El 25 de noviembre es el Día Internacional de Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Esta fecha recuerda a las hermanas Mirabal, asesinadas por el régimen de Rafael Trujillo, en República Dominicana.
“Fueron asesinadas por un régimen que habilita este tipo de violencias de género, la peor de todas contra las mujeres”. Para Adriana Guerrero, coordinadora de Cladem Argentina, la reivindicación de esas figuras hoy, cobran especial relevancia en el contexto de avance de discursos de odio. “Es imprescindible, en esta búsqueda de recuperar la memoria y contar a quienes no lo saben, que eran mujeres que luchaban contra un régimen político que reivindicaba la violencia y fueron asesinadas fundamentalmente por eso”.
El domingo pasado resultaron electos como nuevas autoridades del Poder Ejecutivo Nacional Javier Milei, como presidente y Victoria Villarruel, como vice, del partido La Libertad Avanza. Durante la campaña política desplegaron un sin fin de discursos violentos contra las mujeres, e incluso Milei llegó a negar que existiera la brecha salarial de género. “El discurso de estas nuevas autoridades electas, por lo menos hasta lo que vamos viendo, habilita simbólicamente las violencias contra lo que dicen son privilegios de las mujeres, cuando en realidad son el resultado de larguísimas luchas por derechos que nos acercan a la igualdad“, explica Guerrero.
Por otro lado, menciona que “el ajuste nos afecta de manera particular a las mujeres. Sabemos que somos las más pobres, que sin políticas de cuidado no podemos crecer ni económica, ni profesionalmente, ni socialmente, ni políticamente. Los planes o subsidios permiten que algunas mujeres puedan desarrollar un ingreso económico fuera del hogar, sobrevivir o mantener a sus hijos cuando hay padres ausentes o están saliendo de una pareja violenta. Sin ese tipo de acompañamientos, estamos condenadas a volver a la situación de mayor miseria que es la que hemos tenido”.
“El contexto que se vive este 25 de noviembre es muy difícil. Nosotras sabemos que cada vez que toman fuerzas las crisis, que se implementan políticas económicas neoliberales con privatización en la esfera de los derechos sociales y los recursos necesarios para la vida y la soberanía de nuestro país, no solo impacta primeramente en nuestros colectivos por una serie de factores vinculados a la discriminación y la desigualdad que atravesamos, sino que recrudece de manera directamente proporcional la violencia contra las mujeres y diversidades”, afirma, por su parte, Natalia Gabellini, integrante de la Colectiva Ni Una Menos de Santiago del Estero y de la APDH Regional SDE.
Sin embargo, la preocupación esta vez tiene además otra impronta. “Entendemos que el gobierno entrante tiene no solamente este tipo de propuestas, sino que niega la desigualdad y por lo tanto no tiene intenciones de abordarla, dejando enormes sectores de la población por fuera de la planificación de su proyecto de gobierno, pero además buscando retroceder con lo que se ha avanzado en materia de derechos”, agregó Gabellini.
Este viernes, el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, atacado duramente durante la campaña de LLA, tanto por candidatos como por sus seguidores, recibió dos amenazas de bomba y se tuvo que desalojar el organismo. Las amenazas fueron donde funcionan las oficinas de la secretaría de Políticas contra la violencia por Razones de Género.
En ese sentido, Guerrero sostiene que “eligieron construir enemigos. La construcción del otro como algo que tiene privilegios, como la casta, y contra las mujeres que nos hemos visibilizado muy fuerte en los últimos tiempos, más allá de que la lucha de las mujeres lleva siglos y nunca ha sido violenta. Instalan un discurso haciendo que nosotras seamos el otro a combatir. Ese discurso se instala desde los medios de comunicación, desde las leyes, desde el hacer pensar que si te sacan un derecho en realidad están sacando un privilegio o te igualan a otras personas sin derechos. Nadie puede pensar que abortar sea un privilegio de las mujeres, pero lo han instalado así y es peligrosísimo porque habilita una cantidad de acciones violentas que pueden pasar de lo simbólico a lo material, a lo físico“.
Sobre los horizontes que se pueden trazar en este contexto de incertidumbre, ambas referentes opinan sobre la necesidad de fortalecer las redes y la organización. “Es un momento de reflexión, de encontrar los puntos de acuerdo, no solamente en relación a nuestras propias demandas y reivindicaciones sino a las demandas y reivindicaciones generales de todo trabajador. Tenemos que poder reunirnos, parar la pelota, elegir las batallas y ver de qué manera, organizada y solidariamente, nos las podemos dar. El movimiento de mujeres y las feministas no somos un grupo homogéneo, necesitamos poder sentarnos a discutir sobre nuestros acuerdos y a elegir nuestras batallas y hacer lo que hemos hecho siempre: unirnos y luchar”, manifiesta Guerrero.
Gabellini trae a la memoria la imagen de las Madres de Plaza de Mayo, tomándose los brazos frente a la policía montada. Este jueves, realizaron la ronda número 2.380, la primera luego de que fueran electos Milei y Villarruel, quien además niega los crímenes cometidos durante la última dictadura militar. La convocatoria recibió gran acompañamiento de todos los sectores. “Tiene que estar en nuestra mente, en el ejercicio de la conciencia de traer siempre al presente eso que tienen en común la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, la lucha de los movimientos indígenas, de los movimientos de mujeres y diversidades, de los movimientos campesinos, de los sectores de la economía popular, de los movimientos antirracistas, entre muchos otros en el mundo, que es la creatividad con la que construimos estrategias de alto impacto desde la no violencia y desde la resistencia. Pero no una no violencia y una resistencia pasivas o ingenuas, sino aquellas que exponen la violencia que el adversario promueve, buscando traer a la memoria de la humanidad su intrínseca vocación por el contacto con el otro, por la fascinación por la vida, por construir sociedad”.
En todo el país, este 25 de noviembre las organizaciones salen a la calle con la convicción de que no darán un paso atrás en los derechos que tanto costaron conseguir. “Los derechos que adquirimos, lo que los movimientos sociales logramos con lucha, con movilización, con mucho esfuerzo, con mucha exposición de nuestros cuerpos, de nuestras vidas, es porque queremos que los niños y niñas puedan vivir un mundo más digno, sin violencia, sin abuso, sin ser objeto de otros. Queremos que todas las personas puedan vivir mejor y que quienes vienen detrás de nosotros puedan también hacerlo”, cierra Gabellini.
Excelente Adriana siempre con tu fuerza y compromiso!