El 16 de enero se cumplieron 7 años del asesinato de Miguel Reyes Pérez en manos de la policía de Tucumán.
Reyes tenía 25 años, vivía en el barrio San Cayetano. En las vísperas de la navidad del año 2016, el joven recibió un disparo en la cara y un culatazo de escopeta, por parte de los agentes de la comisaría cuarta del barrio, Mauro Navarro y Gerardo Figueroa, y luego de agonizar 23 días en terapia intensiva, falleció el 16 de enero de 2017.
Los policías le habían dicho a la madre de Miguel que se lo entregarían en un cajón y así lo hirieron.
El juicio llegó luego de cinco años y producto de las movilizaciones y acciones impulsadas por su madre, los familiares de víctima de gatillo fácil, la mesa de Justicia por reyes y el apoyo de organismos de derechos humanos.
Desde el comienzo la policía justificó la muerte de Reyes aludiendo a que había robado, circunstancia que no pudo ser probada a lo largo de la investigación, ni tampoco en el juicio.
El policía acusado del homicidio, Mauro Navarro, fue condenado en primera instancia a perpetua. Sin embargo, a fines de diciembre de 2022, la Corte Suprema de Justicia de la provincia resolvió su absolución y lo liberó.
La familia de Reyes apeló el fallo absolutorio y espera respuesta de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
“En un contexto donde el gobierno de Javier Milei, a través del DNU, fomenta la permisividad para el “gatillo fácil” en nombre de la “legítima defensa” y prohíbe que los familiares de las víctimas sean querellantes, la lucha por justicia por Reyes y todos casos de violencia institucional cobra más vigencia que nunca”, expresaron en un comunicado las organizaciones que acompañan a la familia de Reyes.