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Tal vez muches no lo sepan, pero el carnaval de Aguilares es, sin dudas, uno de los lugares más icónicos en la provincia de Tucumán con más de 80 años de historia. En una entrevista a Daniel E. Posse, escritor, editor, licenciado en Comunicación Social, estudió teatro en la Universidad Nacional de Tucumán y referente del Carnaval en Aguilares, nos cuenta que tiene sus inicios en el año 1933.
En ese momento se caracterizaba por tener carrozas de los diferentes barrios de Aguilares y les vecines se disfrazaban sumándose a la fiesta. El recorrido que realizaban era por la calle Alberdi, hoy R.N. N° 38 traza vieja. Al mismo tiempo, se hacían bailes en los clubes sociales, principalmente en el Club Atlético Jorge Newbery y el Club Deportivo Aguilares donde el agua y la harina eran protagonistas. En la calle, el agua de rosas y papel picado formaban parte de la fiesta y teñían de colores la ciudad.
Con el correr del tiempo se mutó a las comparsas. Las primeras que aparecieron eran “Los Tremendos”, representando a la clase alta de la ciudad, y “Los Románticos de la Villa Nueva”, integrado por miembros de las clases populares de la ciudad. La sociedad de Aguilares siempre se caracterizó por tener una diferencia social muy notoria y no podría ser de otra manera que estar representada en esta fiesta que exponía un poco la dinámica de la sociedad.
Esta rivalidad que podía ser expresada en el carnaval más libremente era un espacio también de apertura social donde las diferencias se dirimían desde el lenguaje artístico. En este momento quienes formaban parte de las clases populares podían mostrar sus cuerpos, ser distinguides, destacarse, ser quienes querían ser y no se atrevían. El clasismo parecía diluirse y con ello las críticas. En estos tiempos el ganador del certamen representaba a una clase social. Cuando ganaban “Los Románticos de La Villa Nueva” elles sentían que este triunfo era una reivindicación. Mientras cuando ganaban “Los Tremendos” sentían que había ganado el patrón. Estas diferencias continuaron durante mucho tiempo imposibilitando la existencia de otras comparsas y aún continúan presentes en la sociedad de Aguilares aunque por debajo de la superficie.
Con el correr del tiempo Nena Monteros, una de las que fundó “Los Tremendos”, comenzó a viajar a Brasil al carnaval de Río de Janeiro para incorporar ideas a los vestuarios de su comparsa. Esto le fue dando otro tono a la estética del carnaval.
En el año 1972 se declara al carnaval de Aguilares como corsos provinciales y se comienzan a sumar otras comunas y ciudades con sus carrozas. Fue por aquellos años que empezaron a estar presentes Santa Ana, Concepción, Alberdi, entre otras.
Las comparsas rivales de los inicios del carnaval van desapareciendo y se suman nuevas comparsas como Ipanema, Urubamba contra Makumba, Aguilares Samba, Araza Tuba, una comparsa manejada por Juancho, un personaje gay público y con condición muy humilde.
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Un carnaval diverso desde tiempo históricos
Para la época, ser gay de forma pública tenía su trasfondo de transgresión a la sociedad clasista y patriarcal predominante. El closet era el lugar obligado para homosexuales y las travestis y mujeres transexuales relegadas a los márgenes de la ciudad.
Pero en carnaval todo era posible. Aparecían hombres que se transvestian y recorrían el corsódromo. Una vez, un intendente de Aguilares decidió contratar a “Los Caballeros de La Noche”, una comparsa de Salta, conformada por travestis. A partir de esta fiesta muchos se atrevieron a mostrar su verdadera identidad.
La licencia social en el carnaval para poder vestirte como quieras sin ser juzgado permitió que muchas chicas trans pudieran visibilizarse. Esto fue y es un elemento muy distinguido de este carnaval ya que se transforma en el espacio que tenía la comunidad LGBTQI+ para mostrarse. No nos olvidemos que el carnaval se convierte en un espacio de ruptura social donde se juzga a la sociedad y su realidad. Por lo cual, no solo era fiesta, sino que posibilitó un espacio político de cuestionamiento y aceptación.
También, quiero destacar a la comparsa Zafra Zamba -surgida en el año 1997 fusionando el carnaval y la capital de la caña de azúcar-, de Daniel E. Posse, que si bien sólo duró un año, marcó un cambio ya que rompió las estructuras pre establecidas en relación a las alegorías propuestas -su temática fue el cabaret-, la cantidad de gente, el uso de la batucada y la música. Los estudios de teatro de Daniel pudieron darle otra identidad. Cuenta Daniel que tuvo hasta custodia policial, porque era perseguido por el público quienes rompían las vallas y casi lo dejan desnudo en el circuito. Esto dio lugar a que las nuevas comparsas pudieran empezar a visibilizar cuestiones de género debido a que el principal atractor dejaba de ser la figura de la mujer con esta propuesta.
La vida es un carnaval
Desde el mes de diciembre se empieza a sentir el carnaval en esta ciudad, pues ya inician las reuniones para organizar las batucadas, trajes y temática del año siguiente. Los corsos de Aguilares han llegado a convocar a 50.000 y 60.000 personas lo cual generaba una fuente de ingreso muy importante. Hoy también lo viven de esta manera ya que muchos emprendimientos gastronómicos pueden hacer una diferencia económica en este evento. Además, de la redistribución de la riqueza que se genera con el gasto que realizan las personas que asisten a los corsos beneficiando a la comunidad local.
En los años más recientes el carnaval empieza a nutrirse de otros carnavales del país enviando a personas que participan aquí a capacitarse a Gualeguaychú, Entre Ríos, e incluso adquieren insumos para armar sus vestuarios desde Corrientes. En el año 2000 se prepara la Avenida Mitre para ser el corsódromo de 800 metros, a tres cuadras de la Plaza Principal. Se comienza a usar música en las carrozas o camionetas y esta se alterna con las batucadas.
Actualmente, la mejora de los corsos es una política oficial y las comparsas participantes reciben subsidios. Asimismo, la Licenciatura en Artes de la sede de la Universidad Nacional de Tucumán que existe en Aguilares, empezó a incorporarse en los carnavales para mejorar la estética de los trajes y carrozas. La peculiaridad que tiene este carnaval es que sus batucadas han desarrollado ritmos propios e incorporan carros alegóricos.
Pero sin dudas lo distingue del resto que, a pesar de ser el interior del interior, es un carnaval inclusivo. Hoy en día Alexa Ibañez, una diseñadora trans de Aguilares, tiene su propia comparsa y como parte de los bailes en los corsos participan otras chicas trans.
Carnaval en pandemia
¿Qué podemos ver hoy a pesar de las restricciones? La Dirección de Cultura y Turismo de Aguilares está trabajando en la construcción del Rey Momo con el equipo de artistas del Municipio que se quemará al finalizar las fechas por los festejos de carnaval.
El Rey Momo, se remonta a la antigua Roma, era él Dios de los chistes, de las burlas, de los festejos, de los excesos. Con el tiempo se lo identifica con el Carnaval. En Aguilares el mismo da inicio y cierre al carnaval, por lo cual, es una parte muy importante del festejo hoy en día.
Todos los años se desarrollan desde la Dirección de Cultura y Turismo carrozas con diferentes diseños del Rey Momo. Según la Directora de Cultura y Turismo de Aguilares, Veronica Pelaez, estos son verdaderas obras de arte. Se proponen desde esta dirección con el equipo de artistas dos o tres bosquejos y se presenta para que uno sea elegido por la Intendencia. Sobre ese diseño elegido se trabaja en la construcción de una carroza del Rey Momo de varios metros de altura.
Parte de la Dirección de Turismo y Cultura junto a otras direcciones del Municipio trabajan varios meses previos a la fecha del Carnaval en este diseño y ejecución. Es un elemento tradicional que hoy distingue a este festejo y no puede faltar.
Al finalizar los festejos se dice que hay que quemarlo para que se vaya todo lo malo que paso en el año y renueva esperanza para el año siguiente. Todavía no se sabe la fecha exacta, pero será entre el 28 de febrero y el 1 de marzo que se quemará y la única parte de la fiesta que se podrá ver.
Hay otras ciudades del sur tucumano que a partir de este Carnaval han empezado sus propios corsos: Trinidad, Santa Ana y Famaillá; y son hoy parte de la propuesta de festejo que podes visitar cuando esta pandemia pase para vivir el fuego del carnaval y ser como quieras ser.