Por Betiana Álvarez Aráoz
El año calendario se acerca a su fin con el brindis de año nuevo en puerta y, aunque al año astrológico todavía le quedan un par de estaciones para su cierre, ya se puede comenzar a hablar sobre lo que traerá el 2019. Un año a primera vista prometedor, pero que no restará fuerzas a los aprendizajes que el universo viene preparando para cada uno de nosotros.
Ya el primer día del año arranca con una energía desbordante, el 01 de enero, el planeta Marte, que rige el impulso, el empuje y la guerra se funde en un esperado abrazo con el signo Aries, lo que significa que se encuentran en una familiaridad cósmica donde todo fluye como en la primera casa de cuando éramos niños. Pero ¡atención! que este movimiento, más mercurio, que rige las comunicaciones moviéndose a Sagitario harán de la jornada un festejo lleno de algarabía. Es recomendable tener cuidado con los excesos de todo tipo y también cautela con las acciones de las cuales después podamos renegar. Aunque un Aries diría: “Pero ¿quién me quita lo bailado?”
Todo esto también brinda un clima muy favorable para iniciar cuestiones de todo tipo, sobre todo en temáticas en las que queramos ver efectos a corto plazo y que cuando llegue marzo ya tenerlo entre nuestras manos. Un buen ejemplo de ello son los amores de verano, o un emprendimiento para pasar los días durante las vacaciones. También salir de mochila y recorrer lugares durante un periodo corto vendrá muy a tono con esta energía inicial.
Para los primeros meses de 2019, la clave será asumir riesgos con entusiasmo sagitariano, una energía que se vuelve extensiva al resto del año.
Temporada de eclipses en Cáncer – Capricornio
Sin embargo no todo es fiesta y entusiasmo durante el 2019, también nuestras acciones tienen que ir dirigidas a edificar un plan, y de eso se tratará el despertar de los eclipses en los signos Cáncer y Capricornio. Los nodos lunares o nodos del karma se movieron hace muy poquito allí y recién comenzamos a enterarnos qué tipo de cambios viene a proponernos este fenómeno.
Es por ello que dentro de muy poco, a sólo 5 días de iniciado el año, tendremos un primer sacudón con un eclipse parcial de Sol en el grado 15 de Capricornio que brindará en marco perfecto para agarrar lápiz y papel y poner en palabras las principales metas, desafíos y objetivos para el año que arranca. Intentemos responder a la idea de ¿qué queremos materializar? Y fundamentalmente, ¿cómo queremos hacerlo?
A niveles macro, podría decirse que los temas que traerán para la reflexión esta temporada de eclipse tienen que ver con cambios en las nociones de familia como normalmente la conocemos y la constante interrogante a cerca de ¿en qué lugares físicos y emocionales sentimos pertenecía?
Ya durante 2018 tuvimos el primera muestra de esto cuando debates colectivos sobre los nuevos modelos de familia o el estallido mediático de la idea de poliamor aterrizó para incomodarnos con dudas sobre cuáles son las maneras más saludables de construir vínculos y como esos vínculos nos transforman en lo individual, pero también cascotean viejas estructuras arraigadas desde tiempo antiguos.
Retrogradaciones mercuriales
Y sí… durante 2019 no hay forma de zafar de que Mercurio nos venga a hacer pensar o quiera hacernos cometer pequeños errores que redirijan nuestras acciones.
Durante el 2019, ni Marte, ni Venus retrogradarán, pero como nos tiene acostumbrados, Mercurio si lo hará y estas retrogradaciones serán en los signos de agua. Es así, que las dudas y dificultades estarán centradas en cómo nos sentimos en los diferentes planos que cada signo de agua toque: en lo familiar/interno, en lo que compartimos con otros o con ese otro que nos importa demasiado (pareja), y por supuesto, como nos sentimos en lo colectivo.
En astrología, pero también en el Tarot, el agua representa a las emociones y durante los mercurios retrógrados de este año que está a punto de arrancar vamos a tener que darle un lugar más que importante atender de ellas. Consejos como comenzar o retornar al psicólogo, o darnos espacio para encontrarnos con actividades y personas que nos resulten familiares va a ser clave para poder gestar nuevas realidades.
El golpe de timón de Urano en Tauro
Otro de los grandes cambios de 2019 es el de Urano a Tauro, quien entre mayo y octubre de 2018 nos demostró una pizquita de lo que vendrá a solidificar desde marzo de 2019 y durante los próximos 7 años (hasta 2025).
A propósito de esto solo voy a recomendar leer una nota anterior escrita para este mismo medio al respecto del tema y también compartiré una frase muy oportuna para lograr comprender este tránsito imprevisible y por lo tanto novedoso: “No intentemos, tercamente, sostener ideas nuevas con estructuras viejas”. La creatividad a la hora de dar forma a nuestras metas y la posibilidad de encontrar nuevos mecanismos para darle valor a lo que gestemos será la clave para sobrevivir y sincronizarse con lo que traerá Urano en Tauro hasta 2025.
Las dudas sobre: ¿cómo genero dinero?, ¿cómo lograr estabilidad?, ¿cómo creo nuevas formas de confort, de la cual puedo salir y volver a entrar liviano y airoso?, estarán a la orden del día tanto desde lo individual como desde lo colectivo.
Por último recomiendo con énfasis apropiarnos del entusiasmo y optimismo, tan propios del inicio de un nuevo año, para lograr disfrutar de todo lo que expanda Júpiter en Sagitario y que eso nos anime a transitar un 2019 en donde la autenticidad individual se una a procesos colectivos que sigan sacando a la luz los defectos de estructuras inútiles para construir nuevas y mejores sociedades.