Esta semana procesaron a Osvaldo Adolfo Antonio Fraile, oriundo de Chaco, por amenazas vertidas en redes sociales hacia Natalia Zaracho, tiene un embargo por 6.700.000 pesos y prohibición de acercamiento a la diputada. El caso marca un antecedente importante en cuanto a los límites de la libertad de expresión, los discursos de odio en redes sociales y la violencia política hacia las mujeres.
Otro de los acusados en la causa fue el tucumano Cesar Alberto Maciel, quien resultó absuelto porque la corte entendió que si bien el contenido de sus dichos eran discriminatorios y violentos, no constituían una amenaza. Para que los dichos sean catalogados como amenazas debe contener “el anuncio de un mal futuro e ilícito que genere un estado de alarma o temor en el sujeto pasivo”1
Natalia Zaracho tiene 35 años, es de Villa Fiorito, desde adolescente fue cartonera en la ciudad de Buenos Aires, allí se unió primero al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y luego al Frente Patria Grande. Desde diciembre del 2021 es Diputada Nacional. Su irrupción en la política fue noticia a nivel mundial por ser la primera mujer cartonera que llega a ocupar una banca en el Congreso de la Nación Argentina. En el 2023 fue detenida por la policía bonaerense cuando interfirió ante el arresto de un niño. Los policías ignoran que Natalia les decía que era Diputada y que por eso no podía ser detenida.
La violencia contra las mujeres en la política se intensificó junto con el crecimiento de La Libertad Avanza, el acoso en redes sociales se convirtió en moneda corriente. Sin embargo, existen varias aristas de este caso que son particulares. Para indagar sobre esto dialogamos con J Alejandro Mamani, abogado y miembro de Identidad Marrón
La libertad de expresión en tiempos de redes sociales
Existe la creencia en redes sociales de que está permitido decir cualquier cosa a las figuras públicas, mucho más cuando se trata de políticos. Se agrede y se expone su vida sin ningún tipo de cuidados. Le preguntamos a J Alejandro Mamaní:
¿Qué importancia tiene el fallo por las amenazas hacia Natalia Zaracho?
“Creo que la sentencia por las amenazas a la diputada Natalia Zaracho tiene muchas particularidades, una de las primeras cuestiones es lo macro. El gran debate que hay acá es qué es la libertad de expresión y cuáles son los límites. Obviamente esos límites no son los mismos en todos los contextos.
Los políticos tienen que soportar o tolerar ciertos puntos acorde a su función. Es un tema que la doctrina ha mantenido, pero se van moviendo los límites. El punto es hasta dónde debe un funcionario soportar las amenazas. También es necesario aclarar que no es lo mismo una agresión, un insulto o una amenaza que una crítica.
Este fallo pone de cierta forma topes en el tópico sobre la libertad de expresión.Es un debate presente que estamos viendo en vivo, porque las redes sociales o la comunicación en estos momentos corre de lo que era el debate clásico de libertad de expresión.”
En Argentina existe el fallo Ponzetti de Balbín de 1984 como un antecedente histórico. La viuda del referente de la UCR Ricardo Balbín demandó a la editorial de la revista Para Ti por haber publicado fotos de su esposo en terapia intensiva. La Corte Suprema falló a favor de la demandante aclarando que el derecho a la intimidad tiene prioridad por sobre el derecho a la libertad de prensa cuando la información difundida no revista un interés público significativo. Esta sentencia posibilitó el desarrollo de una doctrina más equilibrada sobre el tratamiento de la información por parte de los medios de comunicación. Pero en el escenario actual mediado por redes sociales se presentan nuevos desafíos sobre el tema.
En el fallo se inscriben las amenazas en el contexto de violencia contra la mujer, se cita la CEDAW, la convención Belém do Pará y todo el marco normativo respecto a violencia de género. ¿Cómo ves este abordaje?
“Pienso que el debate en la justicia siempre es necesario porque nos puede marcar ciertas pautas de los comportamientos sociales. Soy un militante de la libertad de expresión, creo que es necesaria e incluso en la política debe ser tolerada hasta cierto punto. Claramente no incluye la amenaza y en particular en el caso de Natalia Saracho. A mí la sentencia me deja poco sabor a poco, por la falta de análisis de la cuestión racial.
En todos las agresiones que recibe se habla desde una perspectiva de desprecio, se denuncia el asco, se reitera lo negra como una referencia a ella, lo villera. Primero, los insultos y la referencia a su color de piel y su clase social, se mezcla todo como en un combo. Esto da bastante material para analizar otras convenciones, no solamente de violencias a la mujer, sino en términos raciales, ¿cuál es el ensañamiento que hay con ella? Natalia Saracho es, por alguna razón, una de las diputadas más conocidas a la hora de ser agredidas.
Creo que hay una deuda histórica del Poder Judicial de analizar la cuestión racial, me parece que esta deuda no solamente pertenece a la justicia, sino a la incapacidad de ponerlo en el debate que tiene la mayoría de los cuerpos de abogados. Si bien la falencia es del Poder Judicial por no analizarlo, hay algo de los abogados a la hora de no ponerlo en cuestionamiento en un expediente judicial para ser analizado. En este caso había más tela para cortar.
Por último, hay una disputa de cuáles son los sentidos literales o no en los mensajes de redes sociales. Creo que ahí también tenemos un gran tema sobre la libertad de expresión, si realmente frases como aparecen en la causa, en el caso del absuelto, donde dice “ya te va a llegar el dia” o “no vas a durar mucho” tiene el mismo peso que en la vida real o no, y creo que es un terreno exploratorio en camino.
Sobre Zaracho recae un cúmulo de sentimientos vinculado con todo aquello que aún no queremos debatir, el odio racial, el desprecio de clase y la ira que genera la participación política activa de los oprimidos. Ella representa la voz de trabajadores excluidos del sistema, de las mujeres de la villa y de los cuerpos racializados. Sus intervenciones como diputada siempre fueron coherentes y solventes en análisis político de los asuntos que se trataron, pero lejos de ser reconocida por su labor legislativa es siempre denostada por su apariencia y por el imaginario racista que habita nuestro país. “Como te ven, te tratan” inicia la frase que durante años repitió Mirta Legrand en sus almuerzos, y refleja la percepción del imaginario social racista de nuestro país.
- DENUNCIADO: FRAIRE, OSVALDO s/COACCIÓN (ART. 149 BIS), Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 7, Secretaría N° 13, causa N° CFP 292/2024 (diciembre de 2024).Página 13. ↩︎