Bazán Frías o el justiciero popular tucumano

Bajo la realización colectiva del grupo “Cine Bandido”, la película tucumana “Bazán Frías: Elogio del crimen” se estrenó en diferentes salas del país (entre ellas el Espacio INCAA de la Sala Caviglia). La misma fue interpretada por internos del penal de Villa Urquiza, quienes representaron un período de la vida del bandido Bazán Frías.

Un siglo después de la muerte de Andrés Bazán Frías, los internos del Penal de Villa Urquiza cuentan la vida del bandolero y Santo popular. El grupo Cine Bandido, integrado por Lucas García, Juan Mascaró, Duilio Gatti, Carolina Gramajo y Virginia Agüero, reconstruye la historia del popular ladrón de principios de siglo XX, que hoy tendrá lugar a las 20.00 hs, en el Espacio INCAA de la Sala Orestes Caviglia.

Nacido en la Villa de los 7 Lotes (Villa Alem), Bazán Frías se hizo conocido por robar a los ricos para repartir entre los pobres. Rodeado de pobreza, comenzó a robar comida para repartir entre la gente de su barrio.

Frías era hijo de un policía, amante de las fiestas de barrio, borrachín, mujeriego, propenso a las trifulcas y de ideas anarquistas. Por un asesinato fue condenado a prisión. Cansado de las brutales palizas, logró una impensada peripecia: escapar de la cárcel. En 1923 murió asesinado por la policía mientras intentaba saltar el muro del cementerio del oeste. Al poco tiempo se empezó a convertir en lo que es hoy para muchas personas: un santo popular. Su tumba está en el Cementerio del Norte, atestada de ofrendas y muestras de agradecimiento.

“El proyecto se originó en el año 2012, como un trabajo de la cátedra de Montaje de la Escuela de Cine de la UNT. Habíamos leído algunas crónicas sobre Bazán Frías, escritas por Carlos Páez de La Torre y Arturo Álvarez Sosa y, este último, nos habló de una nieta de Bazán, así que nos contactamos con Mary Guardia, autora de la novela De fornicarios, bandoleros y milagros”, contó Duilio Gatti para La Nota.

A través del libro pudieron conocer más sobre la vida de Bazán, debido a que una parte se centró en la figura del bandolero. “El proyecto fue creciendo e incorporando nuevos elementos. Más adelante surgió la idea de realizar la película en el penal de Villa Urquiza y contar con la participación de los internos como protagonistas de la historia”, agregó Gatti.

“Apelamos a una reminiscencia de Bazán Frías para trazar un paralelismo con la situación de los presos en la actualidad”, explicó, por su lado, Lucas García.

“Rescatar la vida de Bazán Frías es hablar un poco de la vida de nosotros mismos”, comentó uno de los internos en el trailer oficial. El condimento de reflexión social está marcado desde el nombre de la película: “el elogio del crimen”. Esta frase hace referencia al texto de Karl Marx que da cuenta acerca de la importancia del crimen dentro de sistema capitalista y el germen de la delincuencia inserta en él.

De cárcel a set de filmación

Para el rodaje, los realizadores organizaron un taller de actuación que se dictaba los sábados en el viejo comedor del penal, a cargo de Cesar Romero, Silvia Quirico y Alejandra Monteros, quien interpretó el papel de Elena, esposa de Bazán y abuela de Mary.

Entrar al penal para filmar no fue fácil, puesto que supuso largas gestiones y permisos. “Estuvimos varios meses haciendo trámites, pero una vez dentro fue todo más sencillo y notamos mucho entusiasmo de parte de los internos. Igualmente fue un desafío para nosotros, porque no sabíamos con qué nos encontraríamos cada sábado: a veces faltaban por peleas entre ellos, o estaban heridos, o habían sido trasladados a otra unidad, o por la depresión profunda que cada tanto les generaba el encierro”, recordó Mascaró.

“Al llegar al penal, teníamos un tiempo para charlar mientras preparábamos los equipos para la grabación, después nos trasladábamos a las locaciones y filmábamos. Al terminar volvíamos y compartíamos una merienda entre todos”, continuó. “Contamos con mucha participación y entrega de su parte. Cuando llegábamos se nos acercaban y nos contaban sus historias, se notaba que estaban esperando ese día y que tenían la necesidad de comunicarse, sobre todo aquellos que no solían recibir visitas”, señaló.

Referentes

Dos tipos de influencias marcaron el eje de la película. Una, de carácter temático o ideológico y, la otra, desde la puesta en escena. En la primera entran películas como “Antonio Das Mortes” de Glauber Rocha, “Juan Moreira” de Leonardo Favio y “Cuatreros” de Albertina Carri, sobre el tardío Bandido social Isidro Velázquez. “Estos tres films tienen como figura central a distintos bandidos justicieros y fueron un buen material que nos sirvió para pensar nuestra película”, continuó Mascaró.

En cuanto a la puesta en escena sus realizadores sostienen que es imposible no pensar en “César debe morir” de los hermanos Taviani, donde los presos de una cárcel de máxima seguridad interpretan a Julio César de Shakespeare. “Un film donde el pasado y el presente, los personajes ficticios y los verdaderos se mezclan y se confunden. Nuestra búsqueda en la cárcel fue similar; poner en contacto a los actuales internos con la historia de Bazán Frías, esperando que surjan situaciones interesantes y conflictos que potencien la película. En “The act of Killing” y “The look of Silence”, el realizador Joshua Oppenheimer, reflexiona sobre las masacres en Indonesia utilizando como actores a los mismos genocidas que cometieron cientos de asesinatos y que, actualmente, están en el gobierno. También fueron una buena referencia para nuestra puesta en escena”, agregó.

El equipo también se sirvió de material teórico para reflexionar sobre algo tan complejo y ambiguo como el delito. “Vigilar y Castigar” de Michel Foucault, “Bandidos” de Eric Hobsbawm, “Elogio del Crimen” de Karl Marx, “Delincuencia y deriva” de David Matza, “Castigar al prójimo” de Roberto Gargareara, fueron una base teórica que disparó pensamientos e ideas que trataron de plasmar en la película.

Financiamiento

“Presentamos el proyecto al INCAA y a finales del 2015 nos otorgaron el subsidio Documental Digital (ex 5ª vía). Luego, con este financiamiento, más el reciente subsidio concedido por el Gobierno de la Provincia, el apoyo del Ente Cultural de Tucumán y la Escuela de Cine Video y Televisión (EUCVyTV) entre 2016 y 2017, realizamos la película”.

Concursos y Premios

La película ganó el 2º premio del certamen Labex Argentina 2017 dentro de la categoría de Work in Progress (películas que están en la etapa de posproducción). Se presentaron 138 proyectos, y fueron seleccionados primeras y segundas películas, ficciones y documentales, provenientes de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay. En concreto, el premio consistía en la realización del afiche, el subtitulado de la película y la mezcla de sonido 5.1.

“Este premio fue de gran ayuda el premio, porque nos liberó de unos gastos importantes. Asimismo, la devolución de los talleristas significó una gran ayuda para corregir y ajustar algunos puntos flojos de la película”, comentó Duilio.

Evento de Cartelera Espacio INCAA Sala Caviglia en la Agenda Cultural de La Nota.

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