Este sábado se inaugura la muestra “Haciendo ruido”, de Vero Corrales y Fernando Gallucci en Tamaño Oficio. A diferencia de las grandes obras que yacen eternas (o hasta que una pintada política las tape) en las paredes de la ciudad, la muestra sólo se podrá ver por un día.
En esta ocasión, lxs artistas dan un giro, en sentido metafórico, pero también literal. “Venimos haciendo trabajos que tienen que ver con el exterior y con la intervención de los espacios públicos, algo que supera al arte porque me parece más político que artístico en sí. Los formatos que venimos trabajando últimamente son demasiado grandes para las escalas que proponen los interiores de los museos, salones o galerías”, explica Vero Corrales.
No solamente pasan del espacio público al espacio privado, sino que también del gran formato a obras pequeñas. Pero no deja de ser una continuidad en coherencia con el trabajo que viene haciendo Ruido que tiene que ver con la identidad. La identidad de una ciudad, de nuestra ciudad.
El último proyecto en el que vienen trabajando es “El Circuito del Mural“. Se inició en la pandemia, a mediados del 2020. “Nos propusimos crear un museo a cielo abierto, en donde las obras debían estar en las calles y trazar un recorrido homogéneo. Al comenzar a hacer estas intervenciones note el alcance de la obra mural, su fuerte impacto social, su forma de relacionarse con la gente y el entorno, como la obra es un punto de referencia visual para personas con capacidades diferentes, niñas, niños y adultes, y como, en relación a los costos, era más rápido y económico de ejecutarse y concretarse que una plaza, por darte un ejemplo”.
“En esa misma línea, me puse a cuestionar el avance del espacio privado por sobre el espacio público, como de pronto la publicidad y la propaganda ganan terreno público para su exposición, siendo las ciudades también una plataforma de contenidos publicitarios y propagandísticos”, reflexiona la artista.
Con sus obras, Ruido interviene la escena urbana, diurna y nocturna de la provincia, con obras seriadas, como sucede con los diseños que son serigrafías en indumentarias como remeras, almohadones y buzos, otros diseños que son calcomanías y abanicos, sin dejar las piezas únicas que eventualmente propone Vero Corrales en las redes para hacerlas tatuajes. También, fiel a su estilo, disfruta de las creaciones e invenciones colectivas, como sucede con el “Coyuyok” que llevó a cabo con Mateo Carabajal, o la colección de indumentaria que realizó junto a Gonzalo Villamax.
“Hacer una obra de arte ya sea desde un mural, un cortometraje o hasta un tatuaje es un proceso meditativo que puede ser colectivo o no, pero es un encuentro y un compromiso emocional con uno mismo y con la obra, y que tiene un sustento espacio temporal muy amplio”, comenta.
Es por eso que, sin saberlo y quizás sabiéndolo también, empezaron a concentrarse en hacer obras que tengan que ver con la cotidianidad. “El espacio que habito a diario me influye, me conforma y me rodea, cosas que tienen que ver con el trabajo, con la precarización y con la urbanidad de la provincia de Tucumán, sería algo así como el backstage del proceso creativo de una obra“.
“Mi idea es llevar a formatos pequeños, específicamente al cuadro montado en interiores de cualquier espacio, situaciones del exterior que vivo y recopilo en secuencia de imágenes fotográficas tomadas desde dispositivos móviles. Momentos random de la vida mientras hacemos un relevamiento de muros y locaciones, o estamos en situaciones en donde estamos trasladándonos, o específicamente pintando un mural. Momentos que suelen ser inspiraciones o disparadores de una obra y que de alguna manera u otra me conforman como artista y como persona”, resume Corrales.
La muestra se podrá ver el sábado 29 de julio a las 20hs en Tamaño Oficio, San Luis 337, San Miguel de Tucumán.