Luego de que se conociera el fallo que destituye al juez Francisco Pisa por su actuación en el caso de Paola Tacacho, Nilda Zerpa, prima de Paola, expresó: “sentimos un poco de alivio entre tanto dolor y estamos profundamente agradecidas con todas las hermanas de lucha”. Afirma que esta lucha no terminó.
La destitución del juez Francisco Pisa surgió de la fortaleza que encontró una familia destrozada por el asesinato violento de su hija. Mariela Tacacho junto a sus familiares se encolumnaron para exigir justicia y marcar la responsabilidad del Estado ante la violencia de género. A Paola Tacacho no solo la mató Mauricio Paradas Parejas. La inacción judicial, la falta de perspectiva de género de los funcionarios y funcionarias judiciales que no la escucharon, el cajoneo sistemático de las causas, acompañaron el puñal del femicida aquella noche del 30 de octubre de 2020.
“Esta fuerza nos la dio el amor que le tenemos a Paola, sino era bajar los brazos y caer. Paola sufrió muchas injusticias, leer cada expediente, cada causa fue muy fuerte y muy doloroso. ¿Por qué tantas injusticias, por qué tanto abandono?”, exclama Nilda Zerpa, prima hermana de Paola.
La joven de 30 años había realizado más de 20 denuncias, 13 en el fuero penal contra Paradas Parejas, un ex alumno que la acoso durante cinco años. A pesar de que tenía ordenes de restricción, las incumplió sistemáticamente y Paola fue una y otra vez a la Justicia a buscar ayuda. Sin embargo, nunca se la escuchó. Luego de matarla, Paradas Parejas se suicidó.
“Hoy finalmente sentimos que se la escuchó. Sentimos un poco de alivio entre tanto dolor y estamos profundamente agradecidas con todas las hermanas de lucha, porque sin ellas no hubiéramos llegado hasta esta instancia. Hay mucha indiferencia en la sociedad y que el colectivo haya estado presente, que las mujeres nos hayamos unidos para pedir justicia por Paola fue fundamental”, afirma la mujer.
Los sentimientos se mezclan y las emociones invaden el cuerpo. “Es como volver a ese día cuando no sabíamos que había pasado. Es el dolor de no tenerla junto a la emoción de que un poco de justicia se está logrando. Pienso en Paola, pero también pienso en todas las víctimas y en esas familias. En todas esas otras hermanas, en esas otras primas”.
En la lucha por la destitución de Pisa, fue fundamental el acompañamiento no solo del movimiento de mujeres, sino también de la Comisión de Víctimas de la Impunidad. Mariela Tacacho, madre de Paola, junto a Amalia Ojeda, madre de Milagros Avellaneda y abuela de Benicio Coronel, encabezaron cada marcha en los últimos meses abrazadas y fortalecidas una en otra.
“Ejemplos de lucha”, los define Nilda, al referirse a Amalia, a Alberto Lebos, y tantos otros que las acompañan. “Su experiencia nos sirvió muchísimo. Y esperamos que nuestra experiencia sirva para otros y que esta destitución repercuta a nivel nacional y que detrás de Pisa vengan todos los otros miserables”.