Rechazo de docentes y estudiantes, que advierten que al ser estandarizada la evaluación no mide el nivel de aprendizaje y tiene como objetivo final hacer un ranking de escuelas.
“Queremos saber cuántas veces los estudiantes de tu escuela…”, así comienza la pregunta número 28 de la prueba Aprender que hoy se toma en todos los 6º grados de primaria y el último año de la secundaria y que en principio parecía destinada a medir los casos de violencia entre pares y hacia el docente. Sin embargo, una de las opciones indaga directamente sobre una posible conducta delictiva de los alumnos: pregunta cuántas veces los chicos “roban”. El Operativo Aprender se realiza por segunda vez en medio de las críticas de los gremios docentes y centros de estudiantes que sostienen que al ser estandarizado no mide el nivel de aprendizaje y tiene como objetivo final hacer un ranking de escuelas.
Tal como sucedió en la primera edición del Operativo Aprender, que se realizó el año pasado, este año también trascendieron algunas preguntas polémicas incluidas en los cuadernillos que recibieron los más de 1.200.000 alumnos sometidos a evaluación. La más llamativa fue la que indaga sobre el comportamiento de los estudiantes en materia delictiva.
Sin mediar rodeos, el cuestionario pregunta directamente con qué frecuencia los alumnos “roban”. Las respuestas válidas eran: “Siempre, muchas veces, pocas veces o nunca”. El resto de los comportamientos sobre los que pregunta el mismo ítem hacen referencia a los casos de violencia y acoso entre pares o hacia el docente. Pregunta con cuánta frecuencia los alumnos “molestan a los que sacan buenas notas”, “molestan a los que les va mal o repitieron”, “discriminan por alguna característica personal o familiar”, “insultan, amenazan o agreden a otros compañeros”, o a docentes y “dañan las cosas de la escuela”.
También fue criticado el ítem que pregunta por la identidad de género con que se identifica el estudiante dando únicamente dos posibilidades: varón o mujer. Sin dejar lugar para otras identidades de género. En la foto que circuló por las redes sociales, se ve anotado en lápiz la opción transexual.
Desde el Ministerio de Educación sostuvieron que “tanto las evaluaciones como los cuestionarios son anónimos y sus respuestas serán confidenciales, de modo que no sea posible identificar a quien responde”. Sin embargo, en Twitter señalaron que los cuadernillos incluían la identificación de la escuela, el turno, el grado y el número de lista del estudiante por lo que sería posible una futura identificación individual de los resultados.
La prueba también indaga sobre la nacionalidad del alumno y de los padres, al preguntar si la madre o el padre nacieron en el país o en algún país limítrofe. El año pasado, la polémica se generó en torno a una pregunta que indaga si la familia del estudiante recibía la Asignación Universal por Hijo u otro “programa social”.
Además de las declaraciones de los gremios docentes, las pruebas Aprender fueron rechazadas por los alumnos, que incluso en varias escuelas decidieron ausentarse masivamente para boicotear el examen o tomar el colegio. Esto sucedió en Banfield, en la Escuela Normal Superior Antonio Mentruyt (Ensam), por ejemplo. “Nos oponemos porque es un examen estandarizado, que se toma igual desde Jujuy hasta Lomas de Zamora y no tiene en cuenta las diferencias socio culturales ni te deja explayarte porque es multiple choice”, sostuvo Sofía Montenegro, la presidenta del Centro de Estudiantes.
En Tierra del Fuego, el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación realiza un paro de 24 horas en rechazo al Operativo y “para resistir la aplicación de estas políticas por parte del Gobierno nacional”. Desde el SUTEF aseguraron que los resultados nutrirán al “plan Maestro, que es el nombre que dio el gobierno de (Mauricio) Macri a la Reforma Educativa, que contiene los principales aspectos de la reforma laboral en la docencia”.