Hay 7 millones de argentinos sin agua potable

Hoy se celebra el Día Mundial de Agua, momento para reflexionar y concientizar sobre el uso responsable de un recurso indispensable para la vida. Actualmente, 3 de cada 10 personas del planeta no tiene acceso a agua potable.

 El Día Mundial del Agua se celebra el 22 de marzo de cada año desde 1993. Su objetivo es poner el foco de atención sobre la importancia del agua, cuyo tema de este año es la “Naturaleza del agua”, enfocándose en cómo la naturaleza puede ayudarnos a superar los desafíos que plantea el agua en el siglo XXI.

En la actualidad, más de 663 millones de personas viven sin suministro de agua potable cerca de su hogar, lo que equivale a tres de cada diez personas que no tiene acceso a agua gestionada de forma segura y disponible para el consumo en su casa. En el país, todavía hay 7 millones de personas que no cuentan con servicio de agua potable, y se estima que hay 15.000 kilómetros cúbicos de agua infectada y más de un tercio de los hogares siguen sin tener cloacas. El 80 por ciento de los residuos cloacales van a parar a ríos y arroyos, sin tratamiento. Esta problemática impacta directamente en los indicadores de salud.

infografia

Agua potable sinónimo de salud

La UNESCO ha informado oficialmente que más de 2.200 millones de habitantes de los países subdesarrollados, la mayoría niños, mueren todos los años de enfermedades asociadas con la falta de agua potable, saneamiento adecuado e higiene. Además, casi la mitad de los habitantes de los países llamados “en desarrollo”, sufren enfermedades provocadas, directa o indirectamente, por el consumo de agua o alimentos contaminados, o por los organismos causantes de enfermedades que se desarrollan en el agua.

Los datos, que se desprenden de un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, explican otra realidad insostenible: 361.000 niños y niñas por debajo de los 5 años mueren por causa de diarrea en el mundo todos los años. Esto equivale a dos cada tres minutos.

Con suministros suficientes de agua potable y saneamiento adecuado, la incidencia de algunas enfermedades y el nivel de mortalidad por este factor podrían reducirse hasta un 75 por ciento. “Hasta que todo el mundo no tenga acceso a instalaciones de saneamiento adecuadas, la calidad de los suministros de agua se verá debilitada y mucha gente seguirá muriendo de enfermedades transmitidas por el agua”, declaró la Dra. María Neira, Directora del Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud de la OMS.

El uso del agua

A lo largo del último siglo, el uso del agua se multiplicó seis veces. Significa el doble de lo que aumentó la población. Un dato relevante es que solo un 10% de los recursos hídricos globales se dedica al consumo humano y la higiene. El 70% se destina a producir alimentos y el resto se emplea en los procesos industriales, producción de energía hidroeléctrica y para enfriar centrales de electricidad.

Sabemos que la superficie de agua sobre la Tierra es de un 70%, excediendo en gran medida a la superficie continental, que quedaría solo en un 30%. Casi el 97.5% del total de agua que existe en el planeta es salada, correspondiendo a mares y océanos, y apenas el 2,5 restante es agua dulce.

Sobre el porcentaje total de agua dulce, casi el 79% se encuentra en forma de hielo permanente en los hielos polares y glaciares, por lo tanto, no está disponible para su uso. Del agua dulce en estado líquido, el 20% se encuentra en acuíferos de difícil acceso, y sólo el 1% restante es agua dulce superficial de fácil acceso. Esto representa el 0,025% del agua del planeta.

Argentina: agua y pobreza

En Argentina cuando hablamos de falta de agua, también hablamos de pobreza. Un trabajo de la Universidad Católica Argentina (UCA) refiere que, en Santiago del Estero, por ejemplo, cuatro de cada diez hogares no tienen conexión con el agua corriente, es decir el 40% de las familias que allí viven. Además, en Formosa y Chaco, el 35% de los hogares tampoco acceden a cloacas y en diferentes zonas rurales del país los pobladores deben caminar entre 4 y 6 horas para obtener agua potable. Como contracara, en otras zonas, el agua se derrocha: mientras el consumo promedio del país es de 180 litros de agua, en la ciudad de Buenos Aires se superan los 560 litros por habitante, mostrando una marcada brecha federal.

El agua que se desperdicia con una canilla que gotea, que suma unos 45 litros, equivale a lo que precisan 22 personas para desarrollarse a diario.

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