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La pandemia trajo consigo la adaptación de muchas de las actividades diarias al plano de lo digital. Entre las principales, está el trabajo, que adoptó formas remotas o implementaciones como el llamado “home office”.
Esta nueva modalidad de trabajo llegó para quedarse y es importante intentar dar lo mejor de sí mismo usando las herramientas disponibles. Por ejemplo, en relación a una presentación laboral, ¿cómo realizar una que sea efectiva y profesional?
En los próximos cinco puntos, compartimos algunas recomendaciones que pueden tenerse en cuenta para una buena presentación laboral.
1. Cuidar la imagen personal aunque la presentación sea online
Esta es una recomendación que se ha repetido una y mil veces en los últimos tiempos, pero es importante destacarla. El hecho de estar haciendo una presentación que no sea desde el lugar de trabajo, no implica descuidar la imagen propia.
Sea que se esté en un bar, un espacio de coworking o la comodidad de la casa, es fundamental siempre brindar una imagen profesional. Lucir bien predispone a quienes nos escuchan a respetar lo que decimos.
2. Tener un plan claro de qué hablar y cómo hacerlo
Luego, es fundamental contar con un plan lo más detallado posible de los temas que van a ser presentados. Y no solo esto, sino también del modo en que se los va a presentar. Esto hará que todo fluya de manera orgánica y lo que queremos decir logre ser transmitido con éxito.
La idea es pensar en cómo organizar la presentación para que tenga la forma de un relato, en término de introducción, nudo y desenlace. Una forma fácilmente asimilable que todo el mundo conoce.
3. Realizar una presentación lo más atractiva posible
Sabemos que trabajar con PowerPoint puede estar pasado de moda y no presentar demasiadas opciones. Afortunadamente, no es la única forma de hacer una presentación que resulte atractiva, ya que existen múltiples plataformas que permiten trabajar con diapositivas y hacerlo creativamente.
Ya dijimos que la forma en que se presenta el trabajo es tan importante como su contenido. Por eso, es fundamental explorar las posibilidades para hacerlo de forma atractiva y profesional.
4. Dejar un espacio para resolver dudas hacia el final
En la organización de nuestra presentación, es importante considerar un espacio final para la resolución de dudas al respecto de lo dicho. No importa cuán capaces seamos en la trasmisión de la información, siempre puede haber alguien que necesite un refuerzo de la información.
Para esto, es importante considerar el tiempo necesario para que quienes escuchan la presentación puedan expresarse. Es bueno terminar la presentación abriéndose al diálogo.
5. Ser receptivo a las críticas o comentarios
En sintonía con lo dicho en el punto anterior, es recomendable no ser reticente a lo que los demás puedan decir de nuestra presentación. Que no estemos en el mismo espacio que los otros en la reunión, no significa que no debamos considerarlos.
Las críticas y comentarios de los demás, siempre que sean constructivas, son fundamentales para mejorar. Mostrarse receptivo a estas, es una clave para contribuir al bien colectivo.