El joven Marcos Mendoza perdió a su padre hace unos días -quien falleció por COVID-19- y reflexionó acerca de los protocolos del Siprosa.
El hombre de 68 años murió el 26 de agosto, convirtiendose en “la víctima N°15” de coronavirus en Tucumán: estuvo internado por unos días y dos horas después de su muerte recién le entregaron el segundo hisopado con “resultado positivo”.
A continuación la carta de su hijo, Marcos:
El 26 de agosto falleció mi papá de COVID19 convirtiéndose en la víctima N°15 en Tucumán. No escribo esto con la intención de mitigar el dolor y la bronca inconmensurable por la muerte de mi viejo… para eso tengo mi familia, mis amigos y todos los que tanto lo querían al “gordo”… Escribo esto por una profunda responsabilidad moral.
Primero los hechos: el 10 y 11 de agosto mi papá se reúne por laburo con una empleada del SIPROSA. El 14 dicha empleada da positivo. El 16 le hacen el hisopado a mi papá por contacto estrecho y ese mismo día comienzan los síntomas (fiebre y tos). El 17 presentan síntomas mis hermanos. El 19 el hisopado da negativo. El 22 (8 días después de estar registrado por el “sistema” como una persona de riesgo -68 años, hipertensión y obesidad- y sin haber dejado de tener síntomas casi en ningún momento), ingresa al Centro de Salud con un cuadro que resultó irreversible por complicaciones respiratorias. Este mismo día le hacen el 2do hisopado. El 26 después de un 2do paro cardio respiratorio fallece al mediodía… 2hs después nos dan el resultado positivo del 2do hisopado. El 28 les hacen el hisopado a mis hermanos SIN RESULTADOS TODAVÍA.
La responsabilidad que me mueve al incómodo proceso de escribir esto, me deja hoy más interrogantes que certezas pero que entiendo necesario compartir:
- ¿Cómo es posible que la administración de los hisopados sea tan discrecional cuando resulta un insumo tan importante para planificar la prevención y la asistencia? No hay suficiente material, o no hay suficiente personal para procesar la información o es necesario manipular los números.
- ¿Por qué el 0800 para consultas no funciona desde nunca, cuando podría ser una herramienta fundamental para organizar el cuidado de la comunidad dando información permanente y precisa?
- ¿Cómo se va a dar batalla a lo más duro de la pandemia con un personal de salud diezmado por los contagios y que hace años trabaja en condiciones laborales miserables, sin aumentos y sin nombramientos?
- ¿Qué va a suceder si se detonan los contagios en los barrios vulnerables cuando la Atención Primaria de Salud es lamentable y a los CAPS no solo les retiran el escaso personal que tienen, sino que ni siquiera cuentan con las vacunas mínimas para la población que atienden? Está claro por lo que el COE mostró hace un tiempo en ese simulacro realizado en el Liceo Militar, y por cómo vienen haciendo, que a los barrios populares hay que “entrarles con palos” para que “entiendan”.
- El sistema no funcionó para mi viejo. Él tenía (nosotros tenemos) ciertas condiciones de vida y vinculaciones de esas que te permiten hacer una que otra llamada telefónica, o “pechar” para ser atendido y sin embargo ni siquiera estos “privilegios” alcanzaron.
- Mi viejo hacía casi 15 años que tercerizaba servicios de infraestructura para el SIPROSA, y así como miles de trabajadores de la salud anónimos que intentan cuidarnos, como las médicas y enfermer@s que intentaron salvarle la vida, son víctimas de funcionarios ineptos y sin escrúpulos. El COE y los responsables de tomar las decisiones, combinan de manera criminal la soberbia con la ineptitud, y ante la impotencia deciden esconder el colapso de un sistema (que ya era endeble antes de la pandemia) e instalar la culpa en nosotros mismos y nuestra “irresponsabilidad” individual.
- El virus es real, sumamente contagioso y de mucho riesgo para un sector de la población. Todo indica que la situación va a empeorar, antes que mi hna, mis hnos y yo, dejemos de llorar la pérdida de mi viejo. Pero espero que esta reflexión ayude a pensar que no es justo que quienes deben cuidarte, te manden a tu casa a “esperar que se te pase”, Y aunque hoy es necesario organizarse para cuidarnos y para garantizar lo que haga falta para ser atendidos, espero también que cuando ganemos mejores condiciones seamos capaces de honrar con justicia, a los que perdimos y a los que todavía vamos a perder, a causa no solo del virus sino también de un conglomerado de criminales y corruptos que no son ni han sido capaces de garantizar las condiciones de un sistema de salud digno para sus trabajadores y para toda la población.