Con 108 años, una ex obrera azucarera, recibió la vacuna contra el coronavirus

Rosaura Bustos recibió la primer dosis de la vacuna Sputnik en el nodo vacunatorio de Aguilares. Se trata de la persona más longeva en ser vacunada hasta el momento en la provincia. La emoción del personal de salud y de su familia.

Rosaura Bustos de 108 años se convirtió en la vecina más longeva en ser inmunizada en Aguilares desde el inicio de la campaña vacunatoria en el Complejo Deportivo Municipal Monseñor Ignacio Herrera que ya hizo más de 22.850 aplicaciones.

Rosaura fue trasladada desde su hogar al centro vacunatorio. Acompañada por una hija y una nieta, a pesar de su edad, la lugareña quiso ingresar a pie al establecimiento, sin ser asistida con silla de ruedas para su traslado desde el coche que la transportó al Club hasta el nodo.

Desde el Ministerio de Salud, el Sistema Provincial de Salud y la Municipalidad de Aguilares llevan adelante relevamientos en zonas rurales y barrios para informar a pobladores que no se hayan inscripto para ser inmunizadas por distintos motivos. En cada nodo, las personas que integran los grupos de riesgo y que no fueron inscriptas, son empadronadas y vacunadas.

Allí, la mujer que tiene siete hijos y 50 nietos y biznietosrecibió la primera dosis de la vacuna Sputnik V. Tras la aplicación, despertó la alegría del personal presente. Si bien ya habían vacunado a personas de 90 a 100 años, expresaron su satisfacción al ver el compromiso ciudadano con la salud pública de Rosaura que, desprovista de cualquier miedo, quiso estar protegida con la aplicación. 

Rosaura es conocida en la zona por ser una mujer autónoma y emprendedora que a lo largo de su vida trabajó como cosechadora azucarera, “pelando caña” dijo, y en las campañas arroceras, el cultivo que antiguamente predominaba en la zona, además de haberse desempeñado como matrona en la casa de una familia fundadora de la ciudad hasta que finalmente se jubiló, 18 años atrás, como jefa de hogar.

Al ser entrevistada por la prensa, Rosaura dijo: “me parece muy bien la vacuna. No siento nada malo ahora estaré protegida gracias a Dios y a la Virgen” que también contó que ella, por cuenta propia y sin un marido que la acompañe, junto a sus hijos trabajó en los campos azucareros y arroceros de la zona.

María Bustos, hija de Rosaura, contó: “estábamos ansiosos, esperando esta bendición para ella. Es una emoción muy grande. Mis hermanos querían estar aquí pero no pudieron porque están lejos”.

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