El poeta tucumano presentará esta tarde el libro “Ella sucede”, un poemario donde las mujeres tucumanas son las protagonistas.
Dardo Solórzano es poeta y músico de Monteros. Esta tarde, a las 19hs, presentará su libro de poesía “Ella Sucede” en la 44º Feria Internacioanl del Libro, en un formato poético-musical, acompañado por el cantautor Esteban Echaniz.
En su libro, Ella Sucede, a lo largo de 51 poemas, rescata las voces de las mujeres tucumanas y las transforma en un grito libertario. Las luchadoras, las silenciadas, las violentadas, las desdichadas, las caídas, las mujeres amadas, las desterradas, las nutricias, todas tienen un lugar en la prosa de Solórzano.
La obra nacida en 2017 de la mano de Ediciones El Mono Armado, cuenta con la participación de voces femeninas en 3 composiciones: “Sello de Agua” en coautoría con Alina Kummerfeldt Quiroa, “Cicatriz de la palabra” con Sabrina Usach y “Casa Litoral” en colaboración con Pamela De Battista. El libro cuenta con ilustraciones de artista Viviana Rivadeo Monteros, que dialogan con los poemas.
El libro se puede adquirir en la tienda del Centro Cultural Virla y en la Editorial de la Universidad Nacional de Tucumán (Edunt-Crisóstomo Álvarez 883)
SURREALISTA
Han soñado antes de nacer
por eso les corresponde un mundo que aún no han visto.
De mal parida su suerte no ve la luz….
Mujeres amanecidas
bajo soles que le anochecen la piel.
Ella sucede;
la sangre morena le aclara el corazón
para saber que late junto a los otros,
a esa gente que la vio crecer,
de andar india, mestiza,
con el ritmo en las arterias,
y la ternura a destajo
como le enseñó la abuela.
Ahí en el barrio sin trabajo
los hombres emputecidos
hacen como de padres huérfanos.
Quién traerá el pan
a esta mesa que arrodilla sus patas
ante las velas de los santos
y el hambre del recuerdo
frente a las fotos donde viven los muertos.
¡Vuelvan! No han de poder amar de lejos
en esta América que olvidan,
donde espera una madre en cada pueblo,
y un instante se mide en la fuga
de la mujer que amamos
y dejamos partir.
MILAGRO
De suponer que sea un milagro
nacer en ese territorio
sin que te griten negra puta
por exigir desde el historial del hambre;
por exigir tu cuerpo
(apropiado por quien te viola)
y lavarlo mil veces sin sentirlo limpio,
por exigir con la bronca de los despreciados.
Las mil veces hija de puta
no se lavan con agua bendita
ni con el llanto de tu gente,
en ese feudo donde tu ser es de los diablos
que marchan como en carnaval,
y los terratenientes de todo
sin tener la tierra adentro
ven tu columna que marcha
(erguida la negra india)
y te odian, escupen sobre tus pecados
(en este mundo de endemoniados).
Sus limosnas no lavan lo violado
al pueblo con hambre,
a la raza humillada,
a los changuitos de futuro cercenado.
La columna que avanza
hacia el pasado donde siguen los poderosos,
donde el Dios de los ricos
siempre fue un pobre tipo, sin milagros.