El Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán propone sancionar económicamente a los acosadores callejeros. Así lo detalla el proyecto de ordenanza presentado por las concejales Dolores Medina y María Belén Cruzado Sánchez.
Las multas propuestas en el proyecto rondan entre $5000 y $10000 para las personas que incurran en “el uso de palabras y/o expresiones o gestos de naturaleza o connotación sexual hacia personas creando intimidación, hostilidad, degradación, humillación u ofensas en espacios públicos”.
El proyecto entiende que el acoso callejero “resulta desagradable, ofensivo, degradante, etc. es por eso que resulta necesario sancionar dicha conducta ya que no es posible tener que soporta recibir este trato por parte de otra persona mientras se goza del derecho a transitar libremente”.
“Es hora de poner manos a la obra en la prevención de delitos contra las mujeres y de luchar por igualdad” concluye el proyecto.
Según señaló a través de su twitter, la Concejal Dolores Medina, el proyecto fue presentado el 13 de abril del 2018. Además pidió a sus “pares del Concejo Deliberante consideren su pronto tratamiento”.
Prevenir el acoso desde el Estado
Por otro lado, el Estado provincial dió a conocer la campaña “No te sumes al acoso callejero”, una propuesta de la Secretaría de la Mujer del Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de María del Carmen Carrillo.
El plan es un convenio firmado con la Terminal de Ómnibus del Tucumán SA representada en esta firma por Claudia Mafud para la realización de una campaña gráfica que incluye la capacitación por parte del equipo técnico de la secretaria para todo el personal dependiente de la Terminal.
En números
Según señala la Universidad Abierta Interamericana (UAI), el 85 por ciento de las mujeres respondió que sufrió algún tipo de acoso en la vía pública en sus diferentes modalidades: silbidos, bocinazos, comentarios acerca de su cuerpo, insultos o gestos vulgares, comentarios sexuales explícitos, sexistas, interrupción del paso y hasta llegar a tocarlas.
Una de las combinaciones más repetidas es el acoso en grupo de varones a mujeres solas. Esto es una muestra de como la masculinidad tóxica se agudiza en contextos grupales. Esta modalidad resulta eficiente porque diluye la responsabilidad individual y reafirma la pertenencia al grupo de varones.
El acoso callejero, sin dudas, es una demanda del movimiento de mujeres y disidencias sexuales, a estas últimas se les suma la homofobia – que llega al extremo de la agresión física- . El estado ha empezado a sancionar en sus diferentes estamentos medidas que apuestan más al punitivismo que a la educación.