El fin de semana se registraron en Tucumán dos hechos de discriminación y violencia hacia el colectivo LGBT de Tucumán. Kikin Díaz, actor y conductor de la TV tucumana, decidió visibilizar la situación que vivió y llamar a la reflexión de la sociedad.
El viernes a la noche un grupo de amigues fue a un bar en Barrio Norte a tomar una cerveza después de ver la obra “Estafadas por la Historia”. La obra habla de estereotipos de género y sobre la invisibilización de las mujeres en la historia. La sobremesa de este grupo de amigues estuvo coronada por reflexiones al respecto, las conquistas en materia de derechos, el avance en tener un vida libre de violencias y discriminación.
Pero este encuentro no terminó bien, por que al parecer, aún en pleno 2021, en Tucumán no se puede gay, lesbiana, o trans en libertad. Dos varones estaban sentados en una mesa cercana, cuando al levantarse para irse, uno de ellos comenzó a atacar a Kikin Enrique Diaz, un reconocido actor y conductor de la TV tucumana.
“¿Por qué me miras así?”, gritó uno de los hombres. No lo habían ni registrado. “Gordo deforme”, agredió. “Ya se va, no te des vueltas. No lo mires”, decían las amigas que estaban en la mesa. “Es una actitud que uno acostumbra tomar en Tucumán. Activamos ese protocolo cuando uno quiere escapar de esa situación“, dice Kikin en diálogo con La Nota.
Al ser ignorado, el sujeto comenzó a gritar más fuerte, y las personas en las otras mesas miraban. Nadie hacía nada ante una ola de insultos que salían de la boca de este hombre. Incluso había un mozo del local que estaba parado y que tampoco intervenía para terminar con esa situación de violencia hacia un cliente del bar. Desde la mesa que estaba siendo atacada, no respondían ni una palabra.
“Me empezó a gritar más fuerte y a decir “te gusta la pija” y todas las derivaciones de gordo con alguna ofensa”. El amigo que estaba con él lo apuraba para que se suba la moto y se vayan. Cuando finalmente se estaban yendo, Kikin y sus amigas se relajaron de la situación de tensión lo que acrecentó la ira del hombre quien casi tira su propia moto para acercarse a la mesa con intenciones de que la violencia verbal se transforme en física. “Era como que venía a pegarme, pero el amigo lo agarró para que se vuelva a subir a la moto. El me seguía insultando. Nunca llegamos ni a parar ni a poder movernos, no lo esperábamos. Estamos esperando que nos atiendan, nada más”, relata el conductor de Un Domingo Jugado, quien compartió la situación que vivió en redes sociales. El apoyo y los mensajes de contención se multiplicaron y llegaron al INADI quienes se pusieron a disposición para tomar la denuncia.
En su posteo, el joven reflexiona: “Nos han enseñado a sentirnos responsables de los actos de violencia de los que somos destinatarios. A los pakis siempre les molestó mi forma de caminar, mi forma de hablar, de expresarme, la forma en la que me abanico, cuando muevo las manos, cuando me río. Les molesta que existamos, que seamos disidentes, y que nos sentemos en sus bares. Nos gritan para medir su frágil masculinidad”.
No se trata de un hecho aislado, el mismo fin de semana, Solange, una chica trans, fue agredida y discriminada en un boliche en San Pablo por un guardia del local. Al salir fue tratada en masculino y a los gritos, sin respetar su identidad de género.
La intención de Kikin al visibilizar está situación lejos está del escrache, sino más cerca de la concientización. “No salimos de nuestro asombro de que nadie haya hecho nada. ¿Qué estámos esperando que vengan y te ataquen y te desfiguren a golpes para recién intervenir? Esta ciudad es hostil para las disidencias. No quiero ni imaginar lo que significa esta violencia para las personas trans o personas no binarias, para las mujeres en esta sociedad”.
“Antes, uno se acostumbraba a recibir insultos en la calle y hacer como que no pasara nada para que eso no te afecte y seguir con lo que estás haciendo, pero ha sido tan fuerte y tan violento”, agrega.
El bar donde esto sucedió no tomó ninguna medida en ese momento. Nadie intervino. En su instagram el 28 de junio realizaron una publicación alusiva al Día del Orgullo, lo podría indicar que se trata de un lugar “gay friendly”, cómo se llaman a esos bares donde la discriminación y la violencia hacia el colectivo lgbt no es tolerada. Pero los hechos no demuestran que sea un lugar seguro.
“Lo que me mueve ahora es visibilizar y concientizar para que las personas dejen de mirar para otro lado cuando pasan estos actos de violencia, sobre todo contra nuestro colectivo lgbt. Voy a estar hablando de esto en todos lados porque creo que es una manera de seguir avanzando para generar lugares más seguros. Ojalá que Tucumán sea un lugar donde nos podamos sentar en cualquier lugar sin miedo, sin vergüenza y sin salir agredidos ni heridos”, manifestó.
Por último, Kikín sostuvo: “Me dan miedo las calles de Tucumán, ciudad hostil para las maricas y las disidencias, pero nada me va a hacer retroceder en ser quien soy y en vivir con libertad mi mariconería”.
El 4 de diciembre se celebra la Marcha del Orgullo en la provincia, un momento de reivindicación de las identidades disidentes y diversas, donde las calles dejan de ser inseguras y se transforman en una fiesta colorida, donde la violencia no tiene lugar y los deseos de una vida libre empapan los edificios.
Deberían decir el nombre del bar así no vayamos, nada a los que no repudien la discriminación.