La Dj tucumana Belén César participó del opening del festival Grl Power que tuvo como frutilla del postre la actuación de Pussy Riot, una banda rusa de chicas que hacen punk. Una crónica de un evento feminista y cuidado.
Estoy en Córdoba hoy, miércoles 17 de abril, día post comienzo de este maravilloso festival de música y quiero aprovechar para hacer esta breve crónica de lo que vivimos anoche en Club Paraguay.
Si me siguen en redes (ig: @belencesar.bc) sabrán que sí, llegue primera al lugar. Esos son los niveles de intensidad que manejo. Pude pasearme por el lugar vacío y además ver como lxs organizadorxs ultimaban detalles finísimos e importantes como estos:
El evento para mi suerte empezó a horario, con la grosa de Mili Burton calentando la pista. Dj con gusto finísimo y de unas mezclas bien orquestadas. Chapeau!
Desde Misiones llegaron las Terror Manija, un recontra power trío que brillo sobre el escenario. Un punk prolijo, excelso y de gran nivel. Los padres de una de las chicas llegaron tan temprano como nosotras y estuvieron acompañándonos en la espera de la apertura de las puertas. Los vimos poguear a lo loco.
A esta altura del festi, el lugar estaba casi lleno. Una energía desprendida de la euforia, la alegría, la grupalidad y la sensación de estar en el lugar justo en el momento justo se hacía presente y envolvía toda la micro atmosfera del espacio.
Sobre el público: poco chabón, mucha lesbiana. ¿Será acaso que los hombres heterosexuales no se ven seducidos por la propuesta? ¿No se sienten bienvenidos a un lugar como ese? ¿Son excluidos? ¿Tienen miedo? Cosas que me fui preguntando al pasar como para entender el fenómeno. Lo cierto es que estábamos bien.
Llegaron las Tranki Punki que de tranqui no tienen nada. Segundo 1 ya estábamos todas saltando. Una intro musical en la que todos los instrumentos hacían lo suyo. En la banda suenan percus, batería, un acordeón, un violín, bajo y guitarras. En su conjunto: punk feminista. Se saltó y bailó un montón, y yo en particular disfrute muchísimo de la versión en vivo de “Muchacha” (canción que tengo en mi set).
Sin dudas le dejaron un público muy agitado y una vara muy alta al grupo ruso que venía a continuación y que era la frutilla del postre. El grupo ruso: nada más y nada menos que las Pussy Riot.
Pussy Riot o cómo dejar hipnotizadas a una horda de feministas extasiadas
De repente sobre el escenario aparecen dos pibas vestidas como criadas de The Handmaid’s tale dan vuelta su capa que ahora es verde, VERDE: señal de que sí, hay que cantar: ¡Aborto legal! ¡En cualquier lugar! Y así continuamos con otros himnos de marchas feministas. De repente todo parecía un Encuentro Nacional de Mujeres.
Complejo describir el show que brindaron las chicas. Pussy Riot no escatimo en nada. Comunicándose en ingles nos contaban varias cosas. Muchas canciones en ruso que yo no tenía idea de que trataban (no la tengo tampoco), pero no importaba. Estábamos ahí todas casi no creyendo el despliegue de luz, sonido, vestuario, baile y voz. Todo milimétricamente conectado. Todo funcionaba. Pido disculpas desde ya porque no conozco la lista de canciones y solo conocía dos de las que toco el grupo anoche. Una de ellas y la que más me gusta:
Fue un escándalo! Realmente, y como ellas mismas lo dijeron, no son una banda de música. Son una banda de punk. Y la performance lo fue todo. No podíamos dejar de mirarlas. Muy pocos y casi ningún celular registrando. Solo nuestros sentidos concentrados en lo que pasaba.
El manifiesto en mitad del recital nombrando nuestra lucha hizo lagrimear a varias. Bueno a mí, capaz que por los ojos llorosos mire lágrimas en otras. La intensidad de Pussy Riot nos avasalló.
Bonus track: cuanto trap tenían las Pussy! Yo no lo sabía! Y me vi bailando en un montón de ocasiones. Y le doy gracias a Mili Burton que después de las Pussy me puso dos temones de Cazzu, una de las grandes ausentes en este festival para mi humilde criterio.