaparecidas en la dictadura.
- Leé también: Pozo de Vargas: imputan a 42 personas por crímenes de lesa humanidad y serán llamados a indagatoria
Ana María era militante peronista y pertenecía a Montoneros, compañera de Otto Straka, ambos integrantes de la Juventud Universitaria Peronista de la Universidad Tecnológica de Tucumán. “Honor y Gloria a su historia, ideales y valentía”, dijo por redes sociales Oscar Holmquist.
El lugar donde se hallaron los restos –conocido comúnmente como el Pozo de Vargas, por el apellido del propietario original de la finca en que se encuentra– es un ducto de agua profundo, ubicado en Tafí Viejo, a solo seis kilómetros de la capital. Allí funcionó una fosa común, donde arrojaron los cuerpos de varias víctimas de la última dictadura, entre ellos, el del ex senador provincial Guillermo Vargas Aignasse, y de varios políticos, gremialistas y profesionales.
El Colectivo de Arqueología, Memoria e Identidad de Tucumán desde el 2001 realizan trabajos de arqueología y antropología forense que permiten el rescate de restos humanos que luego identifica a través de estudios genéticos el Equipo de Antropología Argentino Forense.