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Mientras los equipos de salud de distintos hospitales y centros de atención primaria siguen exigiendo la provisión de elementos de protección personal, en la Legislatura tucumana sesionaron con materiales donados para asistir a pacientes en sanatorios. “Fue un error”, dijo el vicegobernador Osvaldo Jaldo. Los profesionales califican a la salud pública como el primer paciente huésped del virus debido a la precariedad en la que se encuentra.
Las imágenes de legisladores y legisladoras sesionando con los elementos que les faltan a los equipos de salud tucumanos reactivaron la sensación de desprotección. Al mismo tiempo, el Poder Legislativo de Tucumán es uno de los más costosos de todo el país. Para este 2020, el presupuesto aprobado asciende a unos 6.591 millones, lo que resulta ser de “altísimo” impacto en términos porcentuales respecto del presupuesto de la Provincia. Sólo para gastos de consumo (bienes de uso temporal) de la Cámara se previó una partida de un poco más de 38 millones.
“¡Es como para prender fuego todo! Atendí pacientes sin barbijo durante todo el turno. Estoy muy cansada”, escribe una médica del Hospital Padilla, cerca de la medianoche, al ver como se viraliza la noticia sobre la sesión esterilizada durante el aislamiento preventivo y obligatorio por la pandemia de coronavirus.
“Recién puedo leer y ver las fotos. Espero que sepan que en muchos servicios los mismos agentes de salud, médicxs, odontólogoxs, etc. están fabricando sus propios barbijos porque no hay. Te dan unas antiparras para operar y debés devolverla. Se limpia y la usa otro colega. Te dan un barbijo, debes firmar y poner tu DNI. No puedo encontrar palabras para definir lo que me generan [las fotos]: inequidad, bronca, tristeza, todo junto,” reflexiona otra médica en sus redes sociales.
En Argentina ya llegamos a 1795 casos confirmados de personas contagiadas por coronavirus y 60 fallecidos. Son 21 las provincias afectadas. Tucumán ya tiene su cuarta víctima fatal de COVID-19. Hasta el momento, en la provincia se han analizado 358 casos sospechosos: 28 dieron resultado positivo, 291 fueron descartados y 39 están pendientes. Sin embargo, aún no se encuentra en el listado de conglomerados donde existe transmisión comunitaria.
Hospital Padilla
El 4 de abril, el equipo de salud la Guardia de Urgencias del Hospital Padilla expresó a través de una nota a la directora del nosocomio, Olga Fernández, que no cuentan con todos los elementos de protección personal (EPP) adecuados. “Dicha situación hace que trabajemos en condiciones no aptas para enfrentar la emergencia epidemiológica actual. Ya es de su conocimiento que dos médicas y personal de enfermería fueron expuestos al virus por atender a una paciente de la guardia en estas condiciones y que hoy estas personas permanecen aisladas”, describieron estos médicos y médicas.
La misiva, que lleva la firma de profesionales de distintas áreas, recorrió las redes sociales y algunos portales de noticias. En ella aseguran que soportaron trabajar en la primera fase de la pandemia con materiales que no estaban debidamente homologados por el SIPROSA, y hasta llegaron usar algunos confeccionados de buena voluntad por sus propios compañeros de hospital. “No se debe seguir”, sostienen.
nte la dinámica de la expansión del virus, solicitan que se tomen medidas urgentes para el abastecimiento de todos los EPP con los cuales ya deberían contar para la atención de los pacientes y la protección del personal, que hasta la fecha es casi inexistente. Además, asentaron que se reservan el derecho de iniciar acciones civiles o penales “por la negligencia, imprudencia, impericia o inobservancia a los deberes” de funcionaria pública. “Es el SIPROSA quien debe resguardar la salud de cada trabajador que presta sus servicios”, concluyen.
En el Centro de Salud
Este lunes, trabajadoras y trabajadores del Hospital Centro de Salud realizaron cortes de calle delante del nosocomio. A raíz de esto consiguieron respuestas parciales a lo que por semanas reclamaban: insumos de protección, licencia para todas las personas que formen parte de los grupos de riesgo y no a los traslados compulsivos.
Durante una reunión con la Dirección del hospital aseguraron que “se contaría con los barbijos, ya que, por lo menos para abril, realizaron un pedido 52.000 barbijos”. Ante los planteos por la falta de planificación y desinformación que reinaba consiguieron capacitaciones en algunos servicios sobre los protocolos a seguir y la utilización de los elementos de protección a la hora de la atención de pacientes.
Respecto a las licencias para personas asmáticas, inmunodeprimidas, diabéticas, cardíacas y con enfermedades respiratorias o que tengan hijos o hijas a cargo, Yanina Luna, delegada del Centro de Salud, explica que van llegando de muy de a poco las licencias. La demora se debe a “la gran cantidad de pedidos de toda la provincia”, se excusaron las autoridades.
Además, las delegadas expusieron que en el hospital había personal que no era imprescindible durante la cuarentena, por lo cual se diagramaron turnos en cada servicio. También participó de la reunión el secretario ejecutivo del SIPROSA, el doctor Luis Medina Ruiz, que llegó a decirles que no deberían quejarse porque “es un privilegio el hospital en el que están”.
Centro de Atención Primaria de Salud
Por su parte, la Red de Profesionales de la Salud por la Vida y el Aborto Legal marcó que en la pandemia COVID 1 el “Paciente 0” es la Salud Pública. Resaltan “el desfinanciamiento histórico y el desmantelamiento progresivo de nuestro sistema de salud y la magnitud de la precarización laboral”.
“Los y las trabajadoras de la salud de todos los niveles de atención del sistema sanitario carecen de equipos de protección personal. Los mismos son otorgados a un grupo privilegiado de personas que no atienden pacientes, como a nuestra legislatura”, recalcaron en un comunicado por el Día Mundial de la Salud.
Desde hace semanas, diferentes hospitales, CAPS y CIC vienen poniendo en conocimiento, a través de protestas y pedidos reiterados, la situación de insuficiencia en la que se hallan y las autoridades han negado y acallado sistemáticamente los reclamos. Por ejemplo, en un servicio de atención primaria, en la primera línea de asistencia, para 30 personas reciben dos antiparras, diez camisolines, dos máscaras protectoras, dos barbijos reforzados y cuatro comunes para lo que va del mes de abril. También peticionan por alcohol, repelente de mosquitos y elementos de limpieza. Hoy por hoy, muchos de estos elementos son comprados por los propios trabajadores y trabajadoras
“Exhortamos a los responsables a garantizar la protección necesaria para todo el equipo de salud, según su puesto de trabajo. Como profesionales de la salud, somos quienes debemos poner el cuerpo y la mente; estamos desprotegidos y expuestos, sumado a que estamos arriesgando a nuestras familias, con nuestros propios derechos vulnerados, sin las licencias que corresponden a compañeres que pertenecen a la población de riesgo. Exigimos, reclamamos y trabajamos porque no queremos morir, y no podemos dejar morir a nuestra Salud Pública”, sentenciaron en un comunicado de la red de profesionales.
Las y los integrantes de la Legislatura terminaron sesionando este martes pasado, cubiertos por barbijos, mascarillas y guantes para definir un giro de los “ahorros” que quedaron del año pasado. Un total de $293 millones irían destinados al Ministerio de Salud de la Provincia. De acuerdo al diario tucumano La Gaceta, en la Cámara provincial se sabía de la existencia de una deuda con proveedores del área de Salud, que ascendería a $150 millones y que habría demorado la provisión de insumos.
Mientras todo esto sucede, el vicegobernador dijo que pedía disculpas si había ofendido a alguien tras la polémica desatada por el uso de máscaras donadas a un sanatorio. Pero, para quienes ponen el cuerpo a la atención de pacientes diariamente, con el temor a la pandemia en sus espaldas y con la desprotección por las falencias de insumos, esta sesión resultó una provocación.
