A través de un comunicado, trabajadoras sociales, psicólogxs y abogadas precarizadxs por el Ministerio de Desarrollo Social de Tucumán y que prestan servicios en el Observatorio de la Mujer, denunciaron que no reciben sus haberes desde noviembre del año pasado.
Por Celina De la Rosa para APA PRENSA
El organismo que prestan servicio tiene como objetivo el acompañamiento, asesoramiento y contención de mujeres que se encuentran en situación de violencia de género y esta última semana su labor se incrementó por las condiciones de aislamiento social producto de la pandemia de coronavirus. Si bien relatan que sus salarios “nunca han sido percibidos en tiempo y forma” la situación en el marco de una cuarentena obligatoria se profundiza.
“Antes de que se declare la cuarentena obligatoria, ya se habían comenzado a tomar ciertas medidas de precaución. Nos dijeron que dejemos de asistir al hospital Centro de Salud y que el trabajo lo hagamos desde la casa, porque no tenemos ni obra social, ni aseguradora de riesgos del trabajo (ART), ni ninguno de esos derechos laborales nos cubre. También con fines de descomprimir el servicio porque el Observatorio es una oficina bastante pequeña y somos muchas las personas que trabajamos ahí” relata a la Agencia de Prensa Alternativa una de las trabajadoras, que resguarda su identidad para no recibir represalias.
Los firmantes de la misiva pública dirigen su reclamo a la cartera social de la provincia conducida por Gabriel Yedlin. “No está dirigido al Observatorio sino al Ministerio a cargo, que nos precariza y no nos mejora las condiciones laborales”.
”El Observatorio sigue funcionando, nosotros seguimos atendiendo desde la casa”
Cabe recalcar que las trabajadoras a pesar de la demora en los salarios sigue atendiendo a mujeres en situación de violencia. ”El Observatorio sigue funcionando, nosotros seguimos atendiendo con gran compromiso desde la casa, llamando a las mujeres o recibiendo los llamados pero con costos a nuestro cargo. Es una paradoja bastante complicada”.
Se trata en su gran mayoría de trabajadoras mujeres con contratos de locación de obra, de seis meses de duración, que las excluye de la posibilidad de estabilidad laboral, seguridad social vacaciones, licencias, obra social, aguinaldo y aportes. Cuando los contratos se terminan, y hasta que se renuevan, se cortan procesos indispensables para realizar el acompañamiento pertinente a las mujeres consultantes del servicio de acuerdo a lxs profesionales.
Agotaron todas las instancias institucionales para llegar con temor a visibilizar lo que viven desde el 2017. Una de estas trabajadoras fundamentales en medio de la situación extraordinaria en la que peligran más mujeres y niñas, describe que en lo personal, la inestabilidad laboral le genera mucha angustia todo el tiempo. “No solamente es esperar los sueldos, que nunca están a tiempo porque hasta que se inician expedientes tardan el pago de haberes más de un mes, y en este caso tarda cuatro meses. También se le suma que cada seis meses nos quedamos sin contrato, lo que implica, a veces, dejar de trabajar por unos dias hasta que sale el nuevo contrato (esos días no se pagan). Es una sensación de desprotección. Siempre estamos con miedo de que el contrato no salga, de que no lleguemos a pagar el alquiler, la tarjeta o lo que sea. Es una angustia constante que nos obliga a tener otros trabajos, es imposible sostenerse solamente con eso. Pero ahora, en esta época de aislamiento social, tampoco podemos ir a nuestros otros trabajos o contratos. Es un callejón sin salida en el que nos encontramos”
En el documento difundido por redes sociales exigen el pago inmediato y por el total de los meses adeudados. Además exigen un cambio urgente de las condiciones de contratación. “Estamos hace un largo tiempo buscando respuestas a nuestro reclamo, sin obtenerlas hasta el día de la fecha”.
“Entendemos que este reclamo es parte de cortar con el círculo de la violencia por parte de nuestro empleador, el Gobierno de la Provincia. Hacemos un paralelismo en el que somos víctimas de una violencia laboral, en donde la soportamos. En tanto trabajadoras que estamos en contra de la violencia de género, cortamos con el ciclo de la violencia que reclamando algo que es justo y que es sano. Así entendemos que es la salud, poder hablar y poder expresarlo”.