En el contexto actual, con la pandemia del COVID 19, la educación virtual ha tomado gran relevancia. Sin embargo, tanto docentes como familias, se encontraron sin preparación previa y, en muchos casos, sin los recursos mínimos necesarios en la mayoría de los casos por el contexto de crisis económica que atraviesa el país. Marcela Petrignani, Licenciada en Psicología y Docente, reflexiona sobre las ventajas, desventajas y desafíos que trae este formato educativo.
Por Marcela Petrignani, Licenciada en Psicología y Docente.
La educación virtual es una herramienta muy importante en todos los ámbitos educativos y de formación en general. En el contexto actual, con la pandemia del COVID 19, con el imperativo del aislamiento social sumado a la incertidumbre en términos de “¿hasta cuándo?” y si hay vuelta “¿de qué manera?”, los y las docentes de todos los niveles nos vimos sometidos a incursionar en la educación a distancia/virtual/no presencial/ “como se pueda” y en esa circunstancia también los/as estudiantes y las familias están involucradas. Sin preparación previa, sin los recursos mínimos necesarios en la mayoría de los casos por el contexto de crisis económica que atraviesa el país.
La educación a distancia o no-presencial es un formato educativo que permite desde entornos virtuales o digitales, sostener una situación de enseñanza-aprendizaje (E-A)en la que docente y estudiante no comparten el mismo espacio físico y tiempo real. Por esta misma razón, es una modalidad de E-A asincrónica mediada por tecnologías de la información y comunicación (Tics) en la que el docente es un facilitador y el estudiante tiene permitida cierta autonomía.
Los contenidos requieren un procesamiento didáctico especial que le permita al estudiante transitar su aprendizaje sin la presencia física del docente. Estos contenidos están en formato digital y es condición necesaria tener acceso a la tecnología (por ejemplo una computadora) con conexión a internet
La educación virtual, aun en el auge de la información y las tecnologías, tiene sus detractores y sus defensores incondicionales. Voy a analizar aquí a mi entender, algunas de sus ventajas y sus desventajas
En relación a las ventajas:
- permite la llegada a muchas personas en un período de tiempo en un mismo espacio (la red/ los entornos virtuales);
- es un formato que responde al modelo constructivista del aprendizaje y en ese sentido el proceso de aprendizaje es autónomo y respeta los tiempos de cada persona;
- permite la autoregulación de tiempo y de objetivos;
- es óptimo para propiciar el trabajo grupal colaborativo;
- es una forma de democratización del conocimiento con muy pocos recursos y un gran alcance.
En relación a las desventajas:
- el modelo virtual si bien recurre a la interactividad (el/la estudiante puede trabajar sobre los contenidos y los materiales sin límite de tiempo porque están a disposición) no garantiza la interacción y ésta se da limitada por la asincronía, es decir, el/la estudiante puede hacer consultas al docente/facilitador pero su pregunta no es respondida de inmediato (salvo que la realice en los espacio de interacción como chat, foros pautados, video reunión, etc), en otras palabras, la retroalimentación necesaria de los procesos de E-A adopta otras formas o está condicionado;
- esta no-presencialidad también implica ausencia de un espacio para lo emocional, es decir, la expresión de afectos o la resolución de conflictos y tensiones que muchas veces surgen de los contenidos mismos o del vínculo entre los/as participantes;
- la conectividad y el acceso al dispositivo tecnológico (TICs, por ejemplo, una computadora) como condición absoluta y necesaria para la situación de E-A.
Vistas así las ventajas y desventajas y tratando de analizar su utilidad o aplicabilidad, son muchos los factores a evaluar y su elección dependerá siempre de los actores involucrados y su contexto.
En general es un formato educativo muy útil con grupos de personas jóvenes y adultas ya que supone cierta autonomía y bagaje cognitivo: son sujetos que pueden tener relativamente claro cuáles son los objetivos de la formación/capacitación y orientar su energía y recursos hacia allí.
En el caso de los/as adolescentes el estudio en entornos virtuales requiere de mayor acompañamiento pero supone una gran ventaja que es la apertura y la disposición que éstos tienen para innovar y experimentar con las herramientas tecnológicas, aplicaciones y sus posibilidades infinitas. Lo que juega en contra con este grupo etario en muchos casos, son las representaciones que ellos y ellas tienen en relación a la virtualidad (redes sociales, juegos en linea, etc) que entran en contraste/contradicción en alguna medida con la idea de estudio. Sin ser una tarea imposible, la educación virtual de adolescentes requiere un acompañamiento más sistemático (poca autonomía) y preferentemente alternando virtualidad con espacios de presencialidad.
En el caso de los/as niños/as la virtualidad es un recurso más pero no puede ser el principal ni mucho menos el único si tenemos en cuenta que la infancia transita en la escuela una etapa de formación de la persona en todos sus aspectos: cognitivos, culturales, sociales, sexuales, éticos, afectivos, etc. y la virtualidad no ofrece esas posibilidades a esa edad.
Desde una postura personal, sólo quisiera valorar la voluntad y la disposición de docentes, estudiantes y familias. Reconocer el esfuerzo y el compromiso y proponer, como muchos especialistas ya lo vienen haciendo que la educación a distancia que hoy nos toca sea respetuosa de las singularidades de niños, niñas, adolescentes y familias. Que pueda convertir las casas en espacios de aprendizaje significativo sin ser un tedio o un castigo y que las propuestas sirvan para fortalecer vínculos, permitan la circulación de la palabra y reúnan a las familias en actividades placenteras.
Que la escuela no sea un estorbo en la cuarentena sino un refugio más.
