Con 131 votos a favor, 116 en contra y seis abstenciones, la Cámara de Diputados y Diputadas de la Nación dio media sanción al Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Pablo Yedlin, presidente de la Comisión de Acción Social y Salud Pública fue uno de los que encabezó el debate dentro y afuera del recinto. Con una clara postura a favor, no se amedrentó ante las presiones de los sectores que se oponen al proyecto, y que en los último días reaparecieron con fuerza en Tucumán.
Esta vez, el gobernado Juan Manzur no realizó ninguna expresión de rechazo a la ley IVE. En 2018, el mandatario incluso llegó a encabezar marchas organizadas por los sectores “celestes”, junto al vicegobernador Osvaldo Jaldo.
Así el panorama, el bloque tucumano del Frente de Todos votó en su mayoría a favor de la legalización del aborto, salvo la diputada Gladys Medina, cuyo voto fue negativo.
A favor votaron Mabel Carrizo, Carlos Cisneros, Mario Leito, y Yedlin. En rechazo, votaron Domingo Amaya (PRO), Lidia Ascárate y Beatríz Ávila (Partido por la Justicia Social), y José Cano (UCR).
Intervenciones
“Les quiero decir que en Tucumán se producen abortos clandestinos y mueren mujeres. ¿Y saben cuál es el método y no hay condena social para quienes realizan esa forma de medicina clandestina? Dos agujas de tejer en el útero y esas mujeres se ven imposibilitadas de tener hijos en el futuro o mueren de una infección en la maternidad”, dijo el diputado del Frente de Todos Carlos Cisneros durante su presentación, para justificar su voto afirmativo.
“Tengo 58 años, creo que hace diez años atrás yo no hubiese estado votando esta ley. Pero uno se va deconstruyendo, va viendo y va cambiando. Lo malo hubiese sido que pensara lo mismo que hace diez años atrás, por eso es que acompaño la ley”, agregó Cisneros.
La diputada Lidia Ascarate, quien se perdió al leer su discurso a pesar de estar prohibido por reglamento, anticipó su voto negativo hacia la legalización del aborto. En su dura exposición, consideró que “es tan importante la preservación de la especie como de los seres vivos del planeta” y remarcó que “el planteo ambientalista es incompatible con la exterminación de la vida”.
Para Ascarate, “se ha desplazado el bien jurídico a tutelar, ya no es la vida humana” y agregó que “el respeto de la defensa del débil es la garantía más elemental que separa a las democracias de las dictaduras”.
Para Beatriz Ávila, legisladora del Partido por la Justicia Social, el aborto “se está convirtiendo en un moderno genocidio”. “Uso esta palabra”, aclaró la diputada, “porque es la que utilizó Ginés (González García). Hablar así genera violencia sin precedentes. No nos engañemos: el aborto no significa que vamos a encontrar una solución mágica, no significa que vamos a ser un país del primer mundo o vamos combatir la pobreza”, dijo a sus pares.
También recordó la intervención del ministro de Salud durante el debate en comisiones, donde “dijo que el ser es un fenómeno”. “Yo me dirigí al diccionario y dice que es una manifestación de actividad que se produce en la naturaleza y se percibe a partir de los sentidos. El ser, entonces, no es un fenómeno, es una personita absolutamente indefensa. Es distinto a la madre, al progenitor, tiene otro ADN. No es propiedad de los padres, es una vida absolutamente independiente”, concluyó la diputada, quien recordó que su provincia se declaró “provida”.
El diputado del Frente de Todos, Mario Leito, opinó que el aborto “es un problema de salud pública” y que “el Estado debe dar respuestas”. Además.
En su discurso, habló de la importancia de dejar de lado el discurso religioso: “Vengo de una familia profundamente cristiana y me he formado en colegios religiosos, pero hoy tengo la responsabilidad de tener una mirada más allá”.Y resaltó: “La biblia no puede ser la única respuesta para las mujeres que han tomado la decisión de interrumpir su embarazo”.
