“¡Mirá qué lindo día!”, “tenés una familia hermosa”, “¿por qué no te levantás y estás mejor?”, son algunas de las frases que hay que evitar a la hora de acompañar a quienes padecen depresión, indicaron especialistas en salud mental y personas que atravesaron esta enfermedad, que además remarcaron la necesidad de no considerarlos “débiles” y la importancia de propiciar espacios de escucha.
El 13 de enero se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Depresión. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se trata de un trastorno mental frecuente, que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo.
“Primero es importante que las personas que van a acompañar a alguien que está atravesando un trastorno depresivo comprendan que lo que está ocurriendo escapa de toda motivación y voluntad”, dijo a Télam la psicóloga de la Universidad de Buenos Aires (BA), Jésica Pérez Miguel, especialista en psicología clínica desde una perspectiva integrativa sistémica-cognitivo conductual.
Para ella, “entender esto es fundamental porque muchas veces, con la mejor de las intenciones, queremos que la persona se levante de la cama y que ‘active’, y podemos ser muy invalidantes con el dolor ajeno”.
Frases como “mirá qué lindo día” generan “el efecto contrario a lo que se intenta lograr”, y pueden llevar “al incremento de la sintomatología depresiva”, explicó.
Sobre este tipo de comentarios, Florencia Mazzotti (46), una mujer que padeció depresión durante varios años de su vida, sostuvo que “eso te hace sentir culpa porque vos pensás: tengo una hija sana, casa, comida, familia y te sentís una desagradecida con la vida. Entonces se empiezan a jugar otros sentimientos que te juegan en contra”.
También, profesionales de la salud mental y personas que pasaron por alguna depresión destacaron que “no son depresivas” porque “no los define esta enfermedad”, y que tampoco son “débiles”.
“Muchas veces te tratan como si fueras débil. Está bueno que sepan que no lo son. De hecho, son muy fuertes”, aseguró Florencia. En cuanto a las adolescencias, la médica especialista en psiquiatría Marta Borel resaltó que es una etapa de la vida “de duelos, desafíos y de nuevas adquisiciones, que son necesarias acompañar”.
En este sentido remarcó que los signos “a tener en cuenta” en este grupo etario joven son “la urgencia a estar solos, un rendimiento inestable en la escuela, establecimiento de vínculos caóticos, alto grado de impulsividad, consumo de sustancias, conductas autodestructivas, exposición a situaciones de riesgo y alta frecuencia de accidentes“.
Aunque advirtió que “hay otras veces que se presentan con muchas dificultades de concentración, dudan de todo, presentan una excesiva preocupación por sí mismos y temores hipocondríacos”.
Las y los especialistas también reconocieron que las características de las sociedades actuales, donde se le otorga un gran valor al “éxito” y hay que mostrarse “siempre bien”, afectan la autoestima de todas las personas, principalmente de aquellas que padecen depresión.
“Es importante pensar que estamos en una sociedad elitista donde el fracaso no es aceptable, al igual que la tristeza, y eso lleva a una sobreexigencia”, explicó Mario Kupferschmidt, psicólogo y magíster en Drogadependencia por la Universidad del Salvador.
La psicóloga Pérez Miguel, que comparte contenidos sobre salud mental en su cuenta de Instagram @jesiperez.psico, advirtió que “si nos aferramos al mito de la perfección y de que ‘hay que pensar en positivo’, lxs que estemos atravesando alguna situación difícil o dolorosa no la vamos a querer compartir“.
En este sentido, Josefa López Salina, una joven de 21 años que padeció depresión, aseguró a Télam que “lo mejor que se puede hacer es escuchar y estar ahí para el otro. Realmente uno no sabe lo que pasa por la cabeza de esa persona, y capaz un simple abrazo o un ‘estoy acá’, puede salvar una vida”.
Fuente: Télam