Vuelve Cuestión de peso: El hambre y las ganas de comer

cuestion de peso

Luego de 18 años de su primera edición y 14 temporadas vuelve el reality “Cuestión de peso” con la conducción de Mario Masaccessi.

En el año 2006 nació el programa que puso a los gordos a bajar de peso delante de las cámaras, inicialmente iba a durar tres meses antes de la llegada del mundial, pero rápidamente se convirtió en un éxito de audiencia. La fórmula era muy simple, mostrar la vida de las personas con obesidad en formato talkshow y acompañar el proceso de descenso de peso. Pesajes de eliminación, convivencia y competencias entre participantes, fueron alimentando el ojo morboso de una audiencia que esperaba ver a los participantes pelear por comida, ser obligados a ejercitarse más allá de sus fuerzas, subirse a la balanza bajo la presión de las cámaras y corriendo riesgo de quedarse afuera -es decir sin tratamiento-.
El show pasó a ser una exposición de la obscenidad de la obesidad, contribuyendo con el estereotipo patologizante: “el gordo no puede enamorarse”; “el gordo está enfermo”; “el gordo que no hace caso”; “el gordo roba comida”. En contrapartida, el éxito es sinónimo de descenso de peso, de fuerza de voluntad, de vida saludable, pasar del XL al talle S, el triunfo de la delgadez hasta que se apaguen las cámaras. Uno de los primeros participantes, ganador de la primera edición había logrado bajar 100kg durante el programa, pero luego denunció a la producción por abandono de persona, al volver a subir de peso y llegar a los 250kg. Años después se retractó y volvió a ingresar al reality, en medio de un operativo para trasladarlo a la clínica con casi 500kg.
Todas son historias de antes y después, pero la vida no es una foto. El contraste del gordo o la gorda inicial que llega con un problema y en el después es la imagen de la superación, de cambio de vida, cambio de imagen, peso ideal. Nada es tan sencillo, aunque parezca solo una cuestion de fuerza de voluntad. Muchos participantes tienen “recaídas” y son noticia por haber estado en el reality y volver a subir de peso.

La mayoría de los discursos circulantes sobre los cuerpos gordos han tenido su acentuación o subrayado en el estigma que nos enseñó “Cuestión de peso”. Porque la visibilidad de un cuerpo gordo, por lo menos en la TV, casi siempre fue para la burla, la caricatura y la ridiculización.

El plantel de profesionales del programa repite su formación inicial, con el Dr. Alberto Cormillot a la cabeza, como el impulsor y sinónimo de los productos dietéticos en nuestro país. Lo acompaña su hijo Adrián, heredero del imperio de las dietas. El entrenador Sergio Verón, que con comentarios filosos y un perfil de profesor estricto, ponía a correr a los gordos en una cinta al lado de una pileta con fuego.

Por su parte, el nuevo conductor será Mario Masaccesi, que deberá ocupar el rol que antes tuvieron Andrea Politti, Claribel Medina, Mariano Peluffo y Fabián Doman. Los primeros días de mayo saldrá al aire, y el casting continúa abierto.

¿Qué se necesita para estar en Cuestión de peso?

Al ingresar al formulario de casting, se piden además de los datos de la persona, una foto de cuerpo entero, un video de 30 segundos de presentación que responda a los motivos para estar en el programa y además se pide el “peso actual” y el “peso deseado”. Aquellos participantes que vayan desde el interior, deben tener donde quedarse en CABA durante la duración del programa.
Todavía no están claros los criterios de selección de los participantes, pero no es dificil pensar que se elegirán a personas con historias de vida fuertes que estén dispuestas a exponer su cuerpo al proceso de descenso de peso. Además de perfiles carismáticos que sirvan al entretenimiento del show.

Una vez dentro del programa, en ediciones anteriores los participantes deben ponerse la camiseta que los identifica por colores según los niveles de obesidad y descenso que van teniendo y en el pecho como identificador llevan su nombre y su peso inicial. Deberán someterse a la opinión de los profesionales, sobre sus hábitos, su rutina, su ingesta de calorías y hasta su vida emocional. Todo en clave melodramática donde se pone el foco en las historias de superación.

¿Qué cambió desde la primera edición?

A diferencia de las primeras temporadas, según trascendidos, en esta edición buscaban acercarse más al formato de Reality de Gran Hermano, con mayor convivencia y vigilancia de los participantes, buscando replicar el éxito de GH. Pero luego no prosperó esa idea, porque algunas cosas han cambiado.
Con muchas idas y vueltas, tanto en la televisión como en algunos espacios, se repite como un mantra la frase “No se opina del cuerpo de las personas”. Entonces ¿qué le queda a este reality si la corrección política no permite opinar, juzgar y someter a cuerpos gordos delante de una cámara?

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Según el propio Sergio Verón, hay cosas que ya no pueden hacerse. “¿Para hablar de obesidad hay que mostrarlo? En este momento no, pero antes sí. Nosotros ahora esto lo pusimos en cuestionamiento. Inclusive cambió la mirada nuestra como profesionales, estamos pensando en la posibilidad de que las personas puedan decir que no tienen ganas de ser pesadas en la balanza. Hay otros estudios que analizan la composición corporal de alguien y nosotros podemos evaluarlo de otra manera”

El hambre y las ganas de comer

En pleno 2024, en medio del feroz ajuste del gobierno de Milei, muchos argentinos no pueden poner un plato de comida en su mesa. La lucha por el alimento es un problema cotidiano, el que no tiene para comprar lo básico, tampoco accede a los productos dietéticos o saludables para la industria de las dietas. El acceso a la salud, es casi imposible si se trata de prestaciones privadas, y se sobrecarga la ya desguazada y sobrecargada salud pública. El secretario de medios de Milei, Eduardo Serenellini dijo que “no debería darnos vergüenza comer una vez al día” para justificar las políticas empobrecedoras de su gobierno.

En este contexto, el reality será un reflejo de lo restrictivo que es el ajuste. La expresión “morirse de hambre” cobra relieve en su sentido literal, cuando un gordo es sometido a la dieta y también cuando una familia no tiene para comer.

¿Será ésta edición una versión edulcorada de “Cuestión de peso”? ¿Se abandonarán las expresiones que patologizan los cuerpos gordos? ¿Será ésta una edición que problematice su propia gordofobia? ¿Podrá el Dr. Cormillot mirar a un gordo sin tenerle lástima?
Pues no lo creo cariño, pero aquí estaremos atentos para escribir algo al respecto.

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