En Villa 9 de Julio, un grupo de mujeres se organizó para llevar un plato de comida a quienes lo necesitan. Piden donaciones para continuar con la iniciativa solidaria
El hambre no espera. Andrea tiene 54 años, es una mujer trans que vive en Villa 9 de julio a orillas del Ferrocarril Mitre. Junto a dos amigas decidieron hacer viandas con comida para los niños de la cuadra y ayudar así a pasar la cuarentena. “Hacemos todo esto a pulmón. Algunos de los vecinos que están en mejor situación económica nos donan mercadería”.
La organización se dio de modo espontáneo, se conocen desde siempre y ya tienen experiencia en ayudar a sus vecinos. Años atrás Andrea repartía arroz con leche y chocolate para los más pequeños. Ahora además convive con 15 perros rescatados, que alimenta y cuida con ayuda de otras mujeres mascoteras.
Pastel de polenta, pizza casera, bombita de queso con arroz amarillo, pastaflora y alfajores de maicena forman parte de las viandas que fueron entregando los últimos días. Algunas cosas fueron donadas ya hechas, pero la mayoría de los menús los hacen con sus propias manos. Cocinan en la casa de Stefanía, donde tienen conexión de gas y el horno, porque cocinar en grandes cantidades con garrafas se vuelve muy costoso. En casa de Daniela, hierven la leche para el chocolate y algunas cosas más.
“Empezamos por nuestros vecinitos y se fue corriendo la voz”. Hace poco se sumaron dos mujeres más y entre las cinco realizan las entregas.
Son más de 50 chicos del barrio los que reciben viandas con merienda tres veces por semana, y cena dos noches. Sumaron a su recorrido a cinco adultos mayores que también lo necesitan. En este barrio no falta la solidaridad ni las redes de contención, pero si falta dinero para comprar comida y poder cocinar para todas las personas que lo necesitan.
“Algunas madres no tienen para darle de comer y preguntan si pueden mandar a retirar a sus hijos, y nosotras no podemos decir que no”. Andrea sabe que ante la necesidad no pueden decir que no, por eso desde sus cuentas de Facebook piden donaciones y muestran el trabajo solidario.
Así como el hambre no espera e irrumpe en el día a día de las familias, la organización solidaria de estas mujeres tampoco espera para poner las manos sobre la masa y cocinar.
Con lo que tienen a disposición, con la ayuda que va llegando y en un período donde mucha gente está encerrada en sí misma dentro de sus hogares, y otra tanta ensayando profundas elucubraciones políticas y filosóficas, Andrea y sus amigas, cocinan y ayudan a sus vecinos.
Por donaciones:
Andrea Yuliana: 3815307558 /// Daniela Morena: 3816663343