Vino Juana es un proyecto colectivo que hace música con contenido social político. Surgió en el 2019 y juega con diferentes estilos musicales latinoamericanos, con los aportes de Marcelo“Kelo” Gravano, Café Valdez, Daniela Bravo, Elina Osorio, Jesús Ferreyra, Víctor Martínez y Eugenio “Mocho” Vallvé.
“Nace de las ganas de comunicarnos y acercarnos a través de la música”, afirma Café. “Éramos gente que empatizaba con el otro, con los otros, algunos ya éramos amigos y hacíamos causa común con muchas cuestiones sociales y frecuentábamos, generalmente los mismos espacios culturales, entre ellos La Banguela. Ahí es donde nace este grupo, ésta banda de amigos”.
La Banguela es un espacio cultural que llevan adelante Victor y Daniela en el patio de su casa, que creció y se transformó en un punto de encuentro entre músicos, músicas y artistas.
“Al principio fue hacer una canción en conjunto, y luego fue pensar, sentir y militar una segunda canción”, expresa Mocho. “Somos una familia donde compartimos lo que mejor sabemos hacer: sentir”.
Uno de los primeros temas de la banda fue “Barriletito”, que cuenta y visibiliza el caso de Facundo Ferreira, el niño de 12 años que fue asesinado por la policía en Tucumán en el 2018.
Pandemia y cultura
La situación laboral de los y las trabajadoras de las artes en el contexto de pandemia global y aislamiento obligatorio es realmente grave. “Hay compañeros que están vendiendo sus cosas. Otros se reinventaron y pusieron distribuidoras de alimento, los bares donde se trabajaba ahora son minisupermercados, algunos contrataron a los técnicos como empleados, otros directamente despidieron, y, como es un rubro muy precario en cuanto a la legalidad de contrato en blanco, nadie quiere hablar del tema”, sostiene Sebastían.
“Pero de esta situación algo bueno tenemos que sacar y es lograr que el mundo se concientice de lo importante que es el laburante de la música. Cuando todos pararon, los músicos y la industria de la música salieron a dar el pecho y a contener a los miles de seres humanos en su cuarentena con su arte. De manera gratuita, quizás ahí está el tema de lo precario, en que siempre se hacen las cosas de manera gratuita. ¿Qué pasaría si el arte parara dos semanas, sin música, sin libros, sin películas?”, se pregunta.
Jesús Ferreyra tiene 19 años. “Mis únicos ingresos eran a través de las tocadas, concuerdo con seba creo estamos en una situación demaciado critica, por otro lado, para mí, lo veo un poco beneficioso ya que con el gran tiempo en casa puedo permitirme seguir a full musicalmente con la practicas, un poco también entrando el mundo de la composición y seguir con lo mío más firme aun, para cuando todo solucione y volver con todo”.
La cuarentena de Kelo fue muy especial. A casi un mes del aislamiento social, nació su primer hijo. “El aislamiento se convirtió en doble. Con todo lo que eso significa: doble soledad, doble falta de afectos y con el doble de ganas de mostrarnos, pasear y compartir con nuestros seres queridos nuestro pichón”.
“Por el lado musical estoy tratando siempre de hacer cosas”. Las redes sociales se inundaron de videos caseros de artistas solistas, o que se sumaban con otras bandas para seguir produciendo. “Para estar activo, pero al mismo tiempo aprovechando para mejorar técnicas de grabación y mezcla de temas y de vídeos en un mini-estudio que estoy armando en mi casa”.
La música como herramienta de transformación social
Entre los múltiples temas que abordan las canciones de Vino Juana, en las últimas semanas, “Aparecí” se reprodujo múltiples veces. En Tucumán se debatía la adhesión a la Ley Micaela, que busca capacitar en materia de género y violencia de género a todas las personas que trabajen en la administración pública. Esto generó la oposición de uno de los sectores más conservadores de la provincia.
En este contexto, grabaron junto al proyecto “Canción Como Puente” esta canción, con la participación de Vivi Vargas.
“Cuándo fue que me volví culpable de mi muerte” es una de las frases más fuertes que la canción deja resonando. Sus versos hablan sobre los femicidios y como las víctimas son revictimizadas. “Con quién salí, cómo me vestí y cómo fue que a mí se me ocurrió aparecerme muerta”, termina la canción junto con una foto del día que la Legislatura adhirió a la Ley y el movimiento feminista se concentró en la puerta.
“Esta canción tiene como objetivo no tan solo remarcar que las mujeres no desaparecemos, nos matan, sino también reflejar cómo siempre cae la culpa en la mujer, por cómo anda vestida, porque tuvo un hijo, porque le chiflaron en la calle y un sinfín de normas y estructuras que todes tenemos naturalizadas”, explica Eli.
Para Daniela, cantar “Apareci” es conmovedor. “Es un canto desde las entrañas mismas de la desigualdad y el abuso. Temas que le dan sentido a nuestras creaciones colectivas en Vino Juana. Una canción que es como un grito”.
“Es una letra que refleja nuestras manifestaciones en las calles, una cachetada a quienes dicen – como Bussi- que no conocen casos de mujeres que hayan sido asesinadas por el hecho de ser mujeres, una forma de expresión que nos permite transitar esta tragedia cotidiana de muerte que padecemos, y que nos invita a transformar el dolor en lucha y resistencia”, finaliza Daniela.