Entre borra de café, conversaciones y postales de la cuarentena

Desde que se comenzó a hablar sobre coronavirus en Tucumán, Nelsón Cosentino inició un registro fotográfico y de memoria sobre como fue impactando en el día a día del café donde trabaja y el ecosistema que lo rodeaba.

El Mercado se impone con sus puertas cerradas. Frente a él, un changarín en soledad. Le pido permiso para una foto, me pregunta para qué. Para una especie de publicación periodística entre amigos. Lo mismo le respondí a las policías municipales.

“Vos sos el que trabaja en el bar de la vuelta”, me reconoce y me asocia con las soditas. Sale del anonimato dándome su nombre, al igual que su mano. Le presento mi codo y la risa es breve. Me lo dice pausado mientras se seca las gotas de sol de la frente.

                    “Apágalo, enciéndelo
                          No puedo seguir así, oh, no…”

Es una regla de know how en manejo de bares de cafetería, el que los noticieros son a lo sumo hasta no más de las 10 de la mañana. La presencia de los parroquianos se acompaña de música tranquila- preferentemente bossa o acústicos a un volumen que no aturda y aire acondicionado o ventilación prendida.

Todo lo que el cliente se pudo informar fue hasta las 10 de la mañana, café o desayuno mediante. Luego de eso no hay noticias sino repeticiones.
Y sobre todo en horarios de almuerzo es preferible tener un canal que muestre paisajes antes que exponerse a que a un cliente se le sirva un plato de triple homicidio informativo.

Visto y considerando que los eventos deportivos son generalmente por las tardes y que los mundiales son cada cuatro años.

Declárese a los canales de noticia hasta las 10 de la mañana y en silencio.
Publíquese.

Pero toda regla tiene su excepción, dicen los claustros del Derecho.

                    “Sobredosis de tv
                No creo poder resistir”

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El aire de febrero está viciado, todavía no tensionado. Para tener panorama, intercambio audios con Elfonora, una amiga en Perugia.

La respuesta a la pregunta “Amiga, que onda Italia”, fue:
“Amigo querido, un boludo que fue de vacaciones a China, se asustó en control portuario y lo evadió. Se fue a su vecindario y terminó contagiando a casi 100 vecinos (…) murieron algunos viejitos pero no deja de ser una gripe más, de la que hay que tomar los recaudos necesarios”.

Abrazo una certeza y la transformo en calma. Relax! Paños fríos que permitieron sortear asedios informativos. La opción de ser individuos, aún con pensamiento individualista, seguirá siendo una opción hasta ciudadana de vida.

Si de reglas y normas hablamos en gastronomía, hay una que reviste carácter de ley suprema, invistiendo al cliente de la prerrogativa de que “siempre tiene la razón”.

Imposible no conocer a alguien que haya pelado esa guitarra o para cambiar un café o para hacerse el piola queriendo cambiar una birra supuestamente caliente.

En la pecera de un bar, el runrun informativo anuncia un argentino afiebrado llegado de Europa. La cláusula de que “el cliente siempre tiene la razón” será de ejecución parcial. Se pondrá volumen, pero solo un rato, cuando se pueda se apretará nuevamente el botón de silencio. La regla y la excepción están todavía delimitadas.

            Vamos a balancear los paladares musicales.

“Se muere escuchando el noticiero!!”, exclama un blues de una de las bandas más escuchadas de nuestro rock nacional, aunque parece hacer mención línea seguida, a una cuestión habitacional y no de salud pública. 

Y si de tensión en el ambiente o de eso que se respira hablamos, no fue lo mismo Febrero que Marzo. El deterioro y la polución fue progresivo. En lo cotidiano y de trato diario,  un cliente que estornuda sin precauciones será visto de manera diferente según el mes.

Ya en Marzo, si de cachetazos a la habitualidad hablamos, el primero fue el martes 3. Se anuncia el primer paciente confirmado con Covid-19 en la Argentina. El noticiero suaviza el impacto con un zócalo: el señor quería sushi durante su internación.

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La abalancha de información televisada, tan solo podrá ser sorteada en clave zapping con el fixture de River/Boca en la recta final del torneo o algún partido de Champion. 

La confirmación días después del primer caso positivo en Tucumán será una segunda bofetada.

Pondrá blanco sobre negro cualquier especulación de cadena de wasap que viralizaba – o palabra – contagiados en Concepción, la Cocha, la Maternidad y la más cercana a nuestro puesto laboral, “una trabajadora de comercio de peatonal Mendoza” que luego daría Dengue Positivo.

El microclima de histeria y persecuta será curva que toque pico en clave carnicería de wasap. Algunas cadenas darán nombre apellido y domicilio de supuestos viajeros que regresaron del exterior y que no respetaron la cuarentena. No hay instructivo institucional de denuncia. La faena será de datos íntimos de las personas. Solo señalamiento. Seremos jauría, ya ni siquiera individuos apáticos.

Había miedos lógicos, había desbordes… había señalamientos también.

Paisaje transmitido entre los nervios,
mientras le alcanza!

                        La rueda

Donde hay locales de servicio, hay tráfico intenso.

Donde hay venta, hay ganancia.

Donde hay ganancia, hay tributación.

Donde hay consumo hay propina.

Donde hay aglomeración urbana, hay trabajadores ambulantes.

No es el descubrimiento de la pólvora, es la delimitación de una rueda.

Marzo representa cierta primavera de consumo. En contraste con Febrero, aumentan las ventas y el tránsito de personas.

La gente retorna de sus vacaciones a sus puestos laborales. Algunos retornan además de sus viajes fuera de la provincia o del país. Los pibes y pibas a la escuela.

Y donde hay Tribunales, oficinas, empresas y bancos, hay un bar a no más de 50 metros de distancia. Arquitectura quirúrgica, no más de 50 metros.

Si el turismo mide su éxito prestando atención a cantidad de reserva hotelera o boletos y pasajes vendidos; en gastronomía veremos la rotación de mesa por hora, la cantidad de kilos de café vendido y los stocks de mercadería.

Si el embrague del consumo está averiado, los proveedores lo sabrán, y lo sentirán.

“La propina es el segundo sueldo”, dice un dicho de gastronomía que da cuenta de la importancia del consumo y la circulación de personas que se visten de clientes.

Si el embrague del consumo está averiado, los mozos lo sufrirán… La sufrirán.

La primavera de Marzo duró lo que duraron las compras escolares.

“Winter is comming”… en forma de virus coronado. 

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Oscar. Mozo y Maestranza de Escuela

El mismo día de la confirmación del primer positivo en Tucumán, un audio desde la bota mediterránea me anuncia:

“Amigo querido, caos total. El ejército está tomando las calles y llevando los cuerpos de los muertos para poder quemarlos. No podemos salir afuera, tan solo para ir a farmacias o supermercados. Lo más parecido al Apocalipsis”.

Se acabaron las certezas. Cachetadas al consumo, puntazos a lo anímico.

A partir de las detecciones, los televisores no se callarán. Los clientes lo pedirán con volumen. La regla y el know how quedarán pulverizados.
Si hablamos de ruedas, embragues y aplanamientos de curvas; el consumo es un vehículo cuesta abajo.

La venta de café contada en kilos, hace descenso fijo de 200/300 gramos por día.

La mercadería se va estacionando. No se venden cervezas. Tardes de 8 botellas de gaseosa, dos saborizadas y algún agua mineral. Nueva disposición de la administración “llamar a todos los proveedores, pedir stocks mínimos”. 

Se resiente la presencia de clientes y las propinas también.

Los mozos sentirán la ausencia de clientes, los trabajadores ambulantes también.

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El alcohol en gel se transformará con el correr de los días en un elemento habitual en las mesas, junto al servilletero y los azucareros.

Los barbijos como vestimenta facial no son protagónicos todavía, sino más bien como noticia y apiolada de aquellos que comienzan a acopiar.

El estornudar sin las precauciones necesarias, ya no será visto como algo gracioso. Las miradas serán punzantes.
La preocupación se impondrá a lo afectivo. El saludo con el codo, o mejor dicho sin abrazos, escalará en la tabla.

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Es domingo un día de descanso. Es domingo, y con casos ya confirmados en el país, el Presidente anunciaría la suspensión del dictado de clases a nivel inicial primario y secundario, y la paralización de ciertas áreas de la administración.

Sobre los privados no hay mayores detalles, se iría afinando días después.

La habitualidad está rota, un domingo. Si lo anterior eran bofetadas,  ese anuncio sería un golpe de KO, directo a la pera. En lo estadístico, y en lo anímico

                La mano invisible y los  invisibles 

Lo que vino después, fue la canilla que se va cerrando. El chorro de agua se hace hilo antes de desaparecer en goteo.

Así lo fué desde la suspensión de clases hasta el dictado de la obligatoria el jueves.

Mesas vacías en peatonal. Lo percibe la caja registradora. Lo percibe también los trabajadores que sortean las muchedumbres entre mesa y mesa ofertando repasadores, plumeros, cables para la “devedé”; la piba de los turrones y el pibe de las gomitas, la muda con su lata con monedas, el señor de los plumeros, los flacos de la bolsas de consorcio y el pan de anís.
Incluso el que solo tiene el papelito fotocopiado del plato de comida y te extiende la mano pidiendo el metal redondo.

No tienen disponibilidad horaria ni recursos para patear papel higiénico.

Patean cuadras y cuadras de peatonales céntricas, bajo un régimen laboral de horas no tarifadas. Invisibles.

Ahora su matemática era calcular costo/beneficio entre los viajes con Ciudadana y lo que lograrían de venta en un microcentro desierto.

Camisa pantalón y zapatos. El viaje al laburo se hará a pie. Libertad ambulatoria, algo que luego no se podrá. 

El Mercado se impone con sus puertas cerradas. Las palomas parecen vigilar que así sea. Frente a él, un changarín en soledad. Me dice su nombre, Fabricio, mientras se seca las gotas de sol de la frente.“Amigo, la gente está asustada. La gente no compra. Toda esta fruta la voy a tener que tirar hoy”. Angustia, sudor y lágrimas.

Serán invisibles para los organismos de recaudación impositiva, también para la competencia laboral CV y entrevista mediante. 

Laburantes desde temprana edad que no incomodarán asientos en instituciones universitarias, pero que sin embargo, incomodarán a ciertos discursos que exclaman “yo laburo y mantengo con mis impuestos a”. Discursos viralizados que asfixian con la palabra. 

Quedan tan solo los que te ofertan frutas y verduras del Mercado de la esquina.

                    Pelota dormida

Nos dispusimos a sortear las últimas tardes de laburo entre diálogos reiterados del “que pasará”, el vencimiento de la tarjeta de crédito, las facturas pendientes o el “no me importa si mi hija pierde el año (escolar), lo hace el año que viene”. Le intentamos poner onda a esa aberración- recomendable- de no poder acercarnos, con algunas fotos “sin codos y sin abrazos”. 

A la sequía de saliva cuando un laburante de cocina te responde “no se que voy a hacer”, le intentamos responder con unas tomas ante un salón vacío que llevaba dos horas sin ingreso de clientes.
Ante el silencio de las calderas de una Riho Italiana o ante la pasividad de un molinillo que trituraba varios kilos de café para la venta diaria, nos permitimos hacer apuestas de “hasta cuando va a estar abierto el comercio”. “Hasta que tienda San Juan baje persianas; hasta que caiga medio kilo más la venta… hasta el sábado”.

No fue la ley de oferta y demanda la que puso el parate. Las apuestas y las especulaciones fallaron.

Foto 20 Personal de servicio gastronómico.

El jueves 19 de marzo se daría la estocada final. El Presidente anuncia/decreta “aislamiento social preventivo y obligatorio en todo el país”, con el respaldo de los principales referentes opositores y gobernadores de provincia.

Para un país que es federal en letra, pero caudillista en la práctica y, que incluso con pacientes confirmados de infección se atrevió a discutir en términos viriles de machos y cagones a quienes no quisieron disputar un partido de fútbol frente al equipo que sí quiso disputarlo; se necesitó que uno parara, durmiera y tranquilizara la pelota.

La claridad de un ídolo argentino para graficar a un presidente con la pelota en la mano fue síntesis perfecta.
El primer mandatario anunciaba que ante la dualidad Economía y Salud, la primera podría esperar, de la segunda no se podía volver.

Un mozo del bar hace años me dijo una frase y me la repitió siempre que pudo “Estimado, todo tiene solución en la vida, salvo la muerte”… En su honor!

El saludo averiado- con abrazos y estrechadas de mano mediante- predicaría “nos vemos a la vuelta muchachos”. La tele anunciaba, un jueves de mediados de Marzo, que el parate había sido dispuesto por autoridad estatal, no de mercado. La vuelta a casa se haría sobre una peatonal céntrica que se perdía a paso apurado.

Foto 23 1

Palabras gastronómicas en honor a Luli. La mejor supervisora y la más humana que me tocó tener. La que más me aguantó en los años de inexperiencia y en los momentos de pérdidas jodidas. Alma que se apagó en sus últimos días de embarazo a punto de dar a luz.

A mi amiga Elfonora, maravillada por el Mercado del Norte cuando visita Tucumán. La mensajera de audios recluida en una habitación a un océano de distancia.

Y a la memoria de quien se me presentó la primera vez como “No soy simoqueño como el Pulguita Rodriguez, el Pulguita Rodriguez es simoqueño como yo”.

Estudiante hasta mitad de carrera de Educación Física, a quien la vida lo situó en el rol de proveedor económico con los mismos años de quien escribe.

En memoria al simoqueño Juancito Ibarra, “Caraibollo” en nombre de sus compañeros, el que me enseñó que todo tienen solución en la vida, salvo la muerte.

Laburante  gastronómico, mozo de Il Postino. Cuya vida se truncó en rutas tucumanas cuando se dirigía a cumplir horario laboral. En su honor.

La reclusión pasará tarde o temprano.

El aire volverá a ser como era, tan solo contaminado con polución.

Ojalá cuando esto pase, las relaciones humanas nos encuentren nuevamente como personas, lejos de ser lobos de otros hombres.

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