Cannabis medicinal: asunto de Salud Pública ¿en marcha?

Los recientes análisis realizados a casi tres decenas de aceites de cannabis en el laboratorio LISA de la Facultad de Bioquímica de la UNT abrieron el debate en la provincia ante las innegables bondades de los cannabinoides, la resistencia del sistema de Salud Pública de incluirlo y la prolífera fabricación de subproductos sin los controles y estándares apropiados de calidad.

La profesora e investigadora del Laboratorio de Investigaciones y Servicios Analíticos (LISA) de la Facultad de Bioquímica de la UNT, Alicia Bardón, fue noticia en diversos medios de comunicación esta semana al encabezar un estudio de casi tres decenas de aceites de cannabis de uso medicinal (de diferentes procedencias) para analizar sus componentes, y comprobar la presencia, o no, de los cannabinoides.

“Luego de que se promulgara la ley, realizamos una jornada de investigación en la Facultad de Agronomía”, indicó la profesora Alicia Bardón. “Allí expuse una conferencia y algunas personas se acercaron para preguntarme si en el laboratorio podíamos determinar si lo que estaban tomando era realmente aceite de cannabis. Entonces, a partir de esa demanda fue que decidimos desarrollar un proyecto de investigación y estudio de los aceites que circulan por la provincia, sin ánimo de exponer a quienes los producen”, detalló en el medio LV12.

Al margen de los resultados, que pusieron de relieve una importante muestra alrededor de la producción de aceite en la provincia, la iniciativa abrió el debate público sobre el marco legal ambiguo que atraviesa a cada una de las instancias involucradas en torno al consumo, producción y comercialización del subproducto cannábico.

Resulta evidente suponer que el acceso restringido del aceite, combinado con cientos de miles de indiscutibles casos en el mundo que dieron cuenta de los beneficios de su consumo (traducida en una creciente demanda), se convirtieron en factores que propiciaron la producción clandestina; el marco legal nacional continúa sin reglamentar su producción, distribución y venta (excepto el autocultivo en pacientes indicados y autorizados por la justicia).

“En la provincia hay un mercado negro, porque no se sabe de dónde sale el producto, ni cómo está compuesto o fue fabricado”, señaló el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Tucumán, Emilio Alvez, al diario La Gaceta; en efecto, la Salud Pública continúa sin tomar cartas en el asunto y la voluntad de consumir aceite medicinal aumenta día a día en la provincia.

El 8 de junio de 2017, la legislatura tucumana aprobó por unanimidad la adhesión a la Ley Nacional N° 27.350, permitiendo el uso de cannabis y derivados con fines medicinales, como tratamiento alternativo para diferentes enfermedades, pero asignando como autoridad de aplicación local al Ministerio de Salud Pública, por intermedio del Sistema Provincial de Salud (Siprosa).

De los 13 artículos de la ley mencionada, 6 de ellas continúan sin reglamentar (1, 5, 10, 11, 12 y 13). A su vez, 9 incisos de los 15 del artículo 3 están en la misma situación.

Activismo médico en Tucumán

Si bien la provincia adhiere a la legislación para el uso del cannabis medicinal, la reglamentación sigue siendo parcial. Al respecto, y con el ánimo de agilizar el aparato burocrático y derribar mitos en la provincia, los tres integrantes del grupo Anandamed; Abigail Grosvald, Facundo Alvarez y Agustín Muñoz fueron los primeros médicos, y médica, en plantar bandera en materia de salud alrededor del cannabis medicinal; realizaron investigaciones científicas, organizaron charlas y debates locales, participaron en simposios y eventos internacionales, y, desde el prisma del derecho universal de acceso a la salud pública, pusieron de relieve las virtudes de los subproductos de la planta de cannabis.

“En reiteradas oportunidades disertamos sobre el marco legal actual de nuestro país y la problemática de acceso a todos los derivados de la planta de cannabis sativa a la que conlleva”, señala el médico Facundo Alvarez para La Nota. “También promovemos que el control de calidad en la producción de aceite sea regulado por la Salud Pública en sus distintas jurisdicciones, para que se controlen las cepas y se estandaricen los cultivos; es una verdadera urgencia que el Estado se haga responsable de las mismas y descriminalice a los cultivadores y productores de aceite”, concluye.

Virtudes y bondades de los cannabinoides

Cannabis es un género de plantas herbáceas originarias de las cordilleras del Himalaya, en Asia. De ella existen referencias escritas que datan de 2000 años a.C., y fue descrita y clasificada científicamente en 1735 por Carlos Lineo en su Species Plantarum bajo la familia Cannabaceae. La planta es una hierba anual, de porte erguido, que forma tallos ramificados de los que salen las hojas, con forma palmeada y tacto rugoso y peludo.

Uno de los tantos espacios que se dedican a investigar los posibles usos y principios activos del cannabis medicinal es la Fundación CANNA, una iniciativa sin fines de lucro en España.

De acuerdo a información habilitada por la Fundación Daya, los efectos medicinales y/o farmacológicos del cannabis que ya fueron probados son variados. Estos dependen del contenido y tipos de cannabinoides que produce las cepas de la planta, así como de la combinación de otros de sus componentes y de sus vías de administración y dosificación.

Debido a que cada planta es distinta de otra, generando de esta manera una combinación única de compuestos, los efectos de cada cepa difieren entre sí. A pesar de ello, de forma general, el uso medicinal del cannabis generará los siguientes efectos:

-Sensación de euforia, relajación y sedación.
-Efecto analgésico y antiinflamatorio.
-Estimulación del apetito.
-Reducción de náuseas y vómitos.
-Acciones favorables sobre el tono muscular y la coordinación motora.
-Disminución de la presión intraocular.
-Hipotermia.
-Acciones sobre el aparato respiratorio tales como dilatación de los bronquios.
-Efectos cardiovasculares como hipotensión y taquicardia.
-Efectos neuroendocrinos como disminución en la liberación de distintas hormonas sexuales e incremento en la liberación de hormonas relacionadas con las respuestas al estrés.
-Efectos inmunomoduladores: en dosis bajas estimula las respuestas del sistema inmunológico. En dosis altas, las disminuye.
-Efectos antiproliferativos, es decir, impide el crecimiento de algunos tumores.

Enfermedades susceptibles de ser tratadas con Cannabis

La combinación de dos factores, la numerosa cantidad de cannabinoides producidos por la planta (un centenar) y la función del sistema endocannabinoide (regular el buen funcionamiento de los procesos fisiológicos del cuerpo), permite que el cannabis tenga la facultad de ser utilizada como terapia paliativa, es decir que busca aminorar o eliminar los efectos secundarios de los tratamientos tradicionales, como terapia concomitante (para complementar y potenciar el efecto del tratamiento tradicional) o como terapia curativa, en numerosas patologías tales como: adicciones, alzheimer, anorexia, ansiedad y depresión, artritis y artrosis, asma, cáncer, diabetes, distonía, dismenorrea, dolor, estrés postraumático, epilepsia, esclerosis múltiple, ELA y lesión de médula espinal, espasticidad, slide, fibromialgia, glaucoma, enfermedades gastrointestinales (Crohn, colitis ulcerosa, colon irritable), hipertensión, enfermedad de Huntington, inflamación, insomnio, lupus, migraña, náuseas y vómitos, osteoporosis, enfermedad de Parkinson, prurito, psoriasis, síndrome de Piernas Inquietas, TDAH, hiperactividad, TGD, tumores del Sistema Nervioso Central, síndrome de Tourette, VIH / SIDA entre otras.

Siprosa y cannabis medicinal

El incremento del consumo de aceites, pero sobre todo de producción clandestina, ha puesto en apuros los trámites en el Ministerio de Salud de la provincia para articular con otros organismos del Estado. “Todos tuvimos que cambiar un poco la mirada y empatizar con el tema y comprender que para algunas personas, el uso del aceite de cannabis es una necesidad muy concreta”, señaló la ingeniera agrónoma Marina Azucena Gandur, encargada del Departamento de Vinculación Tecnológica del Siprosa, al medio La Gaceta.

Cuando comenzó a visibilizarse la venta de productos cannábicos en la provincia, la ministra de Salud, Rossana Chahla, le encargó a Gandur abordar el tema. “Es fundamental informarse y trabajar en conjunto con las áreas de Seguridad, Producción, con los colegios profesionales y con las asociaciones de pacientes, y así organizarnos del mejor modo posible”.

A su vez, la funcionaria indicó que están preparados para recibir protocolos de investigación, que pueden ser médicos, agronómicos, o de diversas disciplinas, para darles curso desde el Siprosa. Sin embargo, “la ley nacional claramente es incompleta, porque, por un lado, autoriza, pero no regula ni da pautas, por lo tanto, finalmente, sigue prohibiéndola. En este sentido, estamos inhabilitados para fomentar el uso del aceite; no está dentro de la ley, pero tampoco podemos ni queremos desconocer que hay gente que lo usa y siente mejoras, por lo tanto va a seguir buscándolo y consumiéndolo”, puntualiza.

Del mismo modo que Gandur reconce el deseo, y en muchos casos desesperación, de pacientes por agilizar los trámites para legalizar y estandarizar la comercialización del aceite, también advierte que todavía existen sendos prejuicios en torno al cannabis que demoran las investigaciones en Tucumán. “Muchas personas te dicen que les resulta imprescindible para sus dolencias, mientras otras te miran como si quisiéramos convertir al Siprosa en un sitio de narcos”, concluye.

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